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Participantes, ayer, en el 'Encuentro Autogestores 2016' celebrado en Caravaca de la Cruz.
Discapacitados intelectuales abordan su futuro lejos del hogar familiar

Discapacitados intelectuales abordan su futuro lejos del hogar familiar

Plena Inclusión reúne a un centenar de miembros de diversas asociaciones en el 'Encuentro de Autogestores 2016'

JUAN F. ROBLES

Domingo, 23 de octubre 2016, 01:19

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La ilusión es la primera 'baldosa' para que el futuro sea un camino por recorrer con expectativas. Un centenar de personas participaron ayer en el 'Encuentro de Autogestores 2016', organizado en Caravaca de la Cruz por Plena Inclusión Región de Murcia. Todos los que asistieron y que padecen una discapacidad intelectual o del desarrollo llevaban en mente un objetivo: plantearse cómo serán sus vidas cuando sus padres, con los que ahora viven, ya no estén o no puedan vivir con ellos.

El encuentro reunió a usuarios de distintas asociaciones invitados por Apcom y durante el mismo se compartieron experiencias sobre las alternativas de vida fuera del ámbito familiar. Zaida Rodríguez, una joven de 22 años, natural de Benizar, una pedanía de Moratalla a unos 50 kilómetros de Caravaca de la Cruz, relató a sus compañeros su día a día en el piso tutelado en el que reside desde hace cuatro años.

«Empecé en la Asociación de Familiares de Personas con Discapacidad Intelectual de la Comarca del Noroeste (Apcom) con un programa de formación; al principio, mi abuelo y mis padres me traían todos los días al centro, hasta que un día me plantearon la posibilidad de vivir en el piso tutelado. Acepté y decidí intentarlo». Así inició Zaida su viaje hacia la independencia.

Aunque confesó que «al principio tenía miedo, no quería separarme de mis padres, pero con la ayuda de las monitoras me fui adaptando». Una vez asimilada la emancipación las cosas fueron mejor: «Mi compañera de habitación, una chica de Mula, es ahora una de mis mejores amigas. Ahora estoy muy contenta en mi nueva casa y con mis compañeros», afirmó sonriente.

Un piso para ocho

En el piso conviven un total de ocho personas y se reparten las tareas en grupos de dos. «Cada día nos toca una tarea diferente, limpiar, hacer la compra o ayudar a hacer la comida... Tenemos un cuadrante donde están anotadas las tareas de cada uno y un día a la semana nos toca descansar y elegimos lo que queremos hacer: salir de compras, jugar al tenis, escuchar música....».

Todas las mañanas acuden al centro y por las tardes regresan al piso tutelado. Allí están atendidos por personal especializado -monitoras- de Apcom. Se trata de una convivencia en la que también hay que resolver conflictos y hacer planes, tal y como detalló Zaida: «Los miércoles hacemos una asamblea y compartimos nuestras quejas, hablamos del ocio y de lo que queremos hacer para el fin de semana». Desde ir a un centro comercial, a la playa, hacer turismo en algún municipio...

Durante los cuatro años que lleva disfrutando de su independencia, esta joven de sonrisa fácil y talante sincero, ha aprendido a planchar, preparar comidas con recetas sencillas, incluso a salir a la calle sin monitoras para ir al gimnasio, al supermercado y a tomarse algo con sus amigas. «Si alguna vez tengo cualquier tipo de problema, como llevo mi teléfono móvil, puedo llamar a las monitoras», detalló.

La gran preocupación

La gran preocupación de todos los asistentes era la hoja de ruta a seguir cuando no estén sus padres. Para demostrar que es posible salir adelante, Jesús Vera, de Astus Cartagena, se sinceró sobre todo lo que siente tras la pérdida de sus padres. Su experiencia dio paso a una ronda de intervenciones de los participantes para exponer cómo habían resuelto esta situación y las dificultades por las que tienen que atravesar. Otra de las cuestiones que se abordaron fue la dificultad para aceptar el fallecimiento de los seres queridos.

Los asistentes al encuentro forman parte del Programa de Autogestores, que impulsa grupos con los que trabajan a lo largo de todo el año en sus respectivas asociaciones. Cada participante es un autogestor y en cada grupo se brindan apoyo mutuo. Además, reciben el acompañamiento de un profesional para desarrollar al máximo su potencial para ser autónomos y gestionar su vida por sí mismos.

Cien plazas adaptadas

Los recursos residenciales con los que cuentan las asociaciones de Plena Inclusión ascienden a cien plazas adaptadas a las necesidades y particularidades de cada familia. En total, gestionan cinco viviendas de estancias limitadas, dos viviendas tuteladas, una colectiva y cinco residencias.

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