Un fuego originado por una chispa de soldadura arrasa seis naves en Librilla

Una enorme nube de humo surcaba ayer el cielo costero de La Manga. La explicación estaba a 102 kilómetros de distancia, en el Polígono Industrial Belén Sur de Librilla. Allí, el fuego estaba arrasando las naves de Pellicer Stock Solución, una firma importadora y distribuidora al por mayor de productos de droguería, higiene, cosmética, farmacia y belleza, entre otros.

Todos estos artículos inflamables se convirtieron en los aliados perfectos del fuego. El origen del incendio fueron presuntamente unas labores de mantenimiento porque la empresa fue objeto de un robo el pasado miércoles y ayer se estaban reparando los daños producidos por los ladrones en una de las puertas. El alcalde de Librilla, Francisco Javier Montalbán, explicó a 'La Verdad' que «estaban soldando una puerta en uno de los almacenes y saltó una chispa. En principio, parece que ese fue el foco».

Los trabajadores trataron de sofocar las llamas con unos extintores, pero no pudieron hacer nada. «Nos sentíamos impotentes mientras veíamos arder las naves», relató ayer Mary, una empleada de Pellicer Stock Solución. «El fuego comenzó en el fondo y se fue extendiendo por todas las naves mientras esperábamos a los bomberos». Eran las 16.45 horas cuando la centralita del 112 recibió la primera llamada de los empleados, que alertaron de la presencia «de aerosoles».

En apenas unos minutos la centralita recibió un aluvión de llamadas de vecinos de Librilla y de conductores, ya que las instalaciones están ubicadas cerca de la autovía del Mediterráneo (A-7). Esto obligó a la Guardia Civil de Tráfico y a la Policía Local a cerrar el ramal por el que se accede al polígono desde esa vía. Fue «una medida preventiva, para evitar el 'efecto mirón' entre los conductores». Aunque no pudieron evitarlo entre los vecinos que empezaron a agolparse en la zona, al igual que el alcalde «alertado por una gran columna de humo».

El regidor explicó que los trabajadores de Gaun, un fabricante de accesorios para animales, salieron de esta empresa «porque estaba al lado de las naves incendiadas y tenían miedo». El personal sanitario no tuvo que atender a ningún trabajador, según Mary, «porque hace poco hicimos el simulacro de incendio y hemos desalojado las instalaciones muy rápido».

Además, el azar permitió que en ese momento no hubiera clientes comprando en las instalaciones. «Lo habitual es que vengan seis o siete a esa hora y se distribuyan por todas las naves». Las llamas empezaron devastando una nave y rápidamente se propagaron a otras cinco. Esto obligó a movilizar a 28 bomberos del Consorcio de Extinción de Incendios (CEIS) de los parques de Molina de Segura, Alcantarilla, Alhama, Mar Menor, Lorca, Águilas, y a 11 efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) del Ayuntamiento de Murcia -procedentes del parque del Infante-.

Más de 90 llamadas al 112

En total se desplazaron 18 vehículos, pero a las 17.30 horas el viento giró y el humo empezó a dejarse notar en la autovía, provocando retenciones de tráfico en ambos sentidos porque los conductores reducían la marcha. También generó molestias a los trabajadores de Molduras Enrique López -situada enfrente-, y a vecinos de pedanías murcianas, como Sangonera la Verde y Barqueros, que telefonearon a la Policía Local de Librilla para preguntar por «el origen del humo», cuyo color y olor fueron especialmente intensos fruto de los compuestos de los materiales que ardieron. La columna se asemejaba en su cúspide a un 'hongo nuclear' y la centralita del 112 contabilizó más de 90 llamadas.

Para que la situación no se descontrolase y no dejar mucho tiempo desatendidos los municipios de los parques implicados en las labores de extinción, fue requerido el helicóptero de Emergencias, con base en Alcantarilla. Pese a los esfuerzos del personal, a las 18.30 horas el techo colapsó. Las llamas afectaron a una superficie de unos 25.000 metros cuadrados -distribuidos en seis naves- y a varios vehículos.

Mary lamentó que «lo peor ha sido la angustia con que hemos esperado a los bomberos, llamábamos una y otra vez y nos decían que estuviésemos tranquilos, pero pasaba el tiempo y el fuego avanzaba».

El regidor subrayó que «es una pena; esta empresa da trabajo a 18 personas, la familia Pellicer lleva más de quince años aquí y el incendio lo ha calcinado todo en solo treinta minutos». De hecho, un retén de 15 efectivos se quedó trabajando toda la noche debido a lo inflamable de los materiales. Hoy fueron relevados por otro retén (20) y el helicóptero para tratar de dar por extinguido el incendio.

En el lugar continuaban, a las 16 horas de este viernes,.22 bomberos y 11 vehículos pertenencientes al Consorcio Regional de Bomberos, trabajando en las labores de extinción.