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El Athletic no logra frenar su dinámica negativa
FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

El Athletic no logra frenar su dinámica negativa

Sucumbió por sus propios errores ante el Oporto después de una segunda mitad en la que pudo haberse adelantado y es colista de grupo

Rodrigo Errasti Mendiguren

Martes, 21 de octubre 2014, 03:57

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El Athletic cayó en Oporto arrastrado por su actual dinámica negativa pese a no completar un mal partido, y su sueño europeo pasa ahora por un milagro en forma de un triple triunfo en las jornadas restantes, dos de ellas en San Mamés. El equipo vasco mejoró sus prestaciones respecto a sus últimos partidos, especialmente en una segunda parte en la que dispuso de opciones para adelantarse y haber dado un golpe de timón en un grupo que ahora cierra pese a que el Bate se llevó otra goleada histórica ante el Shaktar. Los bielorrusos, que derrotaron a los rojiblancos en la última jornada, cayeron por siete tantos, uno más que en Do Dragao. Merece una reflexión.

En el primer acto el Athletic no estuvo a la altura de su afición, cuyo apoyo no tiene parangón. Tello se empeñó en mostrarse como ese extremo profundo y peligroso que parecía en esas inferiores donde lo conoció Julen Lopetegui. El catalán le hizo en la primera acción un traje a Etxeita, novedad en un once sin el tocado Muniain al que Valverde se guardó como recurso. Casemiro, muy participativo en el inicio y duro todo el partido, asistió a Martins Indi que casi marca en el área chica. Un error grave de los leones, de esos habituales desde que entraron en la dinámica actual, aunque no le costó caro. El Athletic deja maniobrar con demasiada comodidad en medio campo al Oporto, que tampoco estaba muy lúcido porque buscó la clase de Quintero en los disparos. Lo más destacado fueron dos posibles penaltis que se tragó el árbitro, indigno de la Champions. Indi metió la cadera y el brazo a Aduriz, una falta dentro del área casi tan clara como la que hizo Laporte después ante Jackson, que se fue apagando con el paso de los minutos.

Entre medias, un San José que ocupaba la posición de pivote, remató desde 25 metros al palo. Un chispazo previo a que De Marcos evitase el 1-0 cuando Jackson se disponía a fusilara Gorka tras una acción soberbia de Tello, que ya no repite la misma acción que mostraba en el Camp Nou. También dejó sólo a Danilo con un pase filtrado, que la mandó al lateral de la red. Sufría el Athletic que desperdició la mejor ocasión que tuvo en las botas de Guillermo tras una mala salida de Fabiano. No se puede perdonar de ese modo en Champions y con lo que hay en juego. Estaba a punto de llegarse al descanso cuando hubo un error las ayudas del balance defensivo en un balón entre líneas que Herrera no desperdició. Cuestión de experiencia y de pegada.

No se marchitó el Athletic pese al mazazo. La segunda parte fue otra cosa gracias a la presencia de Beñat, que pedía la pelota y hasta buscó el disparo, aunque el que realmente obligó a intervenir al portero fue Quintero, que apunta a ser el nuevo James. Tocaba el Athletic, si bien Guillermo se plantó ante Fabiano por estar listo en un desmarque tras un saque de banda. Se quedó mano a mano pero su disparo lo sacó con el pie el meta de modo milagroso. El Oporto se protegía amparado en el juego duro, especialmente de un Casemiro que debió terminar en la caseta en varias ocasiones.

Pareció por instantes el Athletic que logró la cuarta plaza hace unos meses, cada uno en sitio. Al final, logró el premio con otro goleador diferente a Aduriz.Buen pase de Beñat a Guillermo, tras hacer un regate en el área la cruzó con calidad. Se quitó la espína de su error en la primera parte. El Athletic se sintió esperanzado y Rico rozó el segundo desde flejos. Dos disparos cruzados de Tello y Muniain pudieron mover ese 1-1, pero ambos se fueron junto al poste por muy poco.

Gloria escurridiza

Neves apareció entre ambos remates por Quintero, cambio que le costó una pitada a un Lopetegui que deseaba tener un mayor control de balón. La lluvia alegraba al Athletic y los suyos, por lo que tiró del veterano Quaresma. Se fue Casemiro sin amarilla, un milagro arbitral obrado por el casero Skomina. El Oporto estaba muy tenso, quizá contagiado por su hinchada. Apenas se le escuchaba más que para protestar alguna acción, dejando la mayor parte del tiempo el ambiente libre para los cuatro mil llegados desde tierras vascas. Nunca perdieron el ánimo pese a la actual situación deportiva.

Y cuando mejor estaba el equipo vasco, que sentía un cambio de tendencia en el juego, el sueño se escurrió entre los guantes de Iraizoz. Quaresma se metió hacia dentro, soltó un disparo ante la falta de intensidad defensiva rojiblanca y logró anotar en Champions siete años después de que lo hiciera jugando con el Besiktas. Un mazazo inesperado para los rojiblancos, que a balón parado dispusieron de una clara ocasión de Laporte que mandó centrada al lugar en el que estaba Fabiano. Al meta local también le patinó la pelota entre las manos, pero no pasó de la línea. Lo normal cuando el remate es de un equipo en una dinámica tan negativa como este angustiado Athletic.

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