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Miércoles, 6 de junio 2018, 03:41
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De un viaje de casi dos horas por los aires a más de treinta horas por carretera. Esa es la consecuencia que han tenido que sufrir un grupo de 45 murcianos que se vieron afectados por la cancelación de un vuelo por parte de la compañía Ryanair desde Pisa a Valencia en la tarde del lunes. Estas personas, pertenecientes al Aula Sénior de la Universidad de Murcia, estaba previsto que llegaran finalmente anoche a la capital de la Región, tras emprender rumbo en autobús desde tierras italianas, ante la imposibilidad de hacerlo en avión y la «nula» respuesta por parte de aerolínea irlandesa de bajo coste, que anuló la ruta sin previo aviso. Exigirán indemnizaciones.
«No nos informaron nada. Llegamos al aeropuerto sobre la una y media del mediodía, tras dar una vuelta por la ciudad, y nos enteramos en ese momento, precisamente, que se cancelaba el vuelo que teníamos a las cinco», señala Carmelo Cabañero, uno de los integrantes de este colectivo de mayores que realiza todos los años un par de viajes de convivencia.
Y aunque presentaron la correspondiente queja en los mostradores de la operadora, a la vez que solicitaron alguna solución alternativa, finalmente optaron por buscarse la vida por su cuenta para emprender el regreso, toda vez que Ryanair solo les proporcionaba plazas entre los días 16 y 19 de junio, «desatendiéndose de la situación», mientras que otras compañías solo podían recolocarles individualmente en diferentes vuelos y días.
Una portavoz de Ryanair explicó ayer a 'La Verdad que «lamentablemente, el vuelo se canceló debido al efecto en cadena de retrasos anteriores en el control aéreo» y añadió que «todos los clientes afectados fueron contactados por correo electrónico y mensaje SMS, y se les informó de sus opciones: reembolso completo, reubicación gratuito en el siguiente vuelo disponible o reubicación en una ruta alternativa».
En cualquier caso, a la misma hora que tenían que haber despegado de Pisa, lo que hicieron todos fue subirse al mismo autobús con el que se han movido estos días en su excursiones por la Toscana, desde que llegaron el 29 de mayo, para iniciar de esa manera el camino de vuelta.
«Y dando gracias de que hemos podido avisar al conductor Antonio Hidalgo, de la empresa Hicerbus, en Cehegín, que siempre nos acompaña, justo cuando iba a volverse ya para Murcia, tras haber estado aquí con nosotros a lo largo de la semana», reconoció Carmelo. También resultó clave a la hora de reaccionar ante la situación y organizar la logística para el viaje por carretera, como la búsqueda de un hotel para pernoctar durante la noche, el hecho de que entre los componentes del grupo estaba la responsable de la agencia encargada del viaje, Marventour, cuyo personal se puso manos a la obra para buscar soluciones de inmediato.
Así, pudieron reponer fuerzas en una estación de servicio hasta su llegada a las proximidades de Niza, en Francia, donde pudieron dormir en el hotel para proseguir rumbo a España tras el desayuno. En La Junquera hicieron otra parada para comer y estirar las piernas. Mientras que otro conductor de la empresa subió hasta tierras castellonenses para coger el testigo de su compañero y poder seguir con el viaje de regreso.
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