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Rodrigo Errasti Mendiguren
Sábado, 6 de mayo 2017, 23:30
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El Granada está completando una temporada para olvidar, con cuatro entrenadores que no han conseguido que la torre de Babel en la que se ha convertido su plantilla ya que ante el Madrid salió de inicio con futbolistas de once nacionalidades distintas. Está completando unos números paupérrimos en todos los sentidos: lleva 20 puntos en 36 jornadas, sólo ha ganado cuatro partidos; ha metido menos de un gol por partido (28) y ha recibido más de dos por duelo (78). Su afición, que cantó volveremos, volveremos y evitó cargar contra un equipo entregado desde el inicio es lo único que ha mantenido la categoría.
De lo que sí podrá presumir esta campaña el equipo nazarí es de haber tenido varios de los cambios más rápidos de la Liga. Ante el Real Madrid, y con 0-2, Tony Adams decidió hacer una modificación (se retiró el joven extremó malí Aly Mallé y entró Uche Agbo) algo que ya había hecho contra el Sevilla, cuando, a los 21 minutos metió entonces a Isaac Cuenca, único español de inicio ante el líder, por Gastón Silva. Un cambio antes del descanso está mal visto y normalmente es un indicador de que todo va mal.
Rubén y Queiroz
En los últimos tiempos, se han visto con cierta frecuencia gracias a Paco Jémez, el técnico que arrancó la campaña con los blanquirojos. En el encuentro contra Las Palmas (que terminó con 5-1 para los amarillos) Gabriel Silva abandonó el terreno de juego con 1-0 en el minuto 32 para dejar su puesto a Gastón Silva aunque no evitó la derrota. Quitar a un futbolista sin esperar al intermedio es algo que ya hacía en Vallecas antes de llegar a Los Cármenes. Lass puede contar que se fue del campo tan sólo 16 minutos después de haberlo comenzado (ante la Real Sociedad en la 12-13) aunque Nacho, Arbilla, Ba, Insua, Baptistao, Ze Castro, Pablo Hernández, Baena, Rochina - dos veces- han vivido esa sensación de irse a la ducha antes del descanso.
Una de las sustituciones de un titular más recordada es la que hizo Carlos Queiroz en el Sánchez Pizjuán con Rubén González, un día que el Sevilla tumbó al Real Madrid por 4-1 y el joven central gallego fue señalado como el culpable de aquel naufragio a los 26 minutos cuando el marcador ya era 3-0 para los hispalenses.
Lo cierto es que estos cambios prematuros revelan los problemas de un Granada que parece haber perdido su identidad. «Ha sido un año muy dificil, que sirva para aprender para otras campañas. Ha sido un cúmulo de circunstancias y no hemos sabido reaccionar a ningún golpe», reconocía David Lombán, uno de los pocos que ha dado la cara en esta campaña dentro y fuera del campo.
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