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SEBASTIÁN SÁNCHEZ
Lunes, 27 de marzo 2017, 00:55
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Los robos en el término de Fuente Álamo repuntan después de un período de relativa tranquilidad. En las últimas semanas, se han registrado una docena de robos con fuerza en viviendas, bares y explotaciones agrarias, según confirmaron fuentes de la Policía Local. En el caso de las casas particulares saqueadas, la mayoría están ubicadas en la pedanía de El Estrecho de Fuente Álamo, sin que se hayan lamentado daños personales. Todos se produjeron cuando los moradores no estaban dentro. Entre los efectos que se sustrajeron, destacan «pequeñas cantidades de dinero, televisores, ordenadores y joyas».
El episodio que más intranquilidad ha generado entre los vecinos es el del pasado viernes. Un mismo grupo de cacos, según las fuentes, cometió tres «palos exprés» seguidos en tres horas, dos en bares de Balsapintada y otro en uno de Corvera. Según relató el gerente del bar de la Casa de Cultura de Balsapintada, Joaquín Conesa, «forzaron la cerradura de una puerta, desmontaron el cerrojo de la reja de ballesta» y accedieron al local. Para entonces, la alarma ya había sonado en el domicilio de Joaquín, pero, al llegar, los ladrones ya se había marchado, no sin hacer un destrozo, «llevándose un ordenador y unas pocas monedas de las máquinas tragaperras», que ya habían sido vaciadas antes de marcharse por el propio Joaquín.
Pero el robo en el bar de Joaquín Conesa, ya bien entrada la madrugada, fue el segundo en esa pedanía. Minutos antes, en otro bar que apenas dista 50 metros, 'Mi Rincón', los mismos ladrones, según todos los indicios, reventaron una ventana, entraron al pasillo de la barra y, con suma rapidez, revolvieron lo que se encontraron, se llevaron la caja registradora y «cientos de euros que había preparados para pagar a proveedores», según comentaron personas del entorno del propietario.
A la mañana siguiente, en Balsapintada tuvieron conocimiento de un robo con fuerza de las mismas características en otro bar. Los investigadores apuntan que puede ser el mismo grupo el autor de todos los robos, y creen que tenían estudiada «al dedillo» la zona, «por la rapidez para forzar puertas y ventanas, y, ya dentro, para localizar los efectos a sustraer».
El alcalde, Antonio Jesús García Conesa, expresó su confianza en que la oleada solo sea «algo puntual».
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