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El Juli, Enrique Ponce y Antonio Puerta, a hombros de los capitalistas que los sacaron por la puerta grande.
Tres tauromaquias tres

Tres tauromaquias tres

Enrique Ponce, El Juli y Puerta salen a hombros en una gran tarde de toros

FRANCISCO OJADOS

Martes, 13 de septiembre 2016, 02:22

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Fue la segunda de feria una tarde de alegrías. La entrada estuvo más acorde a lo que es esta plaza y un cartel con figuras del toreo, rondando los tres cuartos del aforo cubierto. Fue tarde de gozo en la grada y de cosas importantes en el ruedo, protagonizadas por Enrique Ponce, Julián López 'El Juli' y Antonio Puerta, una terna que ofreció tres tauromaquias distintas, en tres momentos profesionales diferentes. Cada uno con su propia personalidad satisfizo las exigencias del público, se ganó su favor, y los tres terminaron saliendo por la puerta grande al dar una gran tarde de toros.

  • Ganadería.

  • Cuatro toros de Victorino del Río y dos de Toros de Cortés (3° y 4°), desiguales de hechuras pero con movilidad. Flojo e imposible el primero, manejable el segundo, con fondo el tercero, brusco y sin clase el cuarto, con genio el quinto y pronto y alegre el sexto.

  • Enrique Ponce.

  • De grana y oro, silencio y dos orejas.

  • El Juli.

  • De verde botella y oro, dos orejas y una oreja con petición de otra.

  • Antonio Puerta.

  • De blanco y oro, una oreja y dos orejas.

  • Incidencias.

  • Murcia. Segunda corrida de toros del abono. Rondando los tres cuartos de entrada. Antonio Puerta sustituye a Roca Rey. En el descanso, El Juli recibió el trofeo Mariano Molina a la mejor faena de la feria pasada. Se desmonteraron en banderillas El Charra y Salvador Lobato. Tarde veraniega con brisa agradable. Los tres espadas salieron a hombros.

El maestro Enrique Ponce sorteó en primer lugar a un toro vareado, que con 498 kilos en la báscula tuvo su presencia. 'Soleares', que era como se llamaba este primero de la tarde, se arrancó de lejos al caballo y en el encuentro, por la inercia y la velocidad, derribó al equino. En el segundo encuentro recibió un puyazo del que sangró hasta la pezuña. Enrique no lo brindó seguramente porque adivinó las nulas posibilidades de triunfo de su oponente, que se desfondó en el primer tercio. La flojera y el poco recorrido del animal propiciaron que Ponce abreviara, algo poco habitual en este torero. Se quitó de en medio al burel de un bajonazo y la noticia fue el silencio para Ponce, algo raro que le suceda en esta plaza. Entre tanto, el astado arrastrado entre pitos.

El valenciano puso actitud en el saludo al cuarto, ganando terreno a la verónica, para rematar con una revolera en las afueras. Fue toro basto de hechuras este 'Decorado', un zambombo con 559 kilos, pero sin exageraciones por delante. Recibió el astado un fuerte puyazo. Tras el tercio de banderillas lo brindó Ponce desde los medios. Fue este un toro que embistió a oleadas, con un punto de mansedumbre, pero aparente por el volumen y porque cayó en manos del maestro de Chiva. A media altura, sin molestar, lo fue metiendo Enrique en la muleta, en una faena en la que buscó terrenos en la división de los tendidos de sol y de sombra, lo que celebraron los ocupantes de la solanera. Fue trasteo inteligente, de manual, en el que Enrique, capaz de pegarle pases a una mula, consiguió con maestría momentos de mucha plasticidad. El esfuerzo de Enrique se vio culminado con un estoconazo, de perfecta ejecución, que puede ser el de la feria. Dos orejas sudadas y ganadas las del valenciano.

Puyazo vibrante

El primero del lote de El Juli, alto de cruz pero pobretón por delante, salió con pies de toriles. Se lució a la verónica en el saludo y en las chicuelinas, perdiendo pasos, del quite, tras un puyazo en el que cumplió el de Toros de Cortés, segundo hierro de Victoriano del Río. Lo brindó al público el torero madrileño y se movió en la muleta 'Bolero', que así se llamó el castaño, que no tuvo excesiva calidad pero sí duración y la suficiente acometida para que Julián le alargara los viajes y terminara por hacerse dueño de la situación en una faena iniciada con torería, con pases rodilla en tierra, para después ligar las tandas al natural y corregir el defecto del astado de soltar la cara al final de los muletazos. Un circular, ligado con un molinete y el de pecho metieron definitivamente al personal en la faena, bien vendida, de El Juli. Después, con la mano izquierda, toreó encajado y con fluidez, siempre dominador. Al salir de la estocada, hasta los gavilanes, perdió la muleta y hubo de tomar el olivo al perseguirle el de Cortés hasta la barrera. Dobló con prontitud el animal y para Julián fueron las dos primeras orejas de la tarde.

Salió con raza el quinto, que ofreció una fenomenal pelea con el caballo, que se apuntaló sobre las dos patas traseras en un vibrante puyazo de Diego Ortiz. Por coraje acabó derribando al buen piquero tras romanear durante un buen rato. La de don Julián fue faena de maestro. El toro comenzó embistiendo con genio, capaz de comerse al más pintado. Pero la muleta del torero de Velilla de San Antonio es poderosa y capaz, como demostró con este astado, al que le bajó los humos y con el que terminó por crear una obra maciza con la res absolutamente sometida y a merced del diestro. Faena de alto nivel, para aficionado cabal y que no se acabó por valorar su mérito, sobre todo cuando al natural y con la izquierda, con media muleta barriendo el albero, dominó por completo a la fiera. La estocada, al volapié, más espectacular que bien colocada, resultó algo trasera. Aun así hizo doblar al astado. Le fue concedida una oreja y se le pidieron las dos.

La novedad de la tarde era Antonio Puerta. El triunfador de la Feria 2015 entró en el abono por la vía de la sustitución, en lugar del lesionado Roca Rey. El primeo de su lote lució el hierro de Toros de Cortés. Lo lanceó con suavidad y muy buena compostura Antonio Puerta. El toro, corto y bajo, lo hizo bien en el capote del torero de Cehegín. Apenas recibió castigo en varas y lo cambió el joven matador con dos pares de banderillas. El toro, que apuntaba buena condición, también presentaba dudas sobre si aguantaría de fuerzas cuando Puerta lo brindó a los asistentes. Para meter al pueblo en situación, el de Cehegín se hincó de rodillas en un inicio oportuno, en el que además llevó toreado al burraquito en redondo. Ya de pie, fue faena en la que perdió pasos para ligar con la derecha y se afianzó más con la zurda. Acortando las distancias y metido entre los pitones, protagonizó un final valeroso, que acabó impactando por la emoción de pasarse muy cerca los pitones. La estocada, volcándose el torero, cayó algo trasera y tendida, pero sirvió para que paseara su primer trofeo. Pero lo mejor de su importante tarde lo protagonizó ante el sexto, el toro más en tipo del encierro de Guadalix de la Sierra. Rehuyó en primera instancia a los capotes, hasta que Puerta se hizo con él y llegó a enjaretar un buen ramillete de verónicas.

Ganas de triunfar

Lo dejó crudo en el caballo, motivado por sus ganas de triunfar y resultó lucido el tercio de banderillas que protagonizaron el lorquino Antonio López 'El Charra' y Lobato, que saludaron desmonterados la ovación. La faena, que Puerta brindó al presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, fue toda garra y pureza. Le dio todas las ventajas al astado. Lo citó en los medios y pronto el animal galopó con alegría y tomó los vuelos ofrecidos por el de Cehegín. Las series fluyeron ligadas y llegaron con una fuerza especial a los tendidos. La manera de conectar de este torero, tan nuevo, es una de sus grandes virtudes. Fenomenales fueron las series con la zurda, profundas y largas, y los de pecho, de costadillo, para salir de las tandas. Faena completísima, de altos vuelos, en la que al final se rajó el castaño. La estocada, en terrenos de tablas, fue resolutiva y paseó dos orejas de ley. Lo mejor, además de salir a hombros con dos figurones del toreo, es que estuvo a la altura.

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