«Los años no pasan en balde y necesito un descanso»

No se retira, le retiran, advierte quien durante años ha sido el último 'payaso de la tele', el último al menos, de aquel cuarteto inicial, que aún en blanco y negro se asomaba a la pantalla del televisor junto con Gaby, Fofó y Miliki para cantar aquello de «La gallina Turuleca ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres...». Luego, vendrían Milikito, Rody, Los Gabytos... que siguen -los dos últimos, al menos-, pero a Alfonso Aragón, 'Fofito' (La Habana, 1949), le retiran, y lo hacen sus nietos, y el tiempo: «Los años no pasan en balde y yo necesito un descanso», reconoce el payaso. Lleva cincuenta 'calzándose' una nariz roja, escondiendo las arrugas entre brochas de colorete y viajando, bajo el abrigo de una carpa de colores, de un lado para otro. Hasta el próximo domingo está en La Fica, en Murcia, con el Circo Wonderland. Con él apagará los focos de su vida en las pistas. Será en enero, «cuando los Reyes vayan a las casas y yo me quede en la mía», dice, pero, incluso fuera del escenario, quiere seguir despertando sonrisas y ya tiene en la cabeza algún que otro proyecto, entre ellos un disco con David Bisbal, Plácido Domingo, Monserrat Caballé...

-Pone fin a cinco décadas de trabajo, haga balance.

-Todavía sigo aprendiendo. Santiago Segura, cuando hice 'Torrente 3', y después Álex de la Iglesia [formó parte del reparto de 'Balada triste de trompeta'] siempre me decían: 'Tú ya lo tienes que saber todo', pero no, yo aún sigo aprendiendo, y ¿sabe por qué? Porque ahora te salen niños con el WhatsApp y tienes que saber. Los críos antes venían al circo y estaban calladitos, pero ahora participan conmigo, aunque a mí me gusta que lo hagan.

-¿Con qué se queda?

-Esto es muy bonito pero también muy duro. Eso ya lo dice la canción: «Otro país, otra ciudad». Hay que viajar mucho y cuando hace frío, bueno ahora no, porque hay climatizadores, pero el circo siempre ha sido el espectáculo más duro.

-¿Qué recuerda de sus primeros años en televisión y cómo le marcó a usted aquella etapa?

-Era muy jovencito y tuve la desgracia de perder a mi padre. Pero no solo perdí a mi padre, sino que perdí a un compañero, y perdí a un maestro. Aquello fue muy fuerte. De hecho, Gaby y Miliki no querían continuar. Fueron los técnicos de televisión los que vinieron a casa para decirnos que teníamos que seguir sin Fofó, y eso es lo mejor que nos ha podido pasar a la familia Aragón.

-¿Continuar?

-Sí, al saltar uno del cuarteto ya entró mi primo Emilio [Aragón (Milikito)] y luego mi hermano chico, Rody. Siempre hemos sido un cuarteto. Es muy duro que se te vaya un hijo, un padre o una madre, y entonces fue muy duro, pero es la vida y la vida tiene que continuar. Ahora, cada vez que me pongo la nariz, echo de menos a Miliki y echo de menos a Gaby.

-En alguna ocasión ha reconocido que le hubiera gustado volver a llevar el circo a la pequeña pantalla...

-Me hubiese gustado que se volviesen a emitir los programas en los que estaba mi familia, porque los pequeñitos que vienen a conocerme al circo nunca han visto a Gaby, a Fofó, a Miliki... Pero no es que yo quiera hacer televisión, es que los niños deberían aprenderse 'La gallina Turuleca' por las pantallas y no porque se la hayan enseñado en el colegio.

-¿Se queda con la espina de no volver al escenario con un espectáculo junto a Rody y Milikito?

-Aún hay una posibilidad, porque cariño nos tenemos toda la familia. Lo que ocurre es que cada uno tiene su trabajo y a lo mejor yo estoy, como ahora, en Murcia, y mi hermano puede estar en Argentina...

-Lo intentó con Rody a principios de este año, pero cancelaron el espectáculo. ¿Qué pasó?

-Se estrenó un tiempo pero nos frenó el 21% que hay que pagar de impuestos. Estaríamos dispuestos a retomarlo si ese porcentaje fuera menor.

-¿Qué ha sacrificado por estar día a día en la pista?

-Estar fuera de casa en fechas tan clave como unas Navidades o mi cumpleaños, por ejemplo. Ahora quiero estar tranquilito y disfrutar de lo que tengo en casa. Tengo dos nietos preciosos, uno de cinco años que ahora está conociendo lo que era mi padre, Fofó, y ha habido que hacerle el bombín y las botas porque el niño está con lo de que quiere ser payaso, aunque yo le digo que no, que payaso, nada.

-¿Se ha cansado alguna vez del circo?

-No, al contrario. Es cierto que somos seres humanos, que los payasos no somos de goma o de plástico. Hay días que estás mal, pero piensas en la gente que ha pagado por verte y en el momento en el que sales se te pasa todo.

-¿Qué le hace ilusión?

-Un proyecto muy bonito en el que quiero que canten conmigo personas que nunca hayan hecho un infantil. He hablado ya con Plácido Domingo y me ha dicho que cuando quiera; y he hablado con David Bisbal, con Monserrat Caballé... Son todo figuras y compañeros que me quieren y que están dispuestos a participar. El disco es una recopilación de las canciones de la familia Aragón y la propuesta ya está sobre la mesa de los mejores sitios donde se hacen discos. Estoy esperando que me llamen.