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Rechazan que un colegio tuviera la culpa de que un alumno rompiera las gafas a otro de un puñetazo

Dice el informe que no cabe entender que el suceso se produjera como consecuencia de una falta de cuidado

EFE

Viernes, 23 de marzo 2018, 09:15

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La Consejería de Educación no puede ser responsabilizada de los daños sufridos por un alumno de un colegio de Infantil y Primaria ubicado en una pedanía murciana que, en el transcurso de una broma, recibió un puñetazo propinado por otro y que, como consecuencia del cual, se le rompieron las gafas.

Esa es la conclusión a la que se llega en el dictamen que a instancias de la citada Consejería ha emitido el Consejo Jurídico de la Región de Murcia (CJRM), que señala que en este caso no se da la relación causal que debe existir entre el daño por el que se reclama y el anormal funcionamiento de los servicios públicos para que nazca la responsabilidad patrimonial de la administración.

Dice el informe que no cabe entender que el suceso se produjera como consecuencia de una falta de cuidado por parte de los profesores, ni tampoco era previsible aquella acción, ya que con anterioridad no se habían constatado enfrentamientos entre los menores, "ni una alteración apreciable del comportamiento que se manifestaba entre ellos que pudieran haber aconsejado la elevación del estándar de vigilancia aplicado".

Y añade del análisis de las circunstancias del caso "se puede entender que se trató de una acción inopinada que se produjo de modo súbito y repentino y que, por su propia naturaleza, resultó fortuita y difícilmente previsible e inevitable para las docentes que se encontraban en el aula donde ocurrió".

Para este órgano consultivo de la administración, "se trata de un hecho que se inició con la práctica de alguna broma entre escolares y que desembocó, de manera involuntaria, en la producción de un daño, sin que el alumno que lo provocó tuviera realmente intención de causar el perjuicio que finalmente se produjo".

Tampoco se evidencia, concluye el dictamen, que el incidente obedeciera a una riña, pelea o una situación de enfrentamiento que se hubiera exteriorizado y que hubiese exigido que el profesorado actuara de forma activa y diligente para evitarla.

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