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El periodista zamorano Agustín Remesal con su libro 'Por tierras de Portugal. Un viaje con Unamuno'.
«Lo próximo me limita»

«Lo próximo me limita»

Agustín Remesal Periodista y escritor. Este jueves presenta en Murcia su libro 'Por tierras de Portugal. Un viaje con Unamuno', en el que plasma la faceta aventurera del escritor

Rosa Martínez

Lunes, 22 de junio 2015, 11:42

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El viaje es, dice Agustín Remesal (Gema, Zamora, 1947), periodista, articulista y escritor, «uno de los grandes maestros de la vida». A él, le permite abrir los ojos, contemplar sin ningún filtro artificial la belleza del paisaje; sentir, cuenta, la cercanía de las gentes, y entender, conocer, aprender y disfrutar. Lo ha hecho durante toda su vida como corresponsal de Televisión Española (TVE) en París, Roma, Nueva York, Lisboa y Jerusalén, y lo ha vuelto a hacer recientemente por España y Portugal de la mano de Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936). El escritor y su huella viajera por las regiones del país vecino y por las principales ciudades españolas, entre ellas Murcia, es el hilo argumental del libro 'Por tierras de Portugal. Un viaje con Unamuno' que, publicado por La Raya Quebrada (www.larayaquebrada.com), Remesal presenta este jueves en la librería González Palencia de Murcia. Hablará de viajes, de recuerdos y de historia, pero también de experiencias, de sentimientos, de anécdotas y de anhelos.

  • Qué

  • Presentación del libro 'Por tierras de Portugal. Un viaje con Unamuno', de Agustín Remesal.

  • Dónde y cuándo

  • Este jueves, a las 19.00 horas, en la librería Diego Marín-González Palencia. Calle de la Merced, 25. Murcia. Entrada libre.

-¿Por qué Unamuno y por qué un relato de viajes?

-Me atraía el personaje. Había leído aquellos artículos estupendos de cuando Unamuno viajaba por toda España; él presumía de haber sido uno de los pocos españoles que había visitado todas las capitales de provincia. Lo hacía generalmente solo o con algún amigo. Era un hombre muy meticuloso y tomaba notas de todos sus viajes. Cuando estuve como corresponsal en Portugal me percaté de que había sido un maestro del viaje; escribió más de trescientos artículos que tienen que ver con esos trayectos, la mayoría todavía están inéditos o forman parte de algunas antologías muy pobres, pero fueron los titulados 'Por tierras de Portugal y de España' los que le dieron más fama. Eso me hizo tirar de la hebra.

-Usted ha viajado siguiendo los pasos del escritor; ¿qué ha aprendido?

-He aprendido a viajar. Pertenecemos a una generación en la que el avión, probablemente, ha prevalecido sobre el tren, y el coche ha matado a la zapatilla, a la bota de marchar. Nos hemos equivocado al pensar que el que mucho se mueve mucho viaja. No es cierto. El buen viaje es aquel en el que uno toca tierra, ve a la gente que tiene delante y el paisaje se interioriza. Una de las aportaciones más importantes a la literatura española de Unamuno es la descripción intimista de los paisajes que él hacía. En Murcia, por ejemplo, pronunció aquella frase: '¿Dónde está la catedral de esta torre?', que creo que es la mejor descripción que se ha hecho de la catedral de Murcia.

-¿Cómo se ve Murcia a través de los ojos de Unamuno?

-Estuvo dos veces en la Región, y en una de ellas, en 1902, también visitó Cartagena. La segunda fue en 1932. Para él Murcia era una especie de continuidad de toda la costa mediterránea, esa continuidad levantina, que ahora suena tan mal porque pueda parecer reduccionista, era lo que más le apasionaba; las luces y las gentes. Como viajero de paisajes hacía una unidad de esa luz mediterránea.

-¿Se ha encontrado con una ciudad muy cambiada a la que describió el autor?

-No conozco mucho la ciudad, solo he estado cuatro o cinco veces, pero las ocasiones en las que he ido me he encontrado con una Murcia revitalizada, moderna y con unas ganas de vivir impresionantes. Hay una vitalidad que no veo en otros lugares.

Atardeceres

-¿Qué busca en sus viajes?

-Escapar. Lo próximo me limita mucho. A mí me encanta ir a la selva amazónica, contemplar esos atardeceres que para el viajero siempre son maravillosos, y conocer a la gente que vive allí. El viaje es uno de los grandes maestros de la vida, como puede serlo el leer si realmente se abren los ojos y siente lo que se vive.

-¿Podría vivir sin hacer las maletas?

-[Ríe] Creo que no, por lo menos de momento. Me paso casi la mitad del tiempo fuera de España, y fuera de mi casa más. No es un vicio, es cuestión de organizarse un poco.

-¿Dónde ha sido más feliz?

-En Jerusalén. Estuve allí cuatro años, de 2003 a 2007. Llegué con la segunda Intifada [la oleada de violencia estalló en el año 2000 y se mantuvo hasta 2005]. Es una tierra que conmueve. Desde mi casa veía la torre de David, la torre de los franciscanos y dos mezquitas; es una ciudad plural en todos los sentidos y esa convivencia te da una energía especial.

-¿Hay esperanza para la paz?

-Ningún conflicto es eterno, y ninguno ha durado más de un siglo. Éste lleva enquistado mucho tiempo, y además de forma muy dramática, sobre todo para la población que es la que sufre, pero también acabará. En algún momento la política dejará paso a un hermanamiento que estará por encima de los intereses económicos. Al menos eso es lo que espero. Después de hablar tanto de política y geoestrategia te das cuenta de que allí viven seres humanos.

-¿Qué le ha marcado?

-Los niños de Gaza con los que jugaba a las canicas utilizando los casquillos de las balas porque no había canicas; los amigos sefarditas con los que desayunaba, la gente. Al final, con lo que te quedas es con la gente.

-Hablaba usted de aparcar políticas y pensar en los seres humanos; ¿cree que las personas van a primar más en esta nueva etapa de pactos políticos?

-Las elecciones del 24 de mayo han sido un puñetazo en la mesa de los electores y los pactos van a dar un poco de luz al escenario, van a tirar de algunas alfombras y vamos a vivir tiempos de mucha limpieza, y eso es bueno porque de alguna manera se limpia el caudal y el río puede empezar a correr de una manera mucho más cristalina. Ahora bien, que el río tire para un lado o para otro depende de muchas circunstancias.

-¿Cree que su libro descubrirá al lector a un Unamuno diferente al que creía conocer?

-Sí, completamente. Unamuno, y lo digo con todo el respeto para ellos, ha sido secuestrado por los catedráticos, por los pensadores. Cualquier aspecto suyo servía para hacer una tesis doctoral. Pero el Unamuno viajero es poco conocido.

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