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Las Damas de Navarra, en formación durante los primeros compases del recorrido de la parada-desfile de Moros y Cristianos.
Caravaca regresa al Medievo

Caravaca regresa al Medievo

La gran parada-desfile de kábilas y mesnadas inunda de historia la Gran Vía

JUAN F. ROBLES

Martes, 5 de mayo 2015, 02:04

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La Ciudad de la Cruz recreó su historia medieval con el gran desfile de Moros y Cristianos, que recorrió ayer la Gran Vía. Una representación del Bando de los Caballos del Vino, con las dos amazonas y una carroza con dos caballos enjaezados, encabezaba la parada, que arrancó desde la avenida de la Constitución y recorrió la Gran Vía y la calle Puentecilla para finalizar en la Plaza del Arco. Ana Gallardo y Alba Moreno desfilaron a caballo junto a la carroza que llevaba a las dos peñas caballistas ganadoras -Terry y Zambra- el pasado sábado en el concurso de enjaezamiento. Caravaca se sumergió en su pasado inundando las calles de música, coreografías e historia, reflejada en el vestuario que mostraban satisfechos los festeros y que recordaba la presencia y las contiendas entre moros y cristianos en esta tierra de frontera.

Los festeros fueron el centro de las miradas de los miles de personas (unas 10.000) que abarrotaban tribunas y balcones del recorrido. Mujeres y hombres, jóvenes y mayores, ofrecieron lo mejor de sí mismos en este 'escaparate', abierto al mundo, que ofrece un espectáculo único en el panorama de las fiestas de moros y cristianos.

El Bando Cristiano, presidido por sus reyes, Antonio José Espín, como Fernando III El Santo; y Patricia de la Cerda, como Beatriz de Suavia; fue el primero en desfilar. La banda de la Vera Cruz, grupo recuperado este año tras una corta ausencia, fue la primera en desfilar y tras los tambores y cornetas, los Cruzados de la Vera Cruz junto a los Caballeros y Damas de Castilla, el grupo de Maestres de Calatrava, las Mesnadas de Nobles Aragoneses, los Almogávares de Aragón, que celebraron su 25 Aniversario; los Caballeros de Santiago; las Damas de San Jorge; los Caballeros de San Jorge de Alfama, que festejaron sus 40 años desfilando en Caravaca; los Caballeros y Damas de Navarra, que han celebrado por todo lo alto su medio siglo de vida festera; los Caballeros y Damas de San Juan de Jerusalén; y, cerrando, Damas Templarias y los Caballeros de la Soberana Orden del Temple. Todos los grupos ofrecieron su marcialidad y sus coreografías a quienes disfrutaban desde las tribunas.

Tras las mesnadas, llegó el turno de la Media Luna. Al frente de las huestes agarenas desfilaron los sultanes, Víctor Manuel López y su hija, Cristina López, que dieron vida a Ceyt Abuceyt y a la bella Aixa, cuyo desfile estuvo precedido de una representació de festeros de otras localidades. Abul Khatar, kábila fundadora del Bando Moro, abrió, una vez más, el desfile de los agarenos.

Turno de las kábilas moras

Tras Abul Khatar, desfilaron los Halcones, Dragones Rojos, las Esclavas Rifeñas junto a los Rifeños, Ceyt Abuceyt, las Mujeres Almorávides y los Almorávides y las dos kábilas de Yusuf Ibn Abderramán Al- Fihiri. Con la de las mujeres desfilaron los sultanes infantiles, Diego Robles y Gabriela López. La kábila Anara Sweik Bedu, los Alhakem y las Odaliscas Nazaríes pusieron el punto final al desfile que inundó de fiesta todo el recorrido. La música, la cadencia en el paso y las cuidadas coreografías se convirtieron en el complemento ideal para la parada, que atrajo hasta la Gran Vía a miles de personas que, por un instante, viajaron al Medievo.

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