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Paco Macià, director de la Compañía Ferroviaria.
Teatro para 'esos locos bajitos'

Teatro para 'esos locos bajitos'

Paco Macià adapta para la Compañía Ferroviaria el 'Diario secreto de Pulgarcito', de Philippe Lechermeier. El montaje 'Pulgarcito y sus hermanos' elogia el afán de superación y la valentía que permitarán superar los obstáculos

Antonio Arco

Lunes, 4 de abril 2016, 12:50

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«Los niños no son imbéciles, así que no entiendo por qué muchos espectáculos infantiles se empeñan en tratarlos como si lo fuesen», dice Paco Macià, padre de dos hijos, bailarín, actor, profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Murcia y director de la Compañía Ferroviaria, con cuyos personales y elegantes montajes ha logrado éxitos como 'Himmelweg, camino del cielo', de Juan Mayorga; 'El sueño de la razón', de Buero Vallejo, con el que logró en 2013 el Premio del Público en el XXII Festival de Teatro Hispánico Don Quijote de París; o 'Equus', de Peter Shaffer. Macià, que sobre todo pretende con su trabajo escénico «tocar el corazón, desatar sentimientos, hacer que el espectador viva una experiencia que le deje huella», firma también el texto del nuevo espectáculo infantil de Ferroviaria, 'Pulgarcito y sus hermanos', fruto de la adaptación que ha llevado a cabo del 'Diario secreto de Pulgarcito', de Philippe Lechermeier.

  • Obra. 'Pulgarcito y sus hermanos'. Teatro infantil. Compañía Ferroviaria.

  • Autor y director. Paco Macìa, a partir de

  • 'Diario secreto de Pulgarcito', de Philippe Lechermeier.

«En Ferroviaria no solo nos interesan los temas para adultos, ya que también nos resultan sugerentes los que pueden interesar a los más pequeños. Por eso ya llevamos años acercándonos al mundo infantil», indica Macià, que cita en este sentido títulos como 'Tusitala, la Isla del Tesoro', 'A Rana el corazón le hace tum tum', 'El aviador' o 'Cuento de Navidad'. «Reivindicamos una labor educativa y espectacular, desarrollada a partir de un trabajo hecho con mucho mimo, centrada en los más pequeños y también en un público juvenil», dice Macià, quien remarca «el compromiso, el cuidado y la responsabilidad con la que nos acercamos a los más pequeños». Teatro para 'esos locos bajitos' que, como canta Joan Manuel Serrat, «cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir».

¿Qué se propone Ferroviaria cuando enfoca su trabajo hacia los niños? «Queremos transmitir a través de nuestro espectáculos infantiles un mensaje claro, constructivo y reflexivo para los niños y niñas, sin por ello renunciar a que se lo pasen muy bien y disfruten de una puesta en escena creativa, participativa y de acercamiento al concepto de 'belleza' que nosotros defendemos», explica el director de la compañía.

Macià se fijó en la historia de Pulgarcito porque «es uno de los grandes clásicos de la Literatura Universal y del teatro infantil», eso sin la menor duda. «Nos hemos querido acercar al lado mas íntimo del protagonista del cuento y, a partir de la historia clásica, hemos construido un texto más personal, desde el que Pulgarcito, en primera persona, nos cuenta la relación que tiene con el mundo exterior como un niño más», explica. «Además, se conocerá a sus hermanos y la relación que Pulgarcito tiene con ellos. También mostrará su percepción del mundo y de los adultos que le rodean: el profesor, el padre, la madrastra, los vecinos...», añade.

En el montaje de Ferroviaria «se refleja la rebeldía ante los responsables de la pobreza de la población, se evidencian las injusticias y los abusos de poder que llevan a cabo los adultos, y se elogian la superación y la valentía que te permiten enfrentarte a fuerzas muy superiores y temibles representadas por los ogros». «El texto», cuenta Macià, «está escrito en rima para hacerlo más atractivo, rítmico y lúdico para los niños. Y es rico en contenidos divulgativos e inteligentes que despiertan la imaginación y el afán de conocer. Un texto que definiría como de globalidad-poética». Hablamos de «una escritura muy cercana a las vivencias de tantos niños que ahora se encuentran en una situación de escasez, de abuso de poder por parte de los adultos, de precariedad y de pobreza infantil». Eso sí, «temas que se abordan en la puesta en escena desde la mirada infantil del protagonista: ingenua, lúcida, verdadera, justa». «En definitiva», precisa Macià, «nuestro 'Pulgarcito' reflexiona sobre la realidad de niños desasistidos en la sociedad desigual en la que vivimos, pero también sobre el afán de superación, la rebeldía y la solidaridad entre iguales». «Ser capaces de defendernos por nosotros mismos y de reaccionar frente a los 'ogros' de la sociedad es algo muy importante y útil», cree. 'Pulgarcito y sus hermanos' es «un espectáculo que no huye del mensaje a los niños, al mismo tiempo que es muy divertido y se dirige a ellos con un lenguaje sorprendente e imaginativo».

Con respecto a la puesta en escena de 'Pulgarcito y sus hermanos', «partimos de elementos básicos de estética pobre como lo son las cajas de frutas vacías -metáfora de la escasez- y el papel en sus múltiples texturas y colores -materia utilizada por los niños en su cotidianeidad escolar-». Además, «la manipulación, transformación y construcción de estos elementos nos harán viajar dentro de la historia y de los lugares en la que se narra: la escuela, la casa de Pulgarcito, el bosque, la casa de huéspedes del ogro, el castillo...». También se han cuidado mucho la luz, «un elemento esencial en la creación de las atmósferas de tiempo y lugar», y el espacio sonoro, que ofrecerá «música y canciones en directo, además de los sonidos y efectos necesarios en el desarrollo de la acción». Por otro lado, los tres actores que protagonizan el montaje son también los manipuladores de los objetos imprescindibles para contar la historia. «Buscamos elementos evocadores que desarrollen la imaginación y las sinestesias de los niños», concreta Macià, que cree que, en efecto, menos, pero bueno, es más.

De nuevo ha contado con la colaboración del pintor, escultor y escenógrafo murciano Ángel Haro. Juntos decidieron «emprender una línea de creación conjunta a partir de los objetos encontrados en los lugares más insospechados, como en las minas de La Unión o en los alrededores de Ceutí, donde la gente dejaba sus utensilios viejos y caducos».

«Este primer acercamiento», reconoce Macià, «era deudor de la fascinación que nos produjo la exposición de 'folitraques' de nuestro escenógrafo ['Folitraque. Los juguetes del fin del mundo', pudo disfrutarse en 2014 en la Fundación Pedro Cano de Blanca], de cómo la unión o superposición de objetos de deshecho o industriales podían volver a tener una vida poética, siguiendo el concepto de Joseph Beuys de la poética del objeto post-industrial».

Mundos por explorar

«Junto a Haro», recuerda, «exploramos y encontramos los objetos que nos demandaba la historia y vimos conjuntamente cómo iban apareciendo los personajes a partir del encuentro con las familias de objetos que relacionábamos según las cualidades de comportamiento y de status social de cada personaje». «Esta búsqueda -añade- fue impresionante puesto que nuestra mirada cada vez se hacía más y más receptiva a la vida de los materiales y nos sumergíamos en un mundo que no habíamos explorado pero que nos sedujo». «Haro», afirma, «ha resuelto plásticamente nuestras decisiones y las ha dotado de un valor artístico objetivo consiguiendo que cada personaje sea una pieza especial. Estamos gratamente impresionados por la recepción que ha tenido para los niños y niñas esta propuesta, por la manera tan desinhibida con la que nos acompañan en nuestras representaciones, y por el agradecimiento de los padres por este teatro tan imaginativo».

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