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Àngels Gonyalons, durante una escena del musical.
«Llevo un año con este personaje y no me aburro; ¡me lo paso bomba!»

«Llevo un año con este personaje y no me aburro; ¡me lo paso bomba!»

Actriz

Rosa Martínez

Jueves, 5 de noviembre 2015, 11:36

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La última vez que visitó Murcia se marchó con un gran sabor de boca, con una sonrisa de oreja a oreja y con una sensación de satisfacción que no ha borrado de su memoria pese a que desde entonces han pasado doce años. «Igual el público ya no lo recuerda, pero yo sí», dice Àngels Gonyalons (Barcelona, 1963) de su paso por el Teatro Romea en febrero de 2003 con la comedia musical 'Cuando Harry encontró a Sally' junto a Josema Yuste: «Me dijeron unas cosas en los periódicos, más bonitas... que volver me inspira mucho respeto». Gonyalons, con una larga trayectoria en los teatros -en su currículo figuran títulos como 'Chicago', 'Paradís' y 'Mar i cel'- regresa mañana a Murcia con el musical 'Sister Act', que se podrá ver en el Auditorio Víctor Villegas hasta el domingo. El espectáculo, incluido en la programación de la Semana Grande de Cajamurcia, toma el argumento de la película que Whoopi Goldberg llevó a los cines en 1992, pero aquí, advierte Gonyalons, «cantan hasta los malos».

  • Qué Musical 'Sister Act'.

  • Dónde y cuándo Mañana, a las 18.00 y a las 22.00 horas; sábado 31, a las 17.30 horas y 21.30 horas; y domingo 1, a las 16.30 y 20.30 horas. Entradas

-¿Qué le atrapa de este musical?

-Lo primero que se me ocurrió cuando leí el libreto fue que es un musical terapéutico, tanto para el público como para nosotros. Es un espectáculo honesto, no engaña a nadie. Es una historia amable, feliz, pero no por eso menos rigurosa, eficiente y de nivel, y yo creo que nos sumerge a todos en un estado de optimismo, de una actitud positiva, que francamente, en estos momentos es de agradecer.

-¿Qué le gusta especialmente?

-Me divierto mucho. Salimos todos de él con un gran subidón.

-Pero usted interpreta a la madre superiora de un convento que se revoluciona con la llegada de la joven Deloris. ¿Su papel es, quizá, el menos apetecible?

-Aparentemente, ¡pero yo me lo paso bomba! Es el personaje más austero y serio pero es pura ironía. Además, tengo una gran complicidad con Mireia [Mambo, en el papel de Deloris]. Es pura magia, y esto se da o no. No lo puedes forzar. Luego, hacer de malo es más divertido [ríe].

-¿Ha sido un reto?

-Siempre es un reto. Cualquier trabajo es un reto. Cuanto más tiempo llevas en esto, la gente piensa que tienes que estar más relajado y yo creo que es al revés. No lo vivo con angustia porque si no, no me dedicaría a esto, pero sí con mucho respeto, con mucha autoexigencia. En Murcia, la última vez que estuve allí, hará unos 12 años, me dijeron unas cosas en los periódicos... ¡Dios mío! Estuve haciendo 'Cuando Harry encontró a Sally'. Eso a mí me inspira mucho respeto, la gente espera cosas de ti y quieres estar a la altura de lo que se espera. Siempre es un reto.

-¿Qué recuerda de aquella visita a Murcia?

-Fue una experiencia superpositiva, muy agradable y también muy conmovedora. Había estado antes con 'Chicago', pero de aquella ocasión no me acuerdo casi, esta experiencia, sin embargo, la recuerdo con especial cariño y respeto.

-¿Qué ha supuesto y supone para usted 'Sister Act'?

-Cada papel, cada nuevo proyecto es todo un reto. Algo que hay que superar, nuevos escollos, nuevas oportunidades para aprender y superarse. Llevo un año haciendo este personaje, no me aburro en absoluto y ese es uno de los estímulos para dedicarte a esto.

-El espectáculo sigue el argumento de la película de Goldberg; ¿las buenas historias permanecen?

-Sí. Es una historia, ya he dicho, amable, blanca; pero el mensaje que tiene, que no es pretencioso pero tiene su mensaje, es olvidémonos de los prejuicios y seamos un poco más flexibles y escuchemos más.

-Habla de prejuicios. ¿Los hay en torno a la Iglesia?

-A mí no me gusta generalizar; soy muy defensora de los matices. Eso de que en los 70 si no ibas a misa eras poco menos que yo qué sé y ahora si vas, la gente se ríe en la cara, me parece muy feo. Yo procuro tener un poco más de sentido del respeto por todo, por las ideologías, por todo lo que no sea violento y no sea atacar a los demás. Todo el mundo me merece respeto. No quiero que me adoctrinen y no quiero adoctrinar a nadie.

-¿Cree que vivimos con demasiadas normas?

-Vivir con normas es más fácil que vivir sin ellas. Las leyes las hacemos los hombres, ¿por qué? Porque la gente no tiene el suficiente sentido común o no quiere utilizarlo para regirnos por un código ético y no dañar al de al lado. A mí me gustaría no necesitar esas leyes y aplicar el sentido común y la empatía. Por eso creo que es tan importante la educación en todos los sentidos, y desde los gobiernos se debería fomentar. Evidentemente, no interesa, porque interesan más los borregos que siguen leyes instauradas por los que mandan. Deberíamos todos ser capaces de actuar correctamente sin necesidad de que nadie no los diga. Sé que es una utopía, pero hay que trabajar por ello.

-En Murcia proponen seis funciones en tres días. ¿Qué hace para aguantar el ritmo?

-Portarme bien. No me cuido especialmente, pero no me descuido. En cuanto salgo de la función, rápidamente me voy a la habitación, como algo ligero y me voy a dormir.

-¿Qué espera encontrar?

-Procuro no esperar nada. Lo que sí espero es poder dar al público lo que él espere de nosotros. Ya te digo, la última vez que estuve me dedicaron unos escritos muy bonitos. Igual nadie se acuerda, pero yo sí. Además, venimos con un montaje muy especial. La gente nos da las gracias por hacerles un poco más felices y a eso es a lo que aspiramos.

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