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Pepa García
Lunes, 22 de agosto 2016, 20:18
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Los agricultores del altiplano moratallero del Campo de San Juan se afanan estos días en la recolección y destilación de las plantas aromáticas que tiñen de lila los campos cultivados de espliego y lavandín -un híbrido de lavanda y espliego- y aroman el paseo por la zona. Las calderas humean (y lo seguirán haciendo casi hasta finales de agosto) desde la madrugada hasta el mediodía para extraer el aceite esencial de estas plantas, cada vez más valorado y demandado en el mercado mundial para su uso en la elaboración de perfumes, cosméticos y productos medicinales.
hectáreas se dedican en la Región al cultivo de plantas aromáticas.
millones de euros es el volumen de negocio de los aceites esenciales.
euros por hectárea es el valor bruto de la producción de espliego; 4.500 euros la del tomillo rojo.
«La superficie cultivada de espliego y lavandín en el Noroeste se ha incrementado en los últimos cinco años un 25%», aseguran desde la Oficina Comarcal Agraria, que, junto con Coag Caravaca, ha tramitado más de una treintena de expedientes de ayudas a jóvenes agricultores para su nueva incorporación al sector solo en el Noroeste, y cerca de un centenar en toda la Región. Desde la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente aseguran que ya son tres los expedientes de este tipo que han aprobado, aunque pasarán muchos más por sus manos.
«Murcia es muy importante en el mundo como productor de aceites esenciales de aromáticas», constata Blas Lorente, productor y propietario de Esencias Lorente, una de las empresas más importantes del sector en la Región, en el que se especializó trabajando en Francia. «El espliego solo crece en el Noroeste murciano y en la sierra de Baza, pero allí se limitan a la recolección de las plantas silvestres, aquí se cultivan», cuenta Lorente, que asegura que también en la producción de aceites esenciales de tomillo rojo, salvia y ciprés, la Región se encuentra a la cabeza del mundo. Y en romero, Murcia ocupa el tercer puesto, tras Marruecos y Túnez. Una producción que procede fundamentalmente del Noroeste, pero también de las pedanías altas de Lorca (La Paca, Coy, Zarzilla de Ramos, Avilés y Doña Inés) y del municipio de Totana. Un mercado que tiene como destino desde Estados Unidos a Asia, pasando por Europa, donde se vende más del 80% de la producción. Blas Lorente y Antonio Martínez Lozano, propietario de Esencias Lozano y pionero e impulsor de este cultivo que hasta hace unas décadas se recolectaba del monte, estiman que supone un volumen de negocio a nivel regional de unos 15 millones de euros. Y «la demanda cada vez va a más», avanza Lorente.
Conscientes de la importancia de este sector agrícola tradicional que vuelve a florecer tras unos años de dificultades, y de su proyección de futuro, Coag organizó ya en mayo, con la colaboración de la Consejería, un viaje formativo a La Provenza francesa. «Fuimos con unos 30 profesionales del sector para conocer las últimas tecnologías y técnicas aplicadas a la recolección y destilado de aromáticas», cuenta Pedro García, responsable de Coag. Y adelanta que están trabajando en la redacción de un Plan Estratégico para el sector que incluya tanto la planificación de las plantaciones y su posterior comercialización, como el fomento de este recurso económico desde el punto de turístico y para promocionar otros productos envasados, tanto de perfumería y cosmética como gastronómicos.
Impulso tecnológico
«En septiembre está previsto celebrar una asamblea donde presentaremos los estatutos para crear una asociación de productores de plantas aromáticas que sirva para organizar el sector». No en vano, Antonio Martínez Lozano, que inició la explotación de aceites esenciales en los años 60 con las calderas de destilación ambulante y la recolección de plantas silvestres, e inició el cultivo del espliego en El Sabinar y el Campo de San Juan, considera que, para que el sector tenga perspectivas de futuro y se mantenga como ahora, lo más importarte es «organizarse para producir atendiendo a la demanda. Tampoco es bueno que el precio suba mucho, porque al final es la ruina. De vender entre 10.000 y 12.000 toneladas de aceite esencial de espliego pasé a vender solo 1.000 tras una de estas subidas» y, sostiene la voz de la experiencia, con estos incrementos tan grandes de precio «a la larga se pierde venta y dinero». Se refiere Antonio Martínez al repunte de los últimos años y recuerda Domingo López, uno de los propietarios de las 150 explotaciones familiares del Noroeste, que, «el año pasado, el kilo de esencia de espliego se vendió por más de 100 euros».
Por ello, diversificar los cultivos es fundamental tanto para garantizar la demanda como para mantener la rentabilidad de los cultivos que, calculan, oscila de los 3.000 euros por hectárea del orégano a los 4.500 euros del tomillo rojo, pasando por los 3.500 euros del espliego.
La idea, cuentan desde Coag, es solicitar ayudas Leader dentro del Plan de Desarrollo Rural del Noroeste para renovar las instalaciones. «Ahora mismo, casi cada explotación agrícola cuenta con sus calderas, algunas muy pequeñas y anticuadas, y lo ideal sería crear unas instalaciones comunes con la última tecnología».
Fruto de la visita formativa a Francia, los profesionales del sector se trajeron acuerdos con empresas francesas para la adquisición de los aceites esenciales producidos en la Región. «Allí valoran muy positivamente la calidad de nuestro producto», constatan García y Lorente. Y recuerdan que el pasado junio recibieron la visita de una delegación francesas.
Actualmente, estiman desde Coag, unas 3.500 hectáreas de terreno se dedican al cultivo de espliego, lavandín, salvia, tomillo rojo, romero y mejorana en la Región -según datos recabados por Coag-; «el ciprés no lo cultivamos, solemos recogerlo de las podas de los setos de los jardines en las urbanizaciones de la costa», detalla Lorente. «La única plantación de ciprés que hay para extraer esencia es la que yo tengo en Caravaca», confirma Martínez Lozano que, como Pedro García, asegura que recibe cientos de consultas de agricultores de toda la Región y de provincias limítrofes como Albacete para transformar sus cultivos en plantaciones de aromáticas.
Alternativa sostenible
«Tenemos que seguir trabajando para que los cultivos tradicionales de plantas aromático-medicinales de la comarca del Noroeste mejoren, sean innovadores y más competitivos en los mercados internacionales», apuesta la consejera Adela Martínez-Cachá, que confía en «la importante potencialidad económica» de este sector, y defiende «la necesidad del estudio, selección y protección [de las distintas especies de aromáticas] para su posible utilización como nuevos cultivos alternativos al cereal de rendimiento marginal en secanos».
De hecho, Pedro García asegura desde Coag que el cambio climático está reduciendo la productividad de cultivos tradicionales de secano como cereales y almendros y que «la actualización, profesionalización y el desarrollo de determinadas iniciativas estratégicas integradas puede suponer un elemento de primer orden para el desarrollo económico y sostenible y la diversificación de actividades de este territorio y de algunas de las zonas más desfavorecidas del mismo». Además, como ventaja, destaca que «se trata de producciones que pueden llegar a ser cultivadas bajo el sistema de agricultura ecológica». Algo que defiende también la consejera del ramo para su impulso, dado que coincide con la nueva política de la Política Agraria Común, que apuesta por una nueva agricultura más respetuosa con el medio natural.
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