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CRÍTICA DE MÚSICA

Una novena multitudinaria

OCTAVIO DE JUAN

Jueves, 2 de octubre 2014, 01:45

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Conviene aclarar desde el principio que aunque hubiera podido serlo con todo merecimiento, no ha sido en el ciclo Grandes Conciertos programados por el Auditorio, que dicho sea de paso, lo comenzará a finales del próximo mes de noviembre la propia Sinfónica de Murcia, sino en el suyo propio en el que ha tenido lugar esta decimotercera ocasión en la que vuelve a la ciudad esta mítica Novena, servida esta vez por ciento veinticuatro cantores (ochenta cantoras y cuarenta y cuatro cantores, procedentes de la Coral Universitaria de Murcia, Coral Hims Mola y Orfeón Murciano Fernández Caballero) además, lógicamente, del cuarteto solista y los componentes de la Orquesta ampliada en su plantilla habitual. En suma, una actuación multitudinaria, que lo fue también en cuanto a asistencia, ya que el lleno fue absoluto, pudiéndose contar con los dedos de una mano las butacas que quedaron sin cubrir en la magnífica sala Narciso Yepes, nunca más espléndida que en ocasiones como la que acabamos de disfrutar en este felicísimo y esperanzador comienzo de temporada.

No se hizo esperar el éxito de aplausos al final de la sesión después de un comportamiento ejemplar por parte del público pero también de la totalidad de los cantantes en el escenario, teniendo en cuenta los inconvenientes que ello comporta, especialmente pero los solistas. Acaso para dar ánimos a la directora Virginia Martínez, en estado de buena esperanza, que condujo con criterio firme y de memoria esta problemática obra de enormes dificultades que es preciso sortear en sus aspectos puramente artísticos pero también culturales y morales, de los que el músico dio siempre buena cuenta. En este sentido, la versión pudo adolecer de una construcción más fluida del Allegro inicial, piedra de toque de esta partitura monumental.

En cualquier caso, y por lo que se refiere a los resultados estrictamente instrumentales de la Orquesta, dentro de un estimable elevado nivel, destacaría la interpretación del Scherzo a condición de quitar decibelios a las contundentes intervenciones del timbalero, así como la exposición del último tiempo, con detalles muy personales y cuidados de expresión. Cumplió el cuarteto solista, integrado por Isabel Monar, Cristina Faus, Gustavo Peña y José Antonio López. Y seguro, brillante y contundente se manifestó el coro en la mayoría de sus intervenciones, preparado por Jorge Losana, entre los que la cita a los orfeonistas del Fernández Caballero es obligada porque fueron precisamente sus antecesores quienes en jornadas memorables de los años 1953 y 1958 trajeron esta extraordinaria Sinfonía a Murcia.

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