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Juan Ruiz Palacios
Jueves, 23 de marzo 2017, 22:00
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«Johnny era una buena persona y se llevaba bien con todo el mundo, pero a veces bebía y llegaba a casa borracho. Él abusó de mi hija de trece años. Antes de que se produjera el incendio, fui a verle para decirle que lo iba a denunciar. Tuvimos una conversación muy fuerte y me marché sin decir nada». Estas fueron las palabras pronunciadas este jueves por Vanesa, la compañera de piso del boliviano de 35 años que fue hallado sin vida y con signos de violencia en su casa de Abarán este miércoles.
La Guardia Civil continúa investigando las causas que rodean la muerte de Quintín Sánchez Meneses, más conocido como Johnny, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el interior de su casa después de que los vecinos alertaran a Emergencias de que se había producido un incendio en la vivienda, situada en el número 11 de la calle Pizarro de Abarán. Cuando los bomberos llegaron, se encontraron al boliviano tendido en el suelo, sin quemaduras en el cuerpo, pero «con una herida en el cuello, con un orificio de entrada y otro de salida; al parecer hecha con un objeto punzante. Además, tenía las manos y la cara ensangrentadas», confirmaron fuentes de la investigación.
La relación entre la víctima y su compañera de piso se había deteriorado en las últimas semanas. «Mi hija dice que la forzó. Tengo pruebas, mensajes de WhatsApp... Johnny bebía mucho y algunas noches llegaba a casa borracho. No entiendo nada de lo que ha pasado; estoy en estado de 'shock'», explicó Vanesa, madre de dos hijas, de trece y catorce años, y de un hijo, de diez. Los cuatro compartían piso con Johnny. Según su relato, Vanesa llegó a la casa sobre las 22.30 horas. «Fui con una amiga a verle -a Johnny-. Ella me acompañaba. Quería hablar con él y decirle que le iba a denunciar por abusos. Discutimos y me largué con mi amiga a su casa, donde pasé la noche con mis hijas».
Cuando 'La Verdad' le preguntó por su pareja sentimental, Vanesa se mostró menos locuaz. Tras explicar que su novio «vive fuera de Murcia» y que solo va a visitarla «los sábados», la mujer colgó el teléfono sin avisar. Pasadas unas horas, volvió a atender una llamada, pero evitó añadir nada más a su relato y volvió a colgar.
Conmoción entre los vecinos
Los vecinos de Abarán amanecieron este jueves conmocionados por la muerte de Johnny. Muchos no daban crédito a lo sucedido, mientras observaban a los agentes de Criminalística de la Guardia Civil recabar pruebas en la vivienda. Pilar, una vecina de la misma calle, relató que «estábamos dentro de la casa cuando mi hija escuchó unos chillidos. Salí a la puerta y la casa estaba en llamas». Añadió que «vi cómo los bomberos sacaron el cuerpo de Johnny. Tenía toda la cara manchada de sangre. Fue horrible. No entiendo qué le ha podido pasar, porque era buena gente, atento y simpático».
Mohamed Maazuz, que vive en el inmueble colindante al del fallecido, escuchó gritos y se acercó a la casa a ver qué ocurría. «Había fuego y empecé a llamar a Johnny. Por unos segundos escuché como si intentara gritar fuerte, como queriendo decir algo, como si se estuviera ahogando», relató Maazuz, mientras fumaba un cigarrillo frente a la puerta de la casa de su amigo.
Otra vecina, Raquel, explicó con tristeza que «él no tenía problemas. El domingo por la mañana se fue a tomar un café con el novio de Vanesa. Johnny era un hombre muy trabajador. En su casa siempre había trasiego de gente porque venían muchos amigos a verle. Todo esto es muy extraño».
Un matrimonio de ancianos se echaba las manos a la cabeza al recordar al boliviano. «Llevaba más de diez años en España. Cada vez que pasaba por la puerta, camino del gimnasio, le hacía carantoñas a nuestro perro. No bebía y era muy trabajador. Nos sorprende que ni la compañera de piso ni sus tres hijos estuvieran en la casa cuando todo pasó», afirmaron, extrañados.
Marina Jaldín, boliviana amiga del fallecido, lloraba este jueves desconsolada. «Estoy intentando avisar a su familia, que está en Bolivia, pero no doy con ellos. Es un muchacho tranquilo, muy bueno, nada problemático», recordó entre llantos.
Uno de los vecinos, cuyo nombre no quiso revelar, no se extrañó de la muerte de Johnny. «Él estaba cansado de todo. Cada día sufría amenazas y disputas con su compañera de piso. Todos los días. Johnny tenía miedo porque lo habían amenazado de muerte», sostuvo. Un portavoz del Instituto Armado informó de que no se habían producido detenciones por el momento. «Aún se barajan todas las hipótesis», puntualizó.
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