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FERNANDO G. LOZANO
Lunes, 15 de septiembre 2014, 01:00
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A simple vista nadie diría que bajo los tres cabezos que dibujan la orografía de Lorquí se halla una amplia red de casas-cueva. Ésta hace del municipio de la Vega Media la localidad con mayor número de viviendas trogloditas de toda la Región y uno de los mayores de España, según fuentes del Consistorio ilorcitano.
Aprovechando esta riqueza patrimonial, y gracias a la colaboración de algunos de sus propietarios, el Ayuntamiento se ha dispuesto a explotar estas casas-cueva como un reclamo turístico más de la localidad. Se suman así a los otros atractivos turísticos de los que dispone para los visitantes, como las imágenes de Salzillo, las norias de agua, las chimeneas y las industrias conserveras.
De este modo, la vivienda de Los Tablachos, propiedad de Francisco Gonzálvez y Vicente Gonzálvez, situada en el número 63 de la calle Altos Moros, se ha convertido en la primera de Lorquí que abre sus puertas. Lo hace como un auténtico museo donde mostrar y enseñar a sus conciudadanos y visitantes la arquitectura de este tipo de casas y el modo de vida de otros tiempos. Situada en el Cabezo de Escipión (que toma el nombre del general romano porque, según una leyenda, aquí fue donde murió el militar, cercado y vencido por las tropas cartaginesas de Asdrúbal en el año 211 a C.), Francisco y Vicente, conocidos como 'Los Tablachos', muestran orgullos su museo-cueva. Fue construida por sus antepasados a finales del siglo XIX y en sus estancias se disponen enseres antiguos como aperos agrícolas, tinajas para almacenar agua, colección de billetes, ropa de la época...; y otros, un poco más modernos, como aparatos de radio y televisión.
La cueva-museo de Los Tablachos, cuya entrada es gratuita, no es ajena a los nuevos tiempos y tecnologías. Por ello, han creado una página en Facebook (Cueva-Museo Los Tablachos) donde anuncian a sus seguidores las actividades culturales que realizan en la vivienda.
Veranos más frescos
En Los Tablachos, los veranos son más frescos y los inviernos menos fríos gracias a que la tierra sirve como tejado aislante. Esto se debe a su peculiar forma de construcción, ya que, como la mayoría de las cuevas, se edificó en torno a un gran espacio central articulado por arcos y por el que se da acceso a las demás salas. Además, dispone de techos altos y abovedados que, junto al aislante de la tierra, generan unas condiciones climáticas equilibradas.
Pero Los Tablachos no son los únicos vecinos de Lorquí que abren su cueva a los visitantes. En total y repartidas entre los cabezos de Escipión, de La Ermita y Las Polacas, se levantan más de un centenar de viviendas integradas y respetando perfectamente el entorno, y algunos vecinos, como María García, Emilio José Marco y Beatriz Campoy, también muestran sus hogares a los turistas. Por su valor histórico y etnográfico, estas viviendas se encuentran protegidas por la Administración pública, y para evitar que se pierda este patrimonio, el Ayuntamiento está acometiendo obras de mejora en una casa cueva, para adaptarla con todas las comodidades y poder alquilarla después como alojamiento rural. Además, aprovechando la topografía del terreno, los cabezos han sido acondicionados como miradores, ofreciendo una vista panorámica sobre la huerta del Segura.
Un programa mixto de empleo y formación, denominado 'Recuperación ambiental de Los Cabezos de Lorquí', trabaja desde hace unas semanas en la rehabilitación de los tres cabezos de la población; la Ermita, Las Polacas y Altos Moros o Escipión. Este programa emplea a quince parados del municipio, además de los tres integrantes del equipo directivo.
Los trabajos que están realizando consisten principalmente en la limpieza y reforestación con plantas autóctonas de la zona. Además, se afanan en el acondicionamiento de una casa cueva con problemas estructurales de seguridad, la estabilización de taludes y otros trabajos complementarios como la mejora de la conexión peatonal y la accesibilidad a las zonas altas de los mismos.
En la actualidad hay muchas casas-cuevas cerradas, debido a problemas de seguridad originados por los movimientos de tierra. Por este motivo, el regidor municipal, Joaquín Hernández, indica que «estamos en contacto con la Consejería de Obras Públicas para que, dentro del nuevo Plan de Vivienda, se baraje la posibilidad de rehabilitar estas construcciones históricas».
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