Borrar
Cristiano Ronaldo y su polémico gesto tras el gol.
Cristiano mancha sus récords por los gestos
Polémica

Cristiano mancha sus récords por los gestos

El astro portugués sumó otro comportamiento inapropiado al rescatar su acusación de 'robar' a voz en grito tras lograr su gol 300 con el Real Madrid

Javier Varela

Jueves, 9 de abril 2015, 16:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cristiano Ronaldo volvió a demostrar en Vallecas sus dos caras. La de jugador fuera de serie capaz de lo mejor con el balón y también de mostrar gestos alejados de un futbolista modélico. Igual que es un especialista en marcar goles y en 'acribillar' a porteros rivales, también lo es en exhibir actitudes innecesarias. Gestos como hacer con la mano que te roban, limpiarte la escarapela de campeón del mundo cuando el público te pita por haber sido expulsado tras agredir a un rival en plena frustración, acomodarte los genitales para mostrar tu desacuerdo con una decisión arbitral, pedir calma al público para celebrar un gol -algo que puede ser sancionado, como desveló Javier Tebas, presidente de la LFP-, agredir a un contrario cuando el balón no está en juego. Cristiano acumula excesivas manchas en su currículum, innecesarias, impropias del Balón de Oro.

El portugués celebró su gol 300 con la camiseta del Real Madrid de la peor manera posible y logró que muy pocos recuerden un tanto con el que entró en la historia del equipo blanco por 'culpa' de un festejo errático. «Robando caralho», dijo, acompañado de un gesto. Y lanzó al aire un «a tomar por culo» cuando regresaba a su campo tras abrazarse con sus compañeros. Sus quejas no quedaron ahí, ya que cuando finalizó el partido se acercó al árbitro y le preguntó: «¿Cómo ahí me has podido pitar que me he tirado? Es penalti clarísimo». Unas quejas que pueden entenderse, de hecho hasta su entrenador Carlo Ancelotti mostró su incredulidad al colegiado con su decisión, pero al ser reincidente empiezan a molestar. Quizá se justifican menos por tratarse de Cristiano, porque con lo que genera en un año se consigue el presupuesto del conjunto franjirrojo y porque transmite la permanente sensación de ser el rico que se siente robado por los pobres. Además, Cristiano es, por desgracia para él y su club, un viejo conocido en este tipo de comportamientos inaceptables de un jugador de su envergadura y carisma.

Es cierto que, inexplicablemente, el colegiado del partido ante el Rayo Vallecano no observó el claro penalti de Amaya; que, por lo tanto, la amarilla que vio y que le impediría jugar ante el Eibar -el Real Madrid va a recurrir- sea injusta; pero ello no le concede derecho a la estrella del Real Madrid a tener ese comportamiento. En un primer momento su reacción pareció hasta entendible. Cuando el árbitro no señaló penalti y le mostró tarjeta amarilla, el luso no salía de su asombro. «Qué es esto, qué es esto», repetía con cara de indignación. Poco después James, que le había dado el pase, le inquirió si había sido penalti y Cristiano fue gráfico: «Clarísimo».

Cinco rojas en España

Hay muchos madridistas que condenan la actitud de su jugador insignia. El club blanco tiene desde septiembre de 2007 un Código de Conducta en el que se explica lo que representa ser jugador de esta entidad y se le pide al deportista «un comportamiento conforme a los valores tradicionales del madridismo y que no atente, de ningún modo, contra el prestigio del Real Madrid».

Cristiano ha vuelto a ofrecer su imagen más incómoda, como aquel día que se limpió el escudo en Córdoba, o se acomodó los genitales en el Camp Nou mirando al árbitro, o cuando ha pedido calma a la afición rival al marcar, o cuando declaraba tras un partido que la gente le tenía manía por ser «el más guapo, el mejor jugador y el que más goles mete». Resulta relevante que en su carrera haya sido expulsado en nueve ocasiones, cinco de ellas en España por acciones violentas.

 

Otros cracks alterados

  

Pero estas actitudes no son patrimonio de Cristiano Ronaldo. Los cracks acostumbran a 'regalarnos' este tipo de lindezas que manchan su imagen y la de sus clubes. 'Sonarse' la nariz ante un rival, como hizo Neymar el domingo en Balaídos, o el lanzamiento de bota de Arda Turán en la vuelta de Copa frente al Barcelona son dos ejemplos de comportamientos impropios de cracks que aspiran a ser el espejo en el que se miran los jóvenes. «Cristiano es un ejemplo como profesional y para los niños», expresó Emilio Butragueño tras el 0-2 ante el Rayo. Parece que en su declaración pesaban más los 300 goles como madridista que cualquier otro asunto.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios