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Escritores en una noche de micro abierto en el bar Ítaca.
Versos a quemarropa

Versos a quemarropa

'La Verdad' celebra el Día Mundial de la Poesía con un grupo de jóvenes escritores que asisten cada miércoles al micro abierto del bar Ítaca de Murcia

Marta Semitiel

Martes, 21 de marzo 2017, 01:07

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Algunos no llegan a la veintena. Otros apenas la sobrepasan. Pero a ninguno le tiembla el pulso al ofrecerse voluntario y coger entre sus manos el poema de Constantino Cavafis 'Recuerda, cuerpo' para celebrar con 'La Verdad' el Día Mundial de la Poesía.

"Llegué a Ítaca porque me dijeron que allí se hacía un micro abierto en el que podía recitar todo el mundo. Fui y me encantó. Me parece un gran evento en el que la gente expresa su arte y su cultura". Esta es la opinión de Alfonso Javier Fernández de Gea, un joven ceheginero de 18 años y estudiante de Periodismo que muchos miércoles acude a recitar a este local. Situado en la calle Mariano Vergara, en Murcia, este enclave se alza como bandera de la "poesía a quemarropa": así es como definen sus dueños al elenco de creaciones que cobran vida allí cada semana.

A pesar de su juventud y de que tan solo lleva dos años escribiendo poesía, Fernández de Gea se considera poeta, porque para él "poeta es todo aquel que siente de verdad lo que escribe, porque si no, no tiene sentido lo que hace", sentencia. Hace apenas un año que publicó su primer libro, 'Versos de cafeína', con la pequeña editorial alcantarillera La de Grandes Detalles, pero ya prepara las páginas del que será su segundo poemario, 'Cuando grita el alma'.

"Nosotros le damos cancha a todo el mundo, tenga más o menos calidad, sea novel o no. Preferimos que la calidad tenga sus eventos propios, pero el micro abierto es para todo el mundo", apunta Alberto Saura, cantautor y cooperativista de Ítaca.

«Una forma de salvarse»

La mayoría de los poetas que acuden cada miércoles al recital de participación libre de Ítaca son jóvenes menores de 30 años. Algunos comparten su poesía y otros sus canciones. "Hay días que acabamos el evento a la una de la madrugada, debido a la cantidad de gente que acude. Los participantes oscilan entre 15 y 25 cada semana, pero hay unos ocho más o menos que son fijos y vienen siempre", asegura Saura.

Uno de ellos es Félix Pérgar. Hace un par de años que ganó un certamen de poesía para jóvenes talentos con su primer libro, 'Me muero por verte sonreír', editado por ViveLibro. Empezó a escribir en verso con 15 años, pero a sus 23, dice no considerarse poeta todavía. Para Pérgar, la poesía "es una forma de salvarse de uno mismo, la poesía nace de la necesidad de expresar lo que no puedes decir de otra manera. Es entender el folio como forma de terapia. En el folio en blanco no hay censura", manifiesta.

Alfonso Javier secunda esta opinión. Para este estudiante de periodismo, "lo más importante es que el mensaje te salga de dentro, porque si no expresas lo que te sale del interior, a la gente no le llega tu poesía. Y si la poesía no llega, no gusta", considera.

Ambos saben que los recitales de participación abierta se han plagado en los últimos años de jóvenes que "se suben a la poesía porque está de moda". "Es cierto que muchos están escribiendo aprovechándose del movimiento, pero hay autores que tienen voz y tienen algo que decir", apunta el ceheginero Pérgar.

Moda o vocación

Los dueños de Ítaca se distancian de estos dos poetas en esta dicotomía. Para ellos, la poesía que comparten cada miércoles los jóvenes (y no tanto) en su bar "es completamente vocacional, porque si no lo fuera, pronto desaparecería". "Nosotros llevamos organizando el micro abierto desde hace siete años", aseguran con convicción. Sin embargo, sí dicen haber notado un aumento en los últimos años en la afluencia de artistas que acuden a su evento de los miércoles.

El movimiento juvenil crece cada vez más en torno a la poesía contemporánea, que utiliza las redes sociales como canal de difusión. Pero estos dos chavales saben que hay mucho más allá del número de seguidores que tenga cada autor en sus canales. "A mí no me suelen gustar los autores más conocidos, aunque leo a algunos de ellos, prefiero descubrir a los que se autoeditan, a los desconocidos", reconoce Pérgar.

Esta tendencia de escritura, "que siempre ha existido en la juventud como necesidad para expresar lo que siente", apunta uno de los dueños de Ítaca, se caracteriza en esta época por el verso libre y el contenido amoroso o de desamor. "Aunque hay de todo, también algunos leen poesía social o reivindicativa, no se puede generalizar en exceso", puntualiza Saura.

Entre los grandes referentes de esta nueva generación poética se encuentran Pablo Neruda y Charles Bukowski, aunque también tiñen sus versos con pinceladas de otros autores más actuales como Escandar Algeet, Irene X o Pablo Benavente.

Descubrir a otros autores y enriquecer sus poemas con otras corrientes es algo que solo depende de ellos. Mientras, tanto Ítaca como el resto de bares españoles que emergen como trinchera de la poesía siguen llenando sus salas semanalmente, "haciendo una gran labor al apoyar a toda esa gente", sentencia el todavía adolescente Fernández de Gea.

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