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Primitivo Pérez sonríe tras su nombramiento como miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
«Ahora me doy cuenta de que estoy dentro de la gran familia del cine»

«Ahora me doy cuenta de que estoy dentro de la gran familia del cine»

cineasta

PEDRO SOLER

Lunes, 26 de septiembre 2016, 00:31

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Estudió Ciencias Económicas, cuando la Escuela de Cine no funcionaba; o sea que «yo no tenía posibilidad de aprender cinematografía, porque mi vocación siempre ha sido el cine y la imagen». Cuando acabó la carrera, estaba a punto de cumplirse el segundo centenario de la muerte de Salzillo. Y ahí empezó a desarrollarse la gran vocación de Primitivo Pérez (Archena, 1959), quien ha ingresado, como miembro numerario, en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, en la sección de dirección. «Es una elección que se hace por solicitud personal, y es una comisión la que estudia si el solicitante dispone de una trayectoria con méritos suficientes para el ingreso».

Su recorrido se inició, junto a José Antonio Postigo, con 'Salzillo', «un documental dramatizado, en el que actuó de protagonista Paco Rabal, el actor murciano por antonomasia. La propuesta que hicimos a la entonces Caja de Ahorros Provincial salió adelante, entre otras cosas porque Paco Rabal solo percibió una cantidad simbólica, muy por debajo de su caché profesional. No fue un documental al uso, en el que se dieran datos de la vida del escultor, sino realizado de un modo que podría definir como más poético».

Luego surgiría 'Por los caminos de Murcia' y la fundación de la propia productora, bautizada como 24-IPS, que dio paso a una serie continuada de trabajos y que fue «como tomarnos más en serio todo aquello a lo que podríamos enfrentarnos». Rodaron el primer documental conocido sobre el postrasvase Tajo-Segura y otro titulado 'Alfonso X y el Reino de Murcia', en colaboración con Televisión Española, «en el que Luis Prendes representó al monarca, y en el que también actuaron Antonio Ferrándiz, Ramón Centenero.... Se filmaron casi todos los interiores en el castillo de Mula, que acababa de ser restaurado, y se recurrió a las kábilas de moros y cristianos de Caravaca. Puedo decir que esta fue mi penetración definitiva en el mundo del cine».

Después llegarían, 'Murcia, clave del pasado', 'Trango. Himalaya en vertical', 'El naufragio del Sirio', 'Restaurando los sueños', 'Memorias desde la Arcadia', 'Archena, ciudad milenaria'... Así, hasta una treintena de trabajos, de los que los críticos han destacado «el interés de los hechos narrados», su notable «desarrollo argumental», «el buen oficio en la composición narrativa de los guiones» o la «gran atención a la composición de los primeros detalles». Méritos que debieron ser considerados suficientes para su elección como académico, aunque Primitivo Pérez afirma que, «pese a estar siempre metido en este mundo, no me había preocupado nunca esta cuestión. Hace un año, un buen amigo, el compositor Pedro Contreras, me animó. Solicité el ingreso, se admitió y ya está. Nada más, ¿eh?, aunque tampoco me hubiera agradado que me hubiesen negado el ingreso. Ahora me doy cuenta de que estoy dentro de la gran familia del cine español y que cuenta contigo para nombrar directiva u otorgar premios».

-¿De dónde le llegó la vocación cinematográfica?

-Quizá por emociones, ya que siempre me ha gustado mucho el cine y que me cuenten historias que me interesan, dentro de un mundo mágico que me ha atraído enormemente. Me recuerdan que de pequeño me hacía una caja de cartón, que simulaba una cámara, con la que con mis amigos realizaba supuestos rodajes. Es una vocación que no sabría decir muy bien de donde viene.

Dentro de tan amplia trayectoria, Primitivo Pérez destaca como «experiencia muy atractiva» el documental 'Trango, Himalaya en vertical', rodado con los hermanos García Gallego. Fue la primera serie sobre alpinismo que se realizó en España, con motivo de aquella escalada al Capitán, en California. Cuatro capítulos en los que se narraba desde la preparación en Murcia hasta que acometen la subida al famoso monte. Fueron documentales con mucho éxito, gracias en parte a la peripecia que supuso rodar aquella ascensión».

-¿No ha tenido la posibilidad de realizar documentales de asuntos no siempre marcados por el roce regional?

-Este del Capitán no es un tema regional, aunque los protagonistas sean murcianos. Además, creo que una de las peculiaridades de mis trabajos es que, aunque puedan tener mayor o menor repercusión nacional o internacional, disponen siempre de un roce de unión con Murcia. La serie de trece capítulos 'Guardianes de hábitat', del año 2000 y que hice para Televisión Española, trata sobre las diferentes actividades sobre conservación de la naturaleza que se hacían en toda España, a través de agrupaciones que se preocupaban de la conservación del oso del Cantábrico, de la foca monje, del águila pescadora, de los pequeños invertebrados... Recorrimos toda España filmando las actividades de estas agrupaciones. Aunque también recogimos la defensa de la tortuga mora en Murcia, a través de Anse. Este trabajo también ofrece una proyección más nacional que regional.

En 2011, fue nominado para los Premios Goya en el apartado de mejor película de animación por 'Carthago Nova', «un documental dramatizado, patrocinado por Fundación Íntegra, y que describe, a través de las aventuras de una familia romana, cómo era la ciudad en el siglo I después de Cristo. No me dieron el premio, ya que competía con otras tres películas. No me cabreé, porque con los Premios Goya pasa algo parecido a las elecciones políticas: tienes que preocuparte, moverte... Y yo no hice esa labor. Pese a todo, me sentí satisfecho por haber estado entre los nominados».

-¿Por qué no ha dado un paso más alto, hasta realizar películas de largo recorrido?

-Quizá porque encontré una continuidad de trabajo en el mundo documental, que me gustaba realmente, y tuve la suerte de concatenar unos trabajos con otros. De modo práctico, siempre he estado ocupado con este mundo tan variado, en el que siempre he intentado que no fuesen los míos documentales al uso. Me ha gustado incorporar el gusanillo de la presencia de los actores y la dramatización de los guiones. La faceta de cine dramático o de ficción la he ido cubriendo con los documentales, en los que he conseguido recreaciones escénicas. Quizá mi problema ha sido que me gusta demasiado nuestra tierra, vivir aquí, moverme rodeado de mi familia, de mis paisajes... y no he querido implicarme en otras metas que me hubieran llevado fuera.

Confiesa que se encuentra «muy satisfecho de mis propios trabajos, por lo que no he tenido necesidad de ir más allá».

-¿Falta algo por hacer?

-Sí, sí queda. Tengo preparados dos guiones sobre Juan de la Cierva, con la idea de hacer otros tantos largometrajes. Es un proyecto que quisiera que fuese la guinda o el colofón a toda mi trayectoria. Quizá también, antes de retirarme, me gustaría filmar una película de ficción.

-Si consigue esto, ¿la retirada?

-Tampoco es eso. Voy a seguir con las botas puestas, mientras me siga divirtiendo y encontrando temas que me puedan motivar.

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