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El madridista Sergio Ramos celebra la clasificación para la final de Cardiff en el Calderón.
Tres finales antes de Cardiff
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Tres finales antes de Cardiff

Zidane exige a sus jugadores que aparquen la Champions y se centren en los duelos ante Sevilla, Celta y Málaga que valen una Liga en 270 minutos

ignacio tylko

Viernes, 12 de mayo 2017, 17:58

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«Ahora toca centrarnos en las tres jornadas de Liga que quedan y después ya llegará la Champions». En unas breves declaraciones realizadas a TVE en un descanso del partido de cuartos de final del Masters 1.000 de Madrid que enfrentó este viernes a Rafa Nadal y al belga David Boffin en la Caja Mágica, Sergio Ramos resumió el espíritu actual del Real Madrid.

Una filosofía muy relacionada, precisamente, con la mentalidad ganadora de un tenista manacorense que no da por perdido un punto o un partido hasta el final. Y una idea en la que ha insistido el técnico Zinedine Zidane desde que el equipo blanco eliminó el miércoles al Atlético de Madrid en las semifinales de la Liga de Campeones.

El preparador francés, que duda en si debe seguir rotando o apostar por su once tipo hasta el final, ha instado a sus jugadores a que aparquen la final de Cardiff ante la Juventus y todo lo que le rodea, ya que todavía faltan tres semanas hasta el 3 de junio y el título de Liga se juega en 270 minutos. Zidane tampoco quiere que se hable del futuro, de altas, de bajas y ni siquiera de su continuidad en el banquillo.

Todo apunta a que seguirá, pero nunca lo ha dicho abiertamente. Ha insistido en que los entrenadores, y más en el Real Madrid, dependen de los resultados y que si no ganan se van a casa, y se especula también con la posibilidad de que él dejara el cargo, dejándose para siempre las puertas del club abiertas, si lo gana todo menos la Copa del Rey: Supercopa de Europa, Mundial de Clubes, Liga y segunda Champions consecutiva, un récord que ningún club ha conseguido con este formato de torneo.

Cansados por el esfuerzo físico y mental de su partido ante el Atlético en el Calderón, que con ese 2-0 adverso en un cuarto de hora se les complicó más de lo previsto, los merengues reciben este domingo la visita del Sevilla. La primera de las tres finales en las que el Madrid, como máximo, puede dejarse un empate para ser campeón, ya que parece complicado que el Barça no gane este domingo en Las Palmas y el próximo al Eibar en el Camp Nou.

Los andaluces tienen casi imposible arrebatarle al Atlético la tercera plaza y también quedar relegados al quinto puesto por el Villarreal, pero no viajan para un trámite. Su técnico, Jorge Sampaoli, quiere reivindicarse en un gran estadio después de que su equipo jugase sus peores partidos en campos como el Camp Nou, el Calderón y el propio Bernabéu. El 3-0 copero fue un golpe que todavía duele entre los hispalenses, en mal momento pero siempre peligrosos.

Balaídos en el horizonte

Si salva esta final, el Real Madrid jugará el miércoles otra en Balaídos. Llega la hora de cumplir con ese duelo de la 21ª jornada, aplazado por los desperfectos que la tormenta causó en la cubierta de Balaídos. Los merengues preferían que el Celta hubiera superado al Manchester United y sólo pensase en la final de la Liga Europa. Ya eliminado de Europa, lo normal es que Berizzo apueste por un equipo titular que ya eliminó al Real Madrid en cuartos de final de Copa. Hay cierto pique entre estos equipos desde ese aplazamiento del partido por orden del alcalde socialista Abel Caballero.

Y el morbo quedaría para las 21:00 horas del domingo 21 de mayo en La Rosaleda. El Málaga ha crecido de forma exponencial desde la llegada de Míchel a su banquillo y ya le ganó al Barça, pero del sentir de su técnico no hay duda y tampoco del deseo del jeque Abdullah AI-Thani, a quien la Comisión Antiviolencia ha multado con 3.500 euros por ese tuit polémico en el que se refirió a la «escoria de Cataluña».

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