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El actor Arturo Fernández, junto al cartel de la obra 'Enfrentados' con la que hoy y mañana visita Cartagena.
Arturo Fernández: «Los españoles no nos queremos»

Arturo Fernández: «Los españoles no nos queremos»

El veterano intérprete protagoniza en Cartagena 'Enfrentados', junto a Bruno Ciordia

Rosa Martínez

Sábado, 10 de septiembre 2016, 17:02

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Dice Arturo Fernández (Gijón, 1929), veterano actor y eterno galán: «En esta profesión ya no se mira si en tu compañía llevas una de las comedias más importantes que se han puesto encima de un escenario». Funcionan, dice, «los amiguismos: 'Este no pertenece a este partido, pues hay que quitarlo'»; y eso, añade, es «una falta de profesionalidad; revanchismo, envidias, en fin, una mierda». «A Murcia -cuenta- iba a ir en febrero de este año, tenía seis días, pero al cambiar de programador me quitaron sin darme ninguna explicación. Y eso me parece muy poco profesional». Habla Fernández del relevo en la dirección del Teatro Romea que tuvo lugar el verano pasado y el encargo del Ayuntamiento de Murcia a César Oliva y Juan Pablo Soler del diseño de la programación del principal escenario murciano, una tarea que durante dos décadas llevó a cabo Lorenzo Píriz-Carbonell y que ahora realiza Soler, también responsable del programa del Teatro Circo Murcia (TCM) tras dejar el Consistorio a un lado la anunciada idea de nombrar a un director artístico para toda la red de teatros y auditorios municipales. Fernández no estuvo en Murcia pero sí lo estará ahora en Cartagena, en el Nuevo Teatro Circo, donde hoy y mañana presenta 'Enfrentados'. Con esta misma obra visitó hace dos años el Festival de Teatro de San Javier, donde recibió el premio del certamen: «Fue un verdadero honor», afirma. En 'Enfrentados' Fernández interpreta al Padre José María, un sacerdote defensor de las tradiciones eclesiásticas a quien la visita de un joven seminarista con ideas renovadoras (Bruno Ciordia) le pondrá en conflicto.

-Su personaje cree que el mundo necesita más amor; ¿usted qué opina?

-Que sí, que necesita más amor. Estamos pasando un momento de desconcierto, tenemos que recapacitar, pensar un poco dónde estamos, qué nos está ocurriendo. Estamos retrocediendo en vez de avanzar.

-¿Qué más es necesario?

-Eso no lo sé guapina, porque si lo supiera, sería el presidente del Gobierno (ríe). Supongo que serenidad y conciencia de las cosas; querernos un poco más, porque los españoles no nos queremos. Hubo una época, en mi juventud, en la que sí nos queríamos, pero ahora no. Entonces la amistad, el respeto, el orden y la disciplina eran importantísimos.

-¿Ya no hay respeto?

-No, para nada. Alguien pega a una mujer por la calle y nadie es capaz de separar esa historia, nadie quiere meterse y se pasa de largo, mientras que en mi época eso no se toleraba. Lo habíamos pasado mal y había ayuda, cariño. Las necesidades siempre te acercan.

-Usted ha dicho que 'Enfrentados' es una de las obras «más fantásticas e impresionantes de su trayectoria»; ¿por qué?

-Siempre que pongo una comedia encima de un escenario digo lo mismo, y no me suelo equivocar, porque se trata de trabajos en los que el público es quien mejor hace la publicidad. Él es quien te dice que no te la pierdas. 'Enfrentados' es una comedia muy inteligente y llena de ternura donde te puedes reír muchísimo y también te pueden caer un par de lágrimas. La gente que la ve, repite. En Madrid hubo un matrimonio que vino nueve veces. Lo llegué a conocer; tenía una tienda de antigüedades y siempre que venía lo hacían con tres o cuatro personas más.

-La obra pone de relieve dos visiones distintas de la Iglesia; ¿qué busca?

-Mostrar la situación actual de la Iglesia, que está cambiando, como todo. Tiene sus achaques y la vista cansada, y necesita reflexionar. El Papa Francisco lo está haciendo, y en esta comedia también hay una gran reflexión, tanto por parte del seminarista, que quiere que las mujeres sean sacerdotes, que los sacerdotes se casen y que los gays sacerdotes sean admitidos y se puedan casar, como del párroco. Hay que ver esta función.

-¿Qué me dice del Papa Francisco?

-Es muy auténtico, muy de pueblo, muy real y muy de verdad.

-¿Y de los jóvenes, de las nuevas generaciones?

-Que lo quieren todo, pero obligaciones, pocas. Hay que reflexionar sobre ello, porque así vamos mal.

-Con 'Enfrentados' ya estuvo en San Javier. Allí recibió el premio de su Festival de Teatro.

-Fue un verdadero honor. A lo largo de mi dilatada vida de actor he recibido muchas satisfacciones y una de ellas ha sido esa, por el trato de su gente. Era la primera vez que trabajaba al aire libre fuera de un teatro y fue muy importante. Es difícil que lo olvide, de hecho, me encantaría volver, incluso hasta con la misma comedia, porque un día no es suficiente cuando encuentras un éxito tan grande como este. A Murcia también me hubiera gustado mucho ir, pero me quitaron de la programación.

-¿Cuándo?

-Este año. Iba a ir en febrero, tenía seis días, pero me quitaron sin darme ninguna explicación, cosa que me parece que es muy poco profesional, y que está ocurriendo muy frecuentemente en mi profesión.

-¿Por qué cree que sucede?

-Amiguismos. Ya no se mira si llevas en tu compañía una de las comedias más importantes que se han puesto encima de un escenario, no, no importa nada: 'Este no pertenece a este partido, pues hay que quitarlo'. Es una falta de profesionalidad; revanchismo, envidias, en fin, una mierda.

-¿Qué le mantiene en activo?

-El escenario es toda mi vida, no sabría hacer nada si no estoy ahí arriba. Mire, en la historia del teatro en España, la comedia que más tiempo ha permanecido sobre las tablas ha sido la de Arturo Fernández. Llevo 55 años con mi propia compañía y nunca se ha batido ese récord. Es un galardón que guardo con gran honor, pero parece que para ciertos medios de comunicación no tiene importancia.

-Es usted también uno de los intérpretes con más edad aún en cartel.

-Sí, soy el último dinosaurio. La energía me la da el escenario y sobre todo haber elegido una profesión que me gusta por encima de todas las cosas, vas a trabajar contento, y eso te carga las pilas, pero también es importante estar en paz contigo mismo. Si te portas bien en la vida, la vida se porta bien contigo.

-¿Qué le pide al día a día?

-Nada, la vida me ha dado más de lo que pensaba. No le pido nada más.

-Ahora visita Cartagena.

-Hace tiempo que no voy y tengo ganas. Tiene un público muy preparado para el teatro que, con este éxito, va a quedar muy satisfecho. Serán los primeros que dirán que dos días les parecen poco.

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