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Impreso que circuló por Cartagena en las últimas jornadas de la temporada 1984-85, en el que aficionados locales se mofaban del Murcia, colista de Primera. :: lv
Rivalidad hasta la muerte

Rivalidad hasta la muerte

La afición cartagenera ha tirado de ingenio y sarcasmo para celebrar algunos descensos del Real Murcia. A principios del siglo pasado, en los contados amistosos que disputaron ambos clubes, las hinchadas acabaron a pedradas en más de una ocasión

PACO LASTRA

Sábado, 30 de abril 2016, 00:37

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«Vamos cartageneros, hay que llenar el Cartagonova que vamos a visitaros y queremos ver buen ambiente en la grada. Os deseamos lo mejor para este año, pero necesitamos los tres 'points'. Aúpa Real Murcia y espero un comportamiento ejemplar de mi afición, recordad que visitamos a nuestros hermanos de la Región. Solo hay rivalidad deportiva. Solo», escribió ayer un aficionado en la página web de 'La Verdad'. El derbi de esta tarde ha puesto las pilas a las aficiones de los dos grandes rivales de la Región. Al contrario que en temporadas pasadas, de un tiempo a esta parte, sin contar inevitables encontronazos puntales, se impone la cordialidad entre las hinchadas.

¿Cuándo nace este enfrentamiento entre los seguidores de los clubes más representativos de Murcia y de Cartagena? Fue en la década de 1910. Durante estos años, unos y otros concertaron esporádicamente la celebración de partidos amistosos, que a veces no eran tales. «En algunas ocasiones los jugadores visitantes, tanto los de Murcia, como los de Cartagena, abandonaron el campo rival entre una nube de pedradas», según cuenta Juan Antonio Garre en la publicación digital Cuadernos de Fútbol.

La Federación Murciana de Fútbol se creó el 7 de septiembre de 1924. Hasta esa fecha, los grandes rivales del Murcia eran de la Comunidad Valenciana. A partir de entonces, el club grana solo encontró en el Cartagena a un adversario con el potencial suficiente como para disputarle el título de campeón regional. La prensa animó el cotarro. Así, según informaciones de la época, el 18 de septiembre de 1924, en la revista semanal Murcia Deportiva, aparece por primera vez la palabra Efe-se, término que nació, según Garre, de la transcripción despectiva de la denominación que utilizaban los aficionados cartageneros para referirse a su equipo, incidiendo en el seseo típico del habla del Campo de Cartagena.

La palabra Efesé, tal y como ha llegado a nuestros días, aparece escrita por primera vez el 6 de noviembre de 1924 en uno de los habituales intercambios de reproches entre la prensa murciana y cartagenera. En la capital estuvieron frotándose las manos mucho tiempo, ya que el Cartagena no era rival de nivel. Pero sucedió lo que tarde o temprano tenía que ocurrir; es decir, llegó el día en el que el pez pequeño se comió al grande y desde Cartagena se usó el término Efesé con el mismo sarcasmo con el que lo habían hecho desde la capital.

El 19 de diciembre de 1926 el Cartagena logró por primera vez en su historia ganar en La Condomina en un partido oficial. El resultado fue 0-1 y el gol lo marcó Bayo. Un periodista de 'El Eco de Cartagena' destacó «el enorme triunfo alcanzado por el Efesé cartagenero ante el Real Murcia, que ha constituido otra nota del día llena de entusiasmo indescriptible».

Aquella afrenta se intentó amortiguar en la prensa murciana aludiendo a otros resultados que se produjeron en la misma jornada de hace ya noventa años. «No íbamos a ser menos: el Español sucumbió ante el Gracia, el Betis ante el Malagueño y el Athletic de Bilbao ante el Acero».

Desde entonces, la afición cartagenerista se ha conformado con celebrar los contados triunfos que ha conseguido ante su eterno rival, destacando sobre todos el contundente 1-4 del 8 de noviembre de 2009, en la Nueva Condomina. Aquella fue una de las contadas ocasiones en la que el Cartagena mandaba en el fútbol regional. Los albinegros mandaban en la clasificación de Segunda y los granas eran penúltimos. De hecho, el Real Murcia acabó descendiendo en la última jornada, empujado por la abultada derrota que encajó el equipo cartagenero en su estadio ante el Albacete (0-4).

En los días posteriores, en la ciudad portuaria se repartieron esquelas en las que, en un tono sarcástico, la afición lamentaba el descenso a Segunda B, «del equipo de todos».

No fue la primera vez que circularon impresos de este tipo. El Murcia arrancó la temporada 1984-85, en Primera División, con siete derrotas en los nueve primeros encuentros. No levantó cabeza y acabó descendiendo como colista. Nadie lloró en Cartagena. Antes de que se produjera el inevitable fatal desenlace, era fácil conseguir unos carteles en los que «la afición de Cartagena y su provincia» agradecía al Real Murcia «su colaboración, esperando con impaciencia su retorno a Segunda División».

No duró mucho la alegría. El Real Murcia hizo honor a su fama de equipo ascensor y retornó a Primera al año siguiente.

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