Borrar
Rafaelillo durante la corrida de ayer en Valencia.
Otra batalla ganada por Rafaelillo
PLAZA DE TOROS DE VALENCIA

Otra batalla ganada por Rafaelillo

El murciano corta una oreja de ley a un Cuadri y Román sale a hombros tras obtener dos de un gran sobrero de Algarra

FRANCISCO OJADOS

Lunes, 25 de julio 2016, 00:52

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Fue corrida intensa la de Cuadri, con un sobrero de Algarra, que sustituyó al devuelto tercero, que puso la dulzura, a un encierro exigente de la ganadería de Trigueros, con trapío y conductas de toros encastados y complejos.

  • Ganadería

  • Cinco toros de Celestino Cuadri, hondos y serios, y uno de Luis Algarra, lidiado como sobrero en tercer lugar que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

  • Toreros

  • Rafaelillo (de nazareno y oro) Ovación con saludos tras aviso y una oreja.

  • Pascual Javier (de azul pavo y oro) Silencio en ambos.

  • Román. (de verde esperanza y oro) Dos orejas y silencio tras aviso.

  • Incidencias Román salió a hombros. Saludó en el quinto el banderillero murciano José Mora.

El primero de la tarde, para Rafaelillo, dio en la báscula 583 kilos. Lo recibió Rafael con una larga cambiada de rodillas, después de la cual el toro se paró, acudió andando a los capotes y tuvo mucho que lidiar. Y en eso, Rafaelillo es un maestro. Tras los dos puyazos fuertes de Esquivel, Rafael se dobló muy bien por abajo con el Cuadri, dibujando un precioso cambio de mano. En la primera tanda diestra cuajó otros redondos notables y a partir de ahí el toro se agarró definitivamente a la arena. El oficio del diestro le sirvió para aprovechar las apenas cinco embestidas potables que regaló el astado. En una de ellas esculpió un natural extraordinario que arrancó a tocar la música. Fue faena de entrega del murciano sin suficiente correspondencia bovina. Lo pinchó en dos ocasiones y saludó una ovación desde el tercio.

Brindis al pequeño Adri

El cuarto de la tarde tuvo mucho que torear. Salió olfateando el ruedo y sin atender a los capotes y cuando lo hizo cortó el viaje. Sin embargo se calentó tras pasar por los piqueros y pidió torero. Y allí había uno dispuesto a plantear batalla. Curtido en mil de ellas, el esfuerzo de Rafaelillo fue de una verdad incuestionable. Faena de tensión, en un hilo entre el triunfo y el hule, que brindó al pequeño Adrián, un niño con una enfermedad rara al que Rafael le está preparando un festival. Los doblones por bajo fueron cruciales para que el Cuadri entendiera que allí mandaba Rafaelillo, que se pasó muy cerca los pitones de los muslos para enganchar los muletazos. Cuando ya no había más, el abaniqueo por la cara tuvo sabor añejo. Esta vez sí, mató de una gran estocada que hizo rodar sin puntilla al torazo de 600 Kilos. Una oreja de las que saben a gloria, como la vuelta al ruedo que compartió con el pequeño Adrián.

El otro triunfador del festejo fue el joven Román. Se encontró con un gran toro de Algarra lidiado como sobrero. Román fue todo desparpajo y frescura. Desde el saludo en el que se echó el capote a la espalada a la faena de muleta iniciada con estatuarios y seguida por un toreo con ambas manos llevando fenomenal las embestidas de un toro que hizo el avión. Sin embargo pasó las de Caín con el Cuadri que cerró la feria. Un toro encastado que se adueñó de la situación y que llevo de cabeza a la cuadrilla y al propio matador. Lo mejor es que salió integro de este encuentro.

Pascual Javier puso voluntad ante dos Cuadris que no sacaron maldad, pero que tampoco ofrecieron posibilidades de triunfo. Para un torero con tan pocos contratos ya es algo a tener en cuenta.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios