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MARGARITA MUÑOZ ZIELINSKI
Martes, 13 de octubre 2015, 10:38
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Avalado por el reconocido prestigio de Antonio Canales y lo novedoso que puede resultar la anunciada propuesta de un musical flamenco a partir de una canción de Serrat del año 1974, el 'Romance de Curro El Palmo' ya es de por sí un reclamo que debe despertar expectación . Estrenado en el festival de verano El Grec de Barcelona en 2014, ha sido la oferta del Teatro Circo de Murcia para comenzar la temporada. A la entrada de la sala, las luces encendidas nos permiten ver una muy llamativa escenografía recreando un barrio de chabolas de la Barcelona de los años sesenta, un escenario en el que durante dos horas, algo largas, unos personajes que actúan, bailan y cantan nos trasladan entre bailes, coplas y texto al tablao y su entorno, en el que la historia de Curro El Palmo, bailaor cojo, sufre de amor por Merceditas, dominados por la violencia de El Lacio, el dueño: «La vida y la muerte bordada en la boca tenía Merceditas la del guardarropa...». A partir de esto, nos encontramos con una narración en dos partes diferenciadas, la llegada de emigrantes a Cataluña y la lucha por sobrevivir, y la historia de unos personajes de destino muy duro. Como no podía faltar, alusiones a la actualidad de nuestros días adivinada hace cincuenta años, buscando un fácil toque de humor. Desde luego, no se ha escatimado en buscar calidad de intérpretes, empezando por la maestría de Antonio Canales en su papel de «gitano falso, exbufón de palacio, alcahuete noble»; el excelente bailaor Nacho Blanco, pobre Curro que «se muerde los labios y calla» y la tan inspirada Eli Ayala, Merceditas burlona, «carita gitana, ¿cómo hacer buen vino de una cepa enana?». Otro acierto es el cante flamenco de Kike Morente, hijo del gran Enrique Morente, los músicos en directo y la cantante que interpreta divinamente coplas. Los bailes a partir de la primera seguiriya van a pasar por soleá, farruca, caracoles, pasodoble, sardana y hasta jotas con traje de sevillanas. Cada uno pretende justificar las escenas, pero la línea coreográfica no se mantiene a la misma altura. El teatro-danza, musical flamenco y todo esto de mezclar artes escénicas conlleva un cierto riesgo, ya que no es tan sencillo aunar la interpretación de facetas tan variadas.
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