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Momento en que el astado tiene empitonado a Antonio Puerta por el gemelo izquierdo.
Antonio Puerta recibe una brutal cornada en Madrid tras una actuación destacada

Antonio Puerta recibe una brutal cornada en Madrid tras una actuación destacada

A la herida de 45 centímetros en su pierna izquierda se une una luxación en el hombro

FRANCISCO OJADOS

Domingo, 26 de abril 2015, 21:59

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El novillero Antonio Puerta fue el protagonista en la novillada celebrada este domingo en la plaza de toros de Las Ventas.

Desde el lado negativo, el de Cehegín recibió una fortísima cornada del tercer novillo de la tarde, que le correspondía en suerte al novillero madrileño Amor Rodríguez. Puerta quiso aprovechar su turno tras el segundo puyazo y se disponía a realizar un quite por tafalleras cuando el astado de Javier Jiménez lo prendió de forma certera por el gemelo de su pierna izquierda, volteándolo de forma espectacular y despertando la máxima preocupación de las cuadrillas al quedar inmóvil en la arena.

Rápidamente fue trasladado a la enfermería de la plaza y el doctor García Padrós lo intervino de urgencia. El parte del galeno tras la operación rezaba de la siguiente forma: «Herida por asta de toro en cara posterior pierna izquierda de 45 centímetros que produce destrozos en músculos gemelo externo, sóleo y peroneo. Luxación cerrada de hombro izquierdo. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros, pasando al hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico grave».

Como dice el parte, el novillero fue trasladado al hospital San Francisco de Asís de la capital de España, donde continuará su tratamiento.

Antes, frente al novillo que abrió el festejo, Antonio Puerta había dejado patente las intenciones con las que comparecía en Las Ventas, que no eran otras que las de conseguir el triunfo a cualquier precio.

Ese fue un novillo muy serio y astifino, con presencia de toro. No le importó a Puerta el volumen y seriedad del novillo ni tampoco la tromba de agua que caía sobre Madrid. Solo tenía una idea: triunfar. Demostrar que es un torero con condiciones para funcionar. Sin querer perder ni una oportunidad para reivindicarse se echó el capote a la espalda para interpretar un primer quite, entrando Miguel Ángel León en su turno con otro quite que replicó Antonio Puerta con otro quito por saltilleras de gran quietud y riesgo. Tampoco pareció importarle al de Cehegín que el burel embistiera descompuesto y tuviera marcadas las querencias, y se quedó muy quieto para torear con temple y despaciosidad. Los finales consistieron en unas bernadinas de máximo ajuste y tras matar con acierto, el público se refugió de la tromba de agua. Lo que era una actuación de premio, de oreja justa, quedó en una gran ovación tras petición. Del resto de su actuación y de su apuesta sincera ya se conocen las consecuencias. Pero la tarde para Puerta era eso. O por una puerta o por otra. Salió cruz.

En cuanto a sus compañeros, Miguel Ángel León y Amor Rodríguez, vieron como se silenciaron sus actuaciones.

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