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Vista de un tanque británico en Cambrais
Los elefantes mecánicos entran en liza

Los elefantes mecánicos entran en liza

Los primeros tanques sembraron el pánico en las filas alemanas

PASCUAL PEREA

Sábado, 26 de julio 2014, 02:39

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Amanece el 15 de septiembre de 1916 en un paisaje de cráteres y escombros, donde los soldados alemanes se protegen en profundas zanjas del enésimo bombardeo británico. Dos años de guerra de trincheras en Flandes han convertido en rutina este machaqueo artillero que siempre precede al ataque por tierra de la infantería. Cuando el cañoneo termina, salen de sus refugios y emplazan las ametralladoras en sus nidos para segar, una vez más, las vidas de los miserables que avanzan con la bayoneta calada por tierra de nadie. Pero esta vez es diferente. En vez de los gritos de los sargentos espoleando a la soldadesca hacia el matadero, lo que se oye son chirridos de cadenas y rugido de motores.

A la guerra en caballo

  • Todos los países participantes en la PGM iniciaron el conflicto con fuerzas de caballería, pero se mostraron ineficaces en la guerra de trincheras y ante las ametralladoras. Se calcula que durante el conflicto murieron ocho millones de caballos.

  • Ametralladoras

  • Las armas en las trincheras eran fusiles, bayonetas, artillería y pequeñas bombas o granadas y morteros, junto a los nidos de ametralladora, empleadas primero por los alemanes. Algunos modelos tenían un alcance de entre 2.000 y 3.000 metros y disparaban entre 400 y 500 balas por minuto. Contaban con depósito o bolsa de agua que evitaba el recalentamiento y permitía disparar casi sin cesar. Podían girarse, por lo que, aunque pesaban más de 60 kilos (más de la mitad, del soporte), podían cubrir hasta un arco de 500 metros.

  • Lanzallamas

  • Empleado por primera vez por los alemanes en 1915 en Holanda. Los modelos portátiles cubrían una distancia de 18 metros.

Para espanto de las curtidas fuerzas alemanas, del humo emerge una mole de hierro que escupe fuego de ametralladora y cañón. Y luego otra, y otra, y otra... Protegidas por un grueso blindaje, avanzan imperturbables entre los embudos, pisotean la maraña de alambradas y salvan trincheras, casamatas y parapetos sembrando terror y destrucción a su paso.

Aunque no se mostraron muy fiables en su bautismo de fuego 24 de los 49 ingenios quedaron inutilizados antes de alcanzar las defensas enemigas, su efectividad fue incuestionable: pusieron en fuga a los alemanes y abrieron una brecha de tres kilómetros en sus líneas. El carro blindado acaba de irrumpir en la escena bélica como 2.100 años antes lo hicieron los elefantes lanzados por Aníbal contra las legiones romanas.

El tanque fue un invento inglés para romper la guerra de posiciones que desde hacía dos años estaba desangrando Europa. Sacrificios humanos tan grandes como el de la batalla del Somme apenas servían para conquistar unos palmos de terreno destinados a perderse en la siguiente contraofensiva.

Este monstruo mecánico debe su nombre a un intento de enmascarar su fabricación a ojos de los espías haciéndolos pasar por tanques de agua destinados a Mesopotamia, y con él se quedó.

'Mark', el primero

El primero, bautizado Mark, era un artefacto de enormes orugas con dos torrecillas artilladas en los laterales, ocupado por ocho hombres: cuatro a cargo del armamento y el resto accionando las palancas que le permitían alcanzar por terreno despejado sus buenos seis kilómetros por hora.

Visto su éxito, los estados mayores británico y francés se apresuraron a encargar su fabricación en serie: los ingleses pondrían en acción 2.500 carros Mark y los franceses 3.800 Renault, bastante más pequeños.

Los alemanes, en cambio, apenas construyeron veinte unidades del Sturmpanzerwagen, un enorme acorazado de 33 Tm. tripulado por 18 hombres. Su momento estelar fue en Cambrai, donde el 20 de noviembre de 1917 los aliados lanzaron 476 blindados contra la línea Hindenburg, rompiendo el frente alemán y contribuyendo a forzar el armisticio.

Si en la PGM los tanques apenas sirvieron para desatascar de forma aislada frentes consolidados, en la SGM ambos contendientes, y especialmente los alemanes, tuvieron muy clara su capacidad ofensiva por su movilidad y potencia de fuego:los temidos Panzer fueron los protagonistas indiscutibles de sus avances por el oeste de Europa, la llanura rusa y el desierto africano. Desde entonces, el carro blindado es la punta de lanza de cualquier ejército.

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