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Jorge López Ramón y Cajal, director de Barrabés Industry.
«Tenemos la oportunidad de cambiar el modelo y modernizar la industria»

«Tenemos la oportunidad de cambiar el modelo y modernizar la industria»

director de Barrabés Industry

M. CARMEN RAMÍREZ

Lunes, 23 de noviembre 2015, 00:57

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Ingeniero Industrial, economista y MBA por IESE, Jorge López trabaja desde hace ocho años en Barrabés. Dirige desde junio Barrabés Industry, la nueva marca de esta consultoría creada para ayudar a las empresas a consolidar sus servicios tecnológicos aplicados a la industria. Hasta este verano, su trabajo se ha basado en liderar proyectos de consultoría de innovación, aceleración de 'startups' y en buscar soluciones innovadoras para las Pymes.

Barrabés es conocida por la tienda con la que empezó la marca, un local de venta de material de montaña para los turistas del Pirineo que fue pionero en la venta 'online' de sus productos. Tal fue el éxito, que empezaron las conferencias para dar cuenta de este, luego llegaron las asesorías puntuales y finalmente la firma creó la consultoría, con la que asesora y ayuda a las empresas a posicionarse en internet. La recién creada Barrabés Industry trabaja asesorando a las empresas industriales en su adaptación a la era digital. Se convierte así en una de las protagonistas de la Industria 4.0.

-¿Por qué dice que estamos en la Tercera Revolución Industrial?

-Los alemanes creen que estamos en la cuarta, pero en el resto de países desarrollados nos gusta más hablar de la tercera. Ellos creen que en los 70, con la llegada de la robótica y las TIC al mundo industrial, se produjo la tercera, pero yo considero que esa incorporación solo consiguió mejorar los modelos productivos de la Segunda Revolución Industrial. Aunque los alemanes, que no hay que olvidar que son la primera potencia económica de Europa, consideren que ahora estamos en la cuarta, es difícil, en el contexto de la historia, entender dos revoluciones industriales en menos de cincuenta años. Yo creo que la entrada de la robótica en la industria inició el camino de una situación en la que estamos inmersos ahora.

-¿Qué situación es esa?

-En estos momentos convergen una serie de tecnologías que posibilitan hacer cosas que hasta el momento no eran posibles. Los procesos productivos son inteligentes. Tenemos máquinas que nos informan de lo que está pasando y sistemas de control que pueden llegar a predecir los problemas. Es decir, gracias a internet, todos los elementos industriales son capaces de dar muchos datos en tiempo real.

-¿Cómo se traduce esto en el proceso productivo y en el producto?

-Hemos pasado de vender productos simplemente a vender productos y resultados. Por ejemplo, Michelin está sacando al mercado neumáticos sensoriales. En lugar de facturar neumáticos, lo que hacen es facturar por los kilómetros recorridos. Es decir, ofrecen un servicio basado en la confianza. Saben que dan un buen producto y lo corroboran con esta manera de cobrarlo, porque están convencidos de que el neumático aguantará miles y miles de kilómetros.

-¿Sabe España hacer estas cosas?

-La Industria 4.0 está empezando a despuntar en España. Por supuesto, no estamos tan avanzados como otros países como Alemania. Y aquí, concretamente, hay comunidades que van por delante, por ejemplo el País Vasco. Las empresas se están enterando de que las inversiones en tecnología para la industria no solo abaratan costes a largo plazo, sino que además cambian el producto y el proceso productivo dando más calidad. Pero, en general, las empresas no terminan de entender qué significa esto.

-¿Qué significa?

-Estamos en un momento económico en el que se vuelven a repartir las cartas. Tenemos una oportunidad enorme de cambiar el modelo productivo y modernizar toda nuestra industria, lo cual nos posicionaría entre las primeras potencias económicas del mundo. Ahora mismo, todos los países estamos en la salida de una carrera de Fórmula 1 en la misma posición; quien salga más deprisa tendrá más posibilidades de llegar en los primeros puestos.

-¿Esto cómo se hace?

-Implica primero un cambio interno dentro de las empresas. Hay que incorporar a la industria perfiles profesionales que hasta ahora no existían. Las industrias necesitan informáticos, ingenieros de software, especialistas en seguridad informática, etc. Antes, la industria no era un trabajo atractivo para estos perfiles profesionales, pero ahora se han dado cuenta de las posibilidades que tienen. Después de contratar estos nuevos profesionales, hay que formar a los que ya están dentro de la empresa. Es un buen momento porque los ciudadanos son los primeros consumidores de tecnología del mundo. El 'smartphone' nos ha situado en una posición privilegiada a la hora de adaptarnos a esta nueva situación. En tercer lugar, las administraciones públicas tienen que ponerse a trabajar para facilitar a las empresas su introducción en la Industria 4.0.

-¿Cree que los empresarios están por la labor de afrontar este tipo de cambios?

-Las empresas, algunas, creen que esto es solo un cambio tecnológico. Esto es mucho más y requiere un cambio de mentalidad. Hay que formar trabajadores, poner las infraestructuras necesarias y tener la creatividad que requiere llevar esto a cabo. Las cosas cambian ahora a una gran velocidad. Las nuevas empresas ya nacen adaptadas a estos tiempos y las que estaban o se unen o se quedarán atrás

-¿Están las administraciones enteradas de esta situación?

-En el País Vasco y Galicia se están haciendo muchas cosas. A nivel nacional, el Ministerio ha puesto en marcha el plan 'Industria Conectada 4.0', que es bastante ambicioso. Pero estas cosas hay que hacerlas con criterio. No podemos caer en la trampa de apoyar la tecnología sin más, porque se le puede dar más de lo que necesita. Hay que tener claro cómo las tecnologías pueden incidir a nivel de negocio y de qué manera se les puede ayudar.

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