Borrar
Eduardo Gil de Pareja, en la Plaza de Belluga.
«Actué incluso el año en que me operaron de apendicitis»

«Actué incluso el año en que me operaron de apendicitis»

«Después de veinte años representando el papel del enviado del Emir de Córdoba sigo sintiendo las mariposas en el estómago». Embajador Omeya en la Fundación de Murcia

M. C. RAMÍREZ

Sábado, 13 de septiembre 2014, 00:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Calcula que lleva 21 años interpretando al enviado del Emir de Córdoba en la representación que los Moros y Cristianos desarrollan cada año en la plaza Cardenal Belluga. Él sale en la del domingo, la que conmemora la fundación de la ciudad. Nunca ha faltado a su cita con el teatro, aunque un año le tuvieron que buscar un sustituto porque sufrió un ataque de apendicitis, aunque se recuperó a tiempo de encarnar el personaje. Festero fundador, pertenece a la kábila Almorávides de Mursiya, con la que fue Aben Hud en el año 2004.

-¿Cómo fue el primer año que se subió al escenario?

- Nunca había hecho teatro, pero me animé porque todos los que salimos somos festeros y se trata de teatro 'amateur'. Tenía miedo de quedarme en blanco o de que la cosa saliera mal. Y notaba unas mariposas en el estómago que a día de hoy, veinte años después, todavía sigo notando en los minutos antes de empezar mi interpretación.

- ¿Por qué decidió participar en este proyecto?

- Juan José Capel, autor de las dos embajadas, era íntimo amigo mío. Cuando las escribió me llamó para que las leyera. Entonces me dijo que me fijara en el papel del enviado del Emir y me manifestó que ése era para mí. Le dije que imposible, que yo nunca había actuado. Se empeñó y me animó tanto que no pude decirle que no.

- ¿Nunca ha fallado?

- Nunca, ni siquiera en 2004. Ese año yo fui Aben Hud, cuando a mitad de la semana me dio un ataque de apendicitis y tuvieron que operarme. En el papel de rey me sustituyó mi hijo los dos días que pasé en el hospital. Para la Embajada me buscaron también sustituto pero llegado el momento me sentí con fuerzas y salí al escenario. Después de la obra era costumbre que los actores nos subiéramos al balcón del Palacio Episcopal a saludar. Como no podía subir porque iba en silla de ruedas por la operación, me di el 'cambiazo' con mi hijo y creo que nadie lo notó.

- ¿Cuál es la labor de su personaje?

- Soy el enviado del Emir de Córdoba para poner paz entre yemeníes y muladíes, las dos tribus que luchaban por el control de la antigua ciudad, que debió estar por Algezares. Una vez escuchadas las dos partes, que están en guerra después de que el jefe yemení matara al muladí, transmito el problema al Emir quien ordena destruir la ciudad y fundar una nueva, que se convertirá en Mursiya.

- ¿Qué momento de la obra le gusta más?

- Cuando digo aquello de «En esta gloriosa hora, traigo de Abderramán mandato, de dar para el Emirato, nueva capital a la Cora. Quiera además nuestro Emir, que con todo su esplendor, pompa, gloria y calidad, los destinos de Todmir, dirija el gobernador, desde la nueva ciudad».

-¿Le gustaría representar otro personaje?

- Admiro mucho al Embajador moro, representado por Ángel Belmonte de forma excepcional. Pero entre que lo tiene bien cogido y lo borda, creo que no será posible.

- ¿Cuál de las dos embajadas prefiere?

- La de la Fundación es el origen de la fiesta, aunque la de la Entrega de llaves tenga más fama. La primera narra la historia del nacimiento de nuestra ciudad y eso, creo, la hace más importante.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios