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Miles de murcianos acompañaron a la Patrona camino de la Catedral, a la subida del Puente Viejo, tras recorrer El Carmen.

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Miles de murcianos acompañaron a la Patrona camino de la Catedral, a la subida del Puente Viejo, tras recorrer El Carmen. Nacho García / AGM

La Morenica metió prisa a los ediles

El debate de decenas de mociones no impidió que la Corporación acudiera a El Carmen a recibir a la Patrona para cumplir una remota tradición. La Fuensanta recorrió el trayecto desde el santuario por Algezares y fue recibida por miles de fieles al llegar a la ciudad

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Viernes, 23 de febrero 2018, 04:20

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Por unos cuantos minutos, no sucedió. Y hubiera sido noticia que, después de tantas generaciones, el Concejo no hubiera acudido a la arciprestal de El Carmen para recibir a la Patrona de la ciudad. La celebración del Pleno municipal, donde estaba previsto debatir hasta 47 mociones -aunque al final se retiraron quince-, complicó ayer la asistencia de la Corporación a tan singular acto, auténtico prólogo de las Fiestas de Primavera que, mediando la Cuaresma se avecinan.

Siendo Cuaresma, la Morenica lució el manto morado, aquel que le regalara la firma Modas Gelen. Así cruzó las vías del tren, controvertido paso en obras por el soterramiento, justo cuando en el Salón de Plenos municipal se debatía la última de las interminables mociones. Hubiera dado lo mismo, puesto que el alcalde, José Ballesta, había decidido ordenar un receso en la sesión, como es su prerrogativa, si se hubiera retrasado el final. La Patrona regresó a Murcia por Algezares, tras la campaña desarrollada por fieles de esta pedanía que, al comprobar que los trabajos para el AVE no afectaban al paso del trono, exigían que se respetara el recorrido tradicional.

Otros proponían, también invocando a la historia, que la Fuensanta bajara a la capital por Patiño. Queda por determinar, aunque no hay otro camino que por esta última pedanía, por dónde retornará la Morenica a su santuario el próximo 17 de abril si, como parece, estuviese en obras la zona de Santiago El Mayor.

La campana de Los Peligros volvió a sonar tras ser sometida a una reparación de urgencia

Los hosteleros celebraron la algarabía de fieles que llenaron el centro a la espera de la imagen

La anécdota de la tarde la protagonizó el alcalde Ballesta, quien se acercó a algunos vecinos que protestaban, pancarta en mano, contra el muro que prevé el proyecto del tren de alta velocidad en aquella zona. Porque Ballesta les entregó algunos de los pétalos que unos minutos antes fueron arrojados sobre la Fuensanta desde el balcón del Museo de la Sangre, como cada año.

La Morenica celebró un nuevo traslado a la capital al mando de Joaquín Vidal Coy, a quien el Cabildo catedralicio nombró cabo de andas de la imagen tras el reciente fallecimiento de su padre. De hecho, Joaquín ya llevaba algunos años al frente del paso de plata, sin contar las décadas que, como segundo cabo -o capitán, como le gustaba llamarse-, había acompañado al titular.

Una antigua tradición

En una tarde clara, que comenzó a refrescar cuando el trono alcanzó El Carmen, la Patrona fue recibida por miles de murcianos, a quienes se sumaron otros tantos que la acompañaban desde el santuario. Desde allí arrancó la comitiva a las tres de la tarde, para entrar a la arciprestal pasadas las siete. «Y aunque fueran las nueve, aquí estaríamos», sentenciaba Carmen Martínez, una vecina de La Alberca que, como aseguraba, «ya venía de la mano de mi abuela hace setenta años. No he faltado un año. Ni Dios permita que falte en los próximos».

Vestía de gala la Policía Local, cuyos agentes escoltaron el paso junto a otros números de la Guardia Civil y miembros de la Policía Nacional, a quienes se sumó la tradicional banda de música que acompaña a la Patrona hasta la Catedral.

De esta forma se celebró el 324º aniversario desde que en 1694 llegara por primera vez, como cuentan las crónicas, para celebrar su festividad en el principal templo de la Diócesis de Cartagena y no en su ermita, como ya por entonces era tradicional. En aquella primera ocasión llegaría de madrugada y casi a escondidas, por los enfrentamientos entre sus fieles y el mismísimo obispo, que no era partidario del traslado.

Ayer lo hizo rodeada de miles de fieles. Desde una hora antes, el antiguo Partido de San Benito, más tarde llamado barrio de El Carmen o El Barrio, a secas, era un hervidero de gentes que se apostaban a ambos lados de la avenida para ver pasar la sagrada imagen. Huelga apuntar la satisfacción de los hosteleros que vieron cuajadas sus barras y terrazas de clientes. «Cada vez que baja sucede lo mismo: no damos abasto», señalaba entre bromas alguno de ellos.

Suena la campana

Una vez que los estantes de la Virgen la introdujeron hasta el altar mayor de El Carmen y volvieron a salir, la comitiva se encaminó hacia el Puente Viejo. Era, como cada año, el momento de mayor concentración de fieles, quienes atestaron la avenida hasta llegar al río, donde volvió a sonar la remota campana de Los Peligros, recién restaurada tras una avería en el mecanismo que la acciona. Mecanismo que activa su camarera, Peligros Hernández, desde la acera y mediante un mando a distancia, por cierto.

El volteo de la histórica campana que regalara en el siglo XVII un corregidor a la Virgen del Puente cumplió otra de las tradiciones más antiguas. «A mí donde me gusta verla es aquí, en lo alto del Segura, viendo cómo reluce ya la Luna sobre las aguas», señalaba José Marín, otro de los fieles de la Patrona que también celebró la noche despejada que le permitió, como a tantos, admirar las aguas plateadas. Otros, entretanto, pugnaban por hacerse con un hueco a la bajada del Puente, lugar también muy codiciado por los romeros que, sin ser lo de ayer romería, así se hacen llamar. «Cada vez que baja o sube, aquí estamos. Es una cita obligada», apuntaba María Soto, una feligresa de Alquerías que también dijo aprovechar la tarde «para darme una vuelta por la ciudad. Ya que estamos...».

Concurso de fotografía

Así, entre mil historias y empujones, avanzó el trono de la Patrona hacia el corazón de la urbe. No pocos aprovecharon la tarde para participar en el concurso de fotografía anunciado en su segunda edición por la Real Hermandad de Caballeros de la Virgen. Las instantáneas ya pueden presentarse a través del correo de la institución o en el Museo de la Catedral. El buen tiempo y el ocaso, según opinión de muchos, permitieron realizar espléndidas fotografías que reflejarán, una vez más, la algarabía de murcianos en torno a su Patrona.

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