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El dibujante y escritor José María Peridis. :: josé ramón ladra
«He escrito cuando ya no he podido aguantarme más las ganas»

«He escrito cuando ya no he podido aguantarme más las ganas»

José María Pérez 'Peridis' Dibujante y escritor. Mañana firmará en Murcia ejemplares de su primera novela, 'Esperando al rey', galardonada con el premio Alfonso X El Sabio

Rosa Martínez

Martes, 16 de diciembre 2014, 11:54

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Era ahora o nunca. «En la vida -dice José María Pérez 'Peridis' (Cabezón de Liébana, Cantabria, 1941)- se escribe cuando se puede», y él, arquitecto, especialista en arte románico, dibujante y humorista -sus viñetas se publican en 'El País'-, y, también, presidente de la Fundación Santa María la Real del municipio palentino de Aguilar del Campoo, lo ha hecho cuando ha podido; cuando el tiempo que le ocupaba su trabajo como arquitecto y el que también empleó durante algunos años en dirigir y presentar la serie documental 'Las claves del románico', de Televisión Española (TVE), ha vuelto a estar disponible. Pero también, cuando, reconoce el autor, «ya no he podido aguantarme más las ganas». Su primera novela, 'Esperando al rey', narra la vida del medievo español tomando como punto de partida la decisión del emperador Alfonso VII de dividir el reino entre sus dos hijos, para centrarse más tarde en la figura de Alfonso VIII. El libro, publicado por Espasa, ha sido galardonado con el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio. Peridis estará mañana en El Corte Inglés de Murcia (Gran Vía, 42) firmando ejemplares de su trabajo.

  • Qué Firma de ejemplares de la novela 'Esperando al rey', de José María Pérez 'Peridis'.

  • Dónde y cuándo Mañana, de 17.30 a 19.30 horas, en El Corte Inglés de la Gran Vía de Murcia, nº 42.

-¿Por qué una novela y por qué sobre Alfonso VII?

-A veces, cuando voy por la calle, la gente me para y me pregunta cómo es que no sigo con la serie 'Las claves del románico', y yo les digo: 'Porque no hay patrocinadores'. Eso me ha hecho reflexionar y decidirme a contar en una novela lo que ya no puedo en televisión. ¿Y por qué Alfonso VIII? Pues porque cambió la historia con su victoria en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y fue rey de niño, desde los tres años hasta los 61; creo que se merecía una novela.

-¿Qué le empujó a escribir?

-Un gusanillo que tenía desde hace años, porque a mí me gusta contar cosas. Las he contado por la radio, por la televisión, en 'El País'..., en el fondo la tira que hago en el periódico es escribir dibujando y ahora, con la novela, lo que hago es dibujar escribiendo. Me parece también que en la novela histórica tradicional falta una que cuente la vida de los grandes personajes de esta historia, que son fundamentalmente los canteros, como el maestro Mateo [autor del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela] y las mujeres como Teresa, protagonista de la novela.

-¿Es un homenaje a ellos?

-Es un homenaje que me he dado a mí mismo ahora que soy mayorcito. Me interesaba mucho contar cómo era la vida a través de las vivencias, de la sangre, del miedo, del amor y de la pasión de los personajes.

-¿Y qué tal la experiencia?

-Como dicen en mi pueblo, mejor imposible: me dieron el premio Alfonso X El Sabio y llevo siete ediciones en dos meses. Pero no hay que equivocarse, una novela es una cosa muy seria, hay que armar su arquitectura, ensamblar a los personajes, que sea verosímil, apasionante, que enganche... ¡Mucho respeto a los novelistas! Yo, cuando vea a uno haré como cuando era niño y veía al obispo de mi pueblo; me arrodillaba y le besaba el anillo.

-¿Usted no es ya uno de ellos?

-No, no. Yo soy un espontáneo, voy a ver si voy cogiendo oficio.

-¿'Esperando al rey' es un proyecto puntual o quiere seguir escribiendo?

-Dependía del resultado de la primera, porque uno escribe para que le lean, pero me ha gustado tanto y he disfrutado tanto..., que tengo una edad por la que si no escribo ahora ya no escribo nunca; quizá tenía que haber empezado antes. En la vida se escribe cuando se puede, yo he escrito cuando no podía aguantarme más las ganas, porque llevo dando la lata a los amigos mucho tiempo.

-¿Por qué no lo hizo entonces?

-De arquitecto por un lado, de humorista por otro, con la Fundación Santa María La Real..., ¡es que solo tengo una vida! Cuando una de estas cosas ha decaído, ya no está la serie y de arquitecto ya no trabajo, he tenido un poco más de tiempo.

-¿Conocemos poco nuestra Historia?

-Sí, la conocemos poco y mal, porque en Arte te enseñan a algún maestro y los estilos, y en Historia, los reyes y las batallas; pero en medio está la vida. La sociedad estaba allí, con sus conflictos. Era una sociedad que crecía, éramos nosotros cuando éramos niños y empezábamos a balbucear el castellano.

-¿Quien no conoce su Historia está condenado a repetirla?

-En cierta medida sí, pero es que la historia no se puede conocer, hay que vivirla. Lo que la mueve, la mayoría de las veces son las pasiones, el sentimiento, y éste es muy manipulable. Ahora, cuando oigo hablar de la transición a jóvenes políticos me digo: '¿De qué me están hablando? Eso no fue la transición, porque yo la viví'; y cuando hablan despectivamente de la Constitución, me pregunto: '¿Saben lo que costó llegar a la democracia?, ¿creen que alguien la regaló?, ¿quién hubo allí?'. La democracia era la dignidad, los derechos, las libertades, y ahora que ya está conquistada, hablamos de una perspectiva totalmente irreal. Hay que cambiar muchas cosas, es verdad, pero la base de partida que tenemos es la fundamental.

-¿Ocurre igual en Cataluña?

-Sí, es un debate que parte de una negociación que, en principio, quiere obtener los fueros vascos, que es lo que se va a poner en la mesa de negociación. Lo que no sé es cómo eso puede tener encaje en una circunstancia donde no hay la altura política y la necesidad de pactar que había en los años 76, 77 y 78, entonces había algo que negociar y era libertad a cambio de unos símbolos, pero ahora no se sabe. No veo que los agentes políticos tengan un proyecto de futuro. Entonces era la democracia y Europa, y ahora qué es, ¿la convivencia entre las regiones y las nacionalidades? Y eso cómo se vertebra. Nadie ha sacado un proyecto, uno dice: 'Yo me voy'; y el otro: 'Tú te quedas'; pero, ¿cómo nos vamos o nos quedamos? De eso no se está hablando.

-¿Le preocupa esta situación?

-Mucho, porque hay un dicho que dice que con las cosas de comer no se juega.

-¿Cómo ve el futuro?

-Pues mira, tengo 73 años. He visto cómo vivían mis abuelos en el pueblo, cómo no había agua corriente y sí miedo; desde entonces no hemos hecho otra cosa que progresar. Ahora estamos un poco peor que hace unos años, pero yo veo el futuro con optimismo, también por lo que a mí respecta, porque voy a seguir escribiendo y tengo amigos.

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