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Un niño lee un libro infantil de El Quijote.
El Quijote: más ignorado que leído

El Quijote: más ignorado que leído

Según el último barómetro del CIS al respecto, un 40% los españoles nunca lo ha abierto y solo un 21% asegura haberlo leído entero

Borja Robert

Viernes, 15 de abril 2016, 14:52

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Como ocurre con todas las novelas del mundo, más personas han pasado de las páginas del Quijote que paseado por ellas. Incluso en España, donde se considera la obra cumbre de su literatura, las cifras de lectores declarados no se acercan a las de los que nunca lo han abierto. Según uno de los últimos barómetros del CIS, un 21% de los españoles asegura que ha completado las andanzas del gran personaje de Miguel de Cervantes. Más del 40%, por su parte, reconoce que ni lo han abierto. Entre unos y otros quedan los que han leído fragmentos, capítulos sueltos o «no saben o no contestan».

La propia encuesta hace pensar que, probablemente, el número de lectores reales del Quijote es menor que el declarado. De la elevada proporción de españoles que sabía nombrar al protagonista un 87%, menos de uno de cada cinco conocía su auténtico nombre, Alonso Quijano. Aun así, como no existen datos similares de la lectura de otros libros, no es posible contextualizar los resultados de la encuesta del CIS. Tal vez no exista otra novela que haya llegado a uno de cada cinco españoles, o a lo mejor alguno de los últimos grandes éxitos editoriales lo supera. Todo el contexto posible es que un tercio de los encuestados no lee ni un libro al año.

Lo que sí está claro es que muchos españoles afrontan el Quijote como parte de su educación. Más de la mitad de los lectores llegaron a sus páginas por obligación académica, ya fuese en el instituto o en la facultad. Solo un tercio del total lo leyó por motivos personales y apenas uno de cada diez por mejorar su «cultura general».

Incluso con estos datos, aproximadamente un tercio de los españoles considera que la lectura del Quijote no debería ser obligatoria en los institutos, y otro tercio se decanta por incluirla en el currículo oficial. Ambas soluciones cuentan con sus propios detractores y partidarios también entre intelectuales, pedagogos, filósofos de la educación o filólogos, según den más importancia al estudio del principal clásico de la literatura española o a fomentar un hábito de lectura por placer entre los alumnos a base de no presionarlos. Por el momento, en la literatura científica no hay estudios que indiquen sin dudas cuál es la mejor solución.

Entre los motivos para no haber abierto nunca el Quijote, casi un tercio apeló a que no les gusta leer. Uno de cada seis, por su parte, alegaron falta de tiempo para dedicárselo a «un libro tan largo». Uno de cada diez dijo no estar interesado en esta obra en concreto, y uno de cada veinte lo calificó de aburrido. En general, más de la mitad de los españoles lo considera un libro difícil por su extensión, su lenguaje y por referirse a una época pasada.

El CIS optó por no incluir entre sus preguntas cuántos de los encuestados conocen las primeras palabras de la obra.

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