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La sardina, con sus morritos rojos, llegó a Murcia procedente de Jumilla y fue recogida por los sardineros con gran alboroto después de un año de espera.
Sardina con sabor a vino de Jumilla

Sardina con sabor a vino de Jumilla

El Entierro Infantil, novedad de esta edición, congregó en las calles a miles de espectadores

M. CARMEN RAMÍREZ

Viernes, 10 de abril 2015, 00:49

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La llegada de la sardina a la ciudad se ha convertido en un espectáculo en el que los sardineros lo dan todo y los murcianos disfrutan viendo cómo se zarandea tan sufrido pescado. Desde Jumilla, una de las denominaciones más estimadas de la cultura vitivinícola patria, llegó este año, acompañada por su alcalde, Enrique Jiménez, y las representantes festeras de la población, ataviadas con el traje local. Llegó precedida de ciclistas, encabezados por el concejal de Transportes, Javier Iniesta, que anduvo liderando el pelotón.

Tras él, un trenecito portaba a la sardina. Hasta Santa Isabel llegó la comitiva con el esperado pez marino de morritos rojos y dorado en los costados y el vientre. Nada más aterrizar el ejemplar fue agarrado por sardineros que la zamarrearon y la vitorearon con todos los honores.

El Gran Pez, Kike Boned, la esperaba allí, ataviado ya con el traje sardinero, en esta ocasión de Palas Atenea, el grupo con el que desfilará la noche del Entierro. Tras el entusiasmo inicial, la sardina fue depositada en una cesta de mimbre llena de racimos de uva, en referencia a la importancia del vino en el municipio de Jumilla, y fue transportada en procesión por toda la Gran Vía.

Ya con la sardina en casa, había que celebrar la bienvenida. Los sardineros, que todo lo hacen a lo grande, organizaron un espectacular desfile para tener contenta a la protagonista de la fiesta. A las 20.30 horas salía de la avenida Gutiérrez Mellado el desfile de la llegada de la sardina que este año vio ampliado su recorrido por terminar en el Cuartel de Artillería, donde se ha instalado el Espacio Sardinero.

Hachoneros y gaiteros

Abrió el cortejo un grupo de gaiteros al que le siguieron las banderas de los municipios en los que ha estado la sardina en los últimos años. Sus portadores pasearon de forma muy divertida, pasando las banderas por las cabezas de los espectadores y corriendo por todo el recorrido animando al personal. También salieron en el desfile los tan queridos hachoneros, alumbrando las calles con sus hachones. Comparsas de carnaval, grupos de baile y escuelas de danza circularon por el desfile dándolo todo con sus coreografías y sus llamativos trajes. Vestidas de diosas egipcias, de cabaret, con plumas de fantasía, así aparecieron las chicas y chicos que deleitaron al público con pasos de baile.

Una de las novedades de este pasacalles fue que se convirtió también en Entierro Infantil. De ahí que participaran en él muchos personajes y comparsas dedicadas especialmente a los más pequeños. De esta forma, personajes de dibujos animados como las Tortugas Ninja, Peppa Pig, Pocoyó o de las películas de la Guerra de las Galaxias levantaron de sus asientos a los embobados espectadores que luchaban por tocar, abrazar o simplemente hacerse una fotografía con alguno de ellos. Las escuelas de bailes y comparsas, además, incluyeron muchos niños entre sus participantes, que asombraron con sus dotes para el baile.

La comitiva terminó con dos carrozas cargadas de peques que, haciendo las veces de sardineros, fueron lanzando juguetes a los asistentes en el recién estrenado Entierro Infantil. Los infantes se convirtieron en los protagonistas de un desfile que presenciaron miles de personas a lo largo del recorrido, sobre todo en la Gran Vía, que vio como casi todas las sillas se ocuparon. El cortejo, además, fue más largo porque recorrió las principales calles del Barrio del Carmen hasta llegar a su fin en el Patio de Armas del Cuartel de Artillería.

Cuando terminó, en el Espacio Sardinero, el alcalde de Jumilla, Enrique Jiménez, hizo entrega de forma oficial de la sardina al alcalde Miguel Ángel Cámara, que recibió con agrado a tan ilustre personaje, que ya tiene las horas contadas.

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