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Vicentín y Nilo celebran un gol en el derbi con ElPozo de febrero de 2001, con la Bombonera repleta de público. :: antonio gil / agm
Regreso al pasado en la Bombonera

Regreso al pasado en la Bombonera

El gran inicio del Plásticos Romero da alas a una directiva que sueña con volver a llenar el pabellón. Con entradas a dos euros y facilidades de todo tipo, el objetivo es superar los 1.000 espectadores mañana ante el filial del Barça

FRANCISCO J. MOYA

Viernes, 23 de octubre 2015, 01:13

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¿Volverán los llenazos históricos a la vieja Bombonera? ¿Regresarán los tiempos en los que en el Pabellón Central no cabía un alfiler dos horas antes de que empezaran los partidos? Son preguntas que constantemente se hacen los escasos 400 abonados al fútbol sala que permanecen fieles en su amor a un club, el Cartagena Fútbol Sala, que acaba de cumplir 22 años de vida y que se ha propuesto recuperar la categoría -Primera División- que perdió en abril de 2012. Mañana, ante el filial del Barça (18.00 horas) hay una nueva oportunidad. A los aficionados que un día se marcharon de la Bombonera se lo han puesto muy fácil esta semana para que vuelvan a su butaca. Las entradas solo cuestan 2 euros.

  • El Futsal Cartagena compitió durante 14 temporadas consecutivas en Primera División, entre 1998 y 2012. Ahora, rebautizado como Cartagena Fútbol Sala, acaba de arrancar su cuarta campaña seguida en Segunda.

  • En sus 14 años en Primera, el club tuvo siete patrocinadores distintos. Fueron Mínguez Sáez, GMI, Virgen de la Caridad, Polaris World, Muebles Tuco, Peinsa y Reale. Así, el equipo, que ahora se llama Plásticos Romero, cambió de denominación con asiduidad.

«Yo soy optimista. El equipo viene de completar un récord histórico. Nunca antes había ganado los cinco primeros partidos de Liga. Y el Barça tira mucho. Las mejores entradas de los últimos años en Segunda siempre han sido contra este rival. El pabellón no se va a llenar, pero sí podemos superar los 1.000 espectadores este sábado. Cartagena es una ciudad con raíces de apatía, pero cuando le tocas lo suyo, la gente suele responder». El que contesta es Julio Clemente, figura clave en el fútbol sala cartagenero durante las dos últimas décadas. Ahora solo es directivo. Durante 17 años fue vicepresidente deportivo, delegado e incluso 'speaker'.

«Estamos luchando por un futuro grande. Ojalá que este sábado vuelva mucha gente al pabellón, que haya un ambientazo y que nuestra afición nos lleve en volandas hacia nuestra sexta victoria seguida. Nosotros nos hemos propuesto recuperar la grandeza de este club y queremos que en mayo se esté hablando en la ciudad de nuestro ascenso a Primera», dice Richard Ibáñez, presidente del Plásticos Romero Cartagena. «El esfuerzo de nuestro patrocinador está siendo enorme. El Ayuntamiento, dentro de sus posibilidades, se está volcando con nosotros. Pero echamos en falta la ayuda de un segundo patrocinador y de otras empresas de la ciudad. Si subimos, las vamos a necesitar para poder preparar un proyecto serio y de consolidación en Primera», añade Ibáñez.

Volvamos al pasado, a las tardes de gloria. A los 3.000 espectadores abarrotando un recinto con capacidad oficial para solo 2.200. A la lista de espera para hacerse socio en la época de Polaris World. A la reventa de entradas en los partidos grandes. A los derbis con las gradas llenas dos horas antes de que la pelota comenzara a rodar. ¿Se puede recuperar todo aquello?

«Llegar de nuevo a aquellos límites va a ser muy difícil. Primero, porque el espectáculo ha bajado. La Liga de 1998 no es la de hoy. Solo hay que mirar los brasileños que venían hace diez años y los que vienen hoy. Hay muy pocos. Los presupuestos se han reducido mucho y, con ello, el espectáculo que se da también ha bajado. Si volvemos a Primera, sé que el Pabellón Central se va a llenar cuando venga ElPozo y el Barça B. Pero no tengo nada claro que eso vaya a pasar cuando vengan Jaén, Palma o Navarra», sostiene Clemente.

«Volver a reunir en nuestra plantilla a aquellas estrellas como eran Manoel Tobías, Lenisio, Simi, Orol, Cristian y compañía va a ser imposible. Eso no volverá. Pero hay que recordar que el pabellón no se empezó a llenar en la época de Polaris [entre 2003 y 2007]. Ya se llenaba anteriormente. En el ascenso contra el Móstoles [mayo de 1998] metimos a 2.500 personas. Y en los primeros años de Mínguez Sáez en Primera, con muchos jugadores modestos y de la tierra, como Nacho, Luciano, Sergio, Jordi, Pedrín, Toni y Curro, el pabellón se llenaba hasta la bandera cada sábado, viniera el Astorga o viniera el Interviú», rememora Ibáñez, quien entonces era el preparador físico de un equipo que entrenaba el bigotudo paraguayo Adolfo Ruiz Díaz.

«Son muy trabajadores»

El presidente de la entidad cartagenera destaca que «no estamos en una época de super estrellas, pero sí podemos hablar de la época de los súper trabajadores. Los chicos del equipo son muy luchadores y yo creo que la gente que va a al pabellón eso lo valora mucho. Tenemos un equipo de currantes, que responde a las expectativas de lo que la gente pide. Lo dejan todo en la pista y ganan partidos. Vamos primeros y queremos subir. Yo pienso que eso son alicientes de sobra para que vuelva esa comunión entre la grada y el equipo. Y ojalá que eso lo veamos ya este sábado», pide Ibáñez.

Clemente recupera el dato de que la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) otorgó el premio a mejor afición de España a la de Cartagena en 1999, cuando cada sábado se llenaban también otras canchas de clubes históricos, como Playas de Castellón, Caja Segovia, Talavera o Miró Martorell. «Una cosa está muy clara: el ADN del fútbol sala está muy metido entre el aficionado cartagenero. Lo que sucede es que la marcha de Polaris originó una desbandada que ha ido a más. De cualquier manera, muchos de los 2.500 que abarrotaban la Bombonera [el término lo acuñaron Luciano y Cecilio, jugadores franquicia en la campaña 98-99] eran niños y adolescentes. Había mucha gente joven entre la masa social del club. Y yo entiendo que toda esa gente, ahora que ha crecido, tendrá ganas de volver, a poco que se les ofrezca. Habitualmente, cuando uno se engancha a un deporte siendo niño o joven, esa afición se le queda para el resto de su vida», cree Clemente.

Lo que sucede es que las cosas se han puesto muy feas para los deportes minoritarios. Y la competencia que hay hoy no existía hace diez o quince años. Lo resume muy bien Julio Clemente. «Antes era muy raro coincidir con un partido televisado de Madrid o Barça. Lo raro ahora es no coincidir, ya que ambos suelen jugar el sábado por la tarde. La oferta televisiva hoy es tremenda. Te puedes sentar a ver fútbol en el sofá un sábado a las doce del mediodía y levantarte a las doce de la noche. También hay que decir que el fútbol sala de hoy no es el de entonces. Jugadores rivales como Paulo Roberto, Schumacher, Cupim o Javi Rodríguez llevaban gente al pabellón. De esos, ya no quedan. No los hay en Primera. Y obviamente el nivel de Segunda es muy inferior».

No obstante, la realidad es que estamos algo mejor que en 1995, el año del debut del Mínguez Sáez en Segunda División, con los Parri, Manolito, Nacho, Pepón, Estrada y compañía. A aquel equipo que ascendió en El Palmar en la primavera del 95, que entrenaba Paco Martínez y que ya presidía un joven Antonio Mínguez, iban a verlo unas 200 personas. Ahora, 20 años después, el punto de partida son los 400 abonados que sueñan con que el fútbol sala vuelva a ser un deporte de referencia en la ciudad. La travesía por el desierto dura ya mucho tiempo -ocho años han pasado desde que Polaris World abandonó el barco- y en el actual Plásticos Romero Cartagena se van a dejar la piel para que la máquina del tiempo se ponga en marcha y en la Bombonera se viva un regreso al pasado. Mañana es un buen día para arrancar.

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