A la conquista definitiva de la 'Mercedes'

En las profundidades del Golfo de Cádiz, los restos de la fragata española 'Nuestra Señora de las Mercedes' resisten a las profundas corrientes marinas de salida del Mediterráneo hacia el Atlántico como esperando la llegada de una segunda expedición de arqueólogos subacuáticos que tiene encomendada una importante tarea: completar la excavación del pecio, famoso por ser saqueado en 2007 por la empresa cazatesoros Odyssey y una batalla judicial sin precedentes en Estados Unidos que obligó a devolver el cargamento a su propietario, España, cinco años más tarde.

La segunda campaña de estudios en el yacimiento de la 'Mercedes' comenzó anoche con la salida desde el puerto de Cartagena del buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño', con los 13 técnicos del Instituto Español Oceanográfico (IEO) y del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) que tratarán de documentar casi al completo un yacimiento sumergido de casi 16.000 metros cuadrados de extensión.

El director del Arqua y de la expedición, Iván Negueruela, explicó que si el buen tiempo acompaña hasta el próximo día 22, fecha de regreso, podrán tener un conocimiento exacto del pecio, que el año pasado fue excavado en un 60% de su extensión. El objetivo es completar el mapeado completo del fondo marino, los lugares donde se sitúan los restos de la fragata e investigar lo que Negueruela llama «zonas sensibles». Se trata de puntos localizados a 1.200 metros de profundidad donde hay hasta tres sustratos arqueológicos y donde los arqueólogos suponen que puede estar parte de la carga que aparece inventariada en el Archivo General de Indias.

En el caso de que el tiempo y las corrientes sean menos favorables que en la campaña del año pasado, Negueruela espera que quede estudiado el 80% de la superficie del yacimiento sumergido. «Será difícil llegar al cien por cien por la dispersión de los muchos materiales que hay, ya que la fragata explotó antes de hundirse», recordó.

Los arqueólogos estarán asistidos técnicamente por el equipo del IEO a bordo del 'Ángeles Alvariño', liderado por el jefe de flota José Ángel Díaz, quién destacó que dispondrán de un equipo técnico compuesto por ecosondas, un vehículo submarino manejado por control remoto, además de cámaras de vídeo y fotografía de alta definición con las que pretenden realizar el mapa oceanográfico del yacimiento. Díaz destacó la dificultad que supone trabajar a 1.200 metros de profundidad, añadida a la fuerte corriente marina existente en esa zona a partir de los 500 metros, que, sin embargo, evita el depósito de sedimentos. La Armada dará apoyo logístico.

La primera expedición recuperó el año pasado un cañón de bronce y once piezas más del pecio, elegidas por el peligro de su desaparición. También descubrió la ubicación de una veintena de cañones de hierro muy oxidados, 148 de los 800 lingotes de estaño que llevaba en las bodegas, dos culebrinas y tres anclas, entre otros objetos.

Los investigadores posicionaron todas esa piezas y solo extrajeron algunas para documentar aspectos de la vida a bordo de la fragata, como una maja de almirez de oro, una palmatoria de plata, tres cucharas, un tenedor y tres platos, también de plata. Tras pasar por los laboratorios del Arqua, casi todas forman parte de la colección que también conserva las monedas robadas por Odyssey.

«Lección a los cazatesoros»

El director del Arqua destacó que una excavación bien desarrollada servirá para dar una «gran lección, inolvidable, a los cazatesoros», como esa empresa estadounidense, de la que dijo que «profanó» los restos de un buque de estado.

La fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes', de 36 cañones y 300 tripulantes, se hundió el 5 de octubre de 1804 tras ser atacada por la inglesa 'HMS Amphion'. Formaba parte del convoy que cubría la ruta comercial con América, de donde regresaba cargada de oro, plata, telas y especias, entre otros objetos.

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