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El actor catalán Oriol Pla.
«Hay que estar vivo y pendiente de cada momento»

«Hay que estar vivo y pendiente de cada momento»

Oriol Pla. Actor. El joven intérprete catalán protagoniza hoy en el Teatro Romea 'Ragazzo', un monólogo sobre los últimos días del italiano Carlo Guiliani

Rosa Martínez

Viernes, 19 de mayo 2017, 01:26

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'Ragazzo', la obra que hoy -21.00 horas- se sube al escenario del Teatro Romea de Murcia, traslada al espectador a Génova, a julio de 2001; a los días previos a la muerte del joven italiano Carlo Guiliani, fallecido de un disparo durante las protestas por la Cumbre del G8 celebrada en el verano de aquel año. Su final alzó la voz de miles de personas en todo el mundo,y hoy lo hace entre las butacas del teatro. A Guiliani le da vida Oriol Pla (Barcelona, 1993) guiado por el texto de Lali Álvarez y con el aplauso de crítica y público. Actor y 'clown' -muestra de ello es el espectáculo 'Be God Is'-, Pla es uno de los nombres que suenan con fuerza en el teatro más joven.

  • Qué

  • 'Ragazzo', de Lali Álvarez.

  • Dónde y cuándo

  • En el Teatro Romea de Murcia, esta noche, a las 21.00 horas. 12 euros.

-¿Qué le impactó de este episodio?

-No conocerla. No saber quién escribe la historia del mundo o por qué nos llegan algunas cosas y otras no. Yo no conocía la historia de Carlo, no me había llegado; es cierto que tampoco la había buscado, pero me impactó que la muerte de este chaval haya pasado tan desapercibida. En el texto hay una frase que me gusta mucho y que el 'ragazzo' le comenta a su amigo. Le dice: 'Después de lo que está pasando y de lo que estamos viendo [Génova asistió durante varios días a duros enfrentamientos entre policías y manifestantes, en medio de un férreo control de seguridad], nadie tendrá la valentía de decir que Europa es democrática'.

-Interpreta a un joven cuya vida se ve truncada de forma inesperada, pero no es una historia aislada, sucede cada día en multitud de lugares del mundo hoy en conflicto.

-Sí. Hay muchos casos de represión civil y social y muchas víctimas que no tienen el poder, mientras los culpables tienen demasiado para manipularlo todo y salir ganando. Sin ir más lejos, en nuestro país nos mean en la cara y nos dicen que está lloviendo. Entonces piensas, ¿no se puede hacer nada? Tenemos que estar atentos como pueblo para denunciar estos ataques a la justicia.

-Una de las preguntas que acompañan la obra es si otro mundo es posible; ¿lo cree?

-Sueño con ello. No sé si algún día me voy a retractar y voy a perder la esperanza, pero ahora mismo lo que quiero, siento y me toca creer es que otro mundo es posible.

-¿Cómo se llega hasta él?

-Hay otra frase de la obra que dice: 'Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo'. Y creo que ese es el primer paso, conocerse a uno mismo, ser consecuente y formarse para poder entender lo que nos rodea.

-¿El teatro puede cambiar el mundo?

-El teatro existe justamente porque hay cosas que, como seres humanos, no podemos asumir. Las artes están para expresar esas cosas que se nos escapan del mundo tangible. Y el teatro para mí es un espejo y una ventana; nos permite remover conciencias y hacer estas preguntas.

-¿Qué le interesa especialmente de él?

-Desde un aspecto más egoísta, busco entenderme, conocer las capacidades que tengo como ser humano a nivel emocional, físico e intelectual, y explotarlas. Es algo que ya me interesaba de pequeño. Y por otro lado, lo que me interesa es la comunión con el ser humano. El teatro es un lugar para disentir y escuchar; es un ritual brutal.

-¿Qué lección tiene siempre presente?

-Que hay que estar vivo y pendiente de cada momento, sin pensar en el futuro ni en el pasado. Intento recordarlo siempre, tanto dentro como fuera de escena.

-Es su primera visita a Murcia, ¿qué le gustaría encontrar?

-A gente que tenga ganas de escuchar esta historia y que tenga ganas de aceptar el código que nosotros le proponemos. Esta historia habla mucho de la juventud, de ser joven y querer cambiar el mundo. Me gustaría que la gente se dejara envolver por estos hechos.

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