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Eduardo Arzola y Alexander Moreno, de Afesa, ayer, haciendo catas en el colegio San Ginés de la Jara de El Llano del Beal. Pablo Sánchez / AGM

La Comunidad se plantea ya trasladar a los alumnos de El Llano: «Se hará lo necesario»

En quince días se sabrá el resultado de las nueve catas realizadas ayer en el colegio San Ginés de la Jara para buscar trazas de diez metales pesados

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Jueves, 10 de agosto 2017, 02:09

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Los análisis del suelo supuestamente contaminado del colegio San Ginés de la Jara de El Llano del Beal comenzaron con una visita sorpresa: la de la vicepresidenta del Ampa, Rosa Lardín, que se plantó en el centro, pasados unos minutos de las diez de la mañana, y con cierta ironía le espetó al director general de Medio Ambiente, Juan Madrigal: «No sabía que venían...». Este, rodeado de periodistas, se excusó por no haber avisado: «Es que se trata de un trabajo técnico».

El director general, bajo la atenta mirada de Lardín, se comprometió a «tomar todas las medidas que sean necesarias», antes del inicio del curso escolar, «para garantizar la salud de los alumnos y los docentes» y afirmó incluso que «si resultara necesario, se haría el traslado (de los alumnos); no habría problema».

Madrigal no especificó en qué centro serían reubicados temporalmente los estudiantes si las obras no se ejecutan antes de septiembre. Pero la puesta en escena de ayer del Gobierno regional evidenció que han hecho mella las amenazas de huelga de los padres, lógicamente preocupados por la investigación del doctorando de la UPCT José Matías, que revela niveles anómalos de metales pesados en 92 menores.

A los pies de un árbol, pegado al edificio de Primaria, y en una acera por donde pasan escorrentías, se hallaron eflorescencias salinas

Hasta El Llano del Beal, junto a Juan Madrigal, se desplazaron también ayer el director general de Salud Pública, José Carlos Vicente, y el subdirector general de Centros, Javier Hernández Gil, para seguir sobre el terreno las catas de la firma Afesa Medio Ambiente, que ha sido contratada para establecer si existe contaminación.

«A partir de estos trabajos se tendrá un conocimiento preciso de la composición química y si hay niveles de algún contaminante que puedan ser preocupantes», detalló el doctor en Ciencias Químicas y director técnico del área de suelos contaminados de Afesa, Eduardo Arzola, mientras sacaba del maletero del coche una sonda Edelman y diversos botes para recoger las muestras.

La primera cata se tomó en una ladera de color rojizo pegada al campo de fútbol. «Esta tierra tiene el color típico de la minería», explicó a un equipo de 'La Verdad'. A unos metros, seguía con atención los trabajos la vicepresidenta del Ampa, sin perder de vista a sus dos hijos, que jugaban despreocupados por esos terrenos.

«En mi opinión no hacen falta más muestras. Ya sabemos los datos que arroja la tierra del colegio. Para qué queremos más estudios...; lo que queremos son soluciones y que el 8 de septiembre los niños puedan entrar al cole en buenas condiciones, sin que tengamos que llegar a otras medidas», reflexionó Lardín, respaldando con sus palabras los resultados de la tesis de José Matías.

No más de 400 gramos

A lo largo del campo de fútbol se hicieron cuatro catas y cada muestra se tomó en continuo hasta diez centímetros de profundidad. «Nos centramos en el suelo superficial porque es el que está más en contacto con los escolares», precisó Arzola. «Superar el valor de referencia del metal no quiere decir que entrañe un riesgo; eso depende del nivel de exposición y concentración». En cada cata depositaban de 300 a 400 gramos de tierra en un bote y lo introducían a un contenedor refrigerado para su posterior análisis en un laboratorio.

A diferencia de la tesis del doctorando de la UPCT, que analizó 34 elementos químicos, el estudio de Afesa se centra en diez elementos. «Son los más problemáticos para la salud: cadmio, cromo, cobre total, zinc, arsénico, plomo, mercurio, níquel, molibdeno y cromo (VI)». El muestreo se intercalaba con un reportaje fotográfico de las características del terreno y una minuciosa inspección visual de puntos de riesgo, como la red de pluviales, «porque puede arrastrar eflorescencias salinas», advertía.

Y no andaba equivocado, ya que a las 11.32 horas, el técnico del área de suelos, Alexander Moreno, detectaba eflorescencias a los pies de un árbol, situado en unos terrenos a espaldas del edificio de Primaria. En esta parcela se recogieron dos muestras porque tiene escorrentías de la lluvia, que arrastran residuos mineros de las zonas altas del pueblo y que son conducidos por el centro a través de una canalización. Justo en la acera próxima al canal había más restos de eflorescencias.

Todo el muestreo se tomó en zonas sin pavimentar. El tercer punto fue el patio de juegos de Infantil. Primero retiraron la grava con una paleta y luego metieron la sonda. La capa negra superficial dejaba paso al tono amarillento del subsuelo. Las últimas dos catas se tomaron fuera del centro. En quince días se conocerán los resultados.

El subdirector general Javier Hernández Gil avanzó que «si hay un informe que nos diga que los niños no pueden estar en el colegio, se verá ese tema, pero hasta dentro de quince días no estaremos en condiciones de decir si los niños pueden seguir aquí. No somos los indicados; es el informe técnico el que debe decir si realmente hay un peligro para los alumnos y los profesores. Si existiese ese informe, a finales de agosto se estudiaría el traslado mientras duren los trabajos».

El Consistorio pondrá mallas antipolvo y pavimentará el patio

El Ayuntamiento de Cartagena trabaja a contrarreloj para que el colegio San Ginés de la Jara abra sus puertas el 8 de septiembre, ofreciendo a los padres garantías de que no hay riesgos para la salud por la presencia en el suelo de metales pesados de la actividad minera. De hecho se van a contratar obras para la pavimentación del campo de fútbol y del terreno por donde pasan las escorrentías, que está pegado al edificio de Primaria. También se asfaltará el patio de juegos de Infantil y se instalará suelo de goma para la zona de columpios. En la valla perimetral del centro se pondrán mallas antipolvo para frenar las posibles partículas de metales pesados que arrastra el aire. Además, se desviarán las aguas pluviales para que no atraviesen el patio del colegio. Son algunas de las actuaciones que hoy detallará la alcaldesa cartagenera, Ana Belén Castejón, a los miembros del Ampa. A la reunión también asistirá la consejera de Educación, Adela Martínez-Cachá.

La vicepresidenta del Ampa, Rosa Lardín, indicó que los padres de los 240 escolares esperan que «estas dos señoras vengan aquí con soluciones». Dijo que «nos conformaríamos» con las citadas actuaciones provisionales y se comprometió a no movilizarse «si hay un compromiso de construir un colegio nuevo en dos años». Pero si no se levanta un nuevo centro, el Ampa reclamará medidas como la revegetación de todo el suelo y acciones sobre la rambla.

El director general de Salud, José Carlos Vicente, aseguró que el estudio epidemiológico de la Consejería de Salud arrojará luz sobre la situación de la Sierra Minera. «En los próximos meses podremos establecer, con datos contrastables, si existe un riesgo potencial para la salud».

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