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CATI OJADOS
Jueves, 11 de septiembre 2014, 01:51
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La Feria Taurina de Murcia comenzó ayer con una de las dos clases prácticas que organiza Toros Sureste, gestora del coso de La Condomina. Hicieron el paseíllo los alumnos de la Escuela de Tauromaquia José Nicolás y el triunfador de la tarde Parrita Chico, que contaron con sus compañeros Fernández de la Torre y Fran Ferrer como auxiliadores. Completaban el cartel alumnos de las escuelas de Sevilla, Alicante, Almería y Guadalajara.
Plaza de La Condomina.
Novillos de Ruiz Palomares, manejables, bien presentados. Cuarto premiado con la vuelta al ruedo.
Jesús Cuesta.
Oreja.
Gonzalo Herranz.
Oreja.
José Magaña.
Dos orejas.
Álvaro Sánchez.
Oreja.
Parrita Chico.
Dos orejas y rabo.
Incidencias.
Tras romper el paseíllo los alumnos más pequeños realizaron una exhibición de toreo de salón.
El primero en actuar fue el alicantino Jesús Cuesta, que anduvo aseado en una faena larga en la que sufrió varios atropellos intermitentes. Paseó la primera oreja de la tarde. Por su parte, Gonzalo Herranz se mostró voluntarioso pero en su faena estuvo presente el pasito atrás en alguna ocasión. Haciendo un intento por agradar, remató su labor con un desplante antes de entrar a matar. Finalmente, el novillo se echó solo con un pinchazo.
El murciano José Nicolás no dudó en colocarse a portagayola, sufriendo un revolcón cuando se incorporaba. Tras el susto se levantó sin mirarse y realizó un enrazado saludo por verónicas. Tras brindar a sus compañeros cuajó una faena lucida y que agradó al respetable, que llenó la mitad de la plaza. Paseó dos orejas.
Después de la merienda llegó el turno del almeriense José Magaña, muy voluntarioso pero poco acertado colocando las banderillas. Con la muleta anduvo firme y templado, especialmente con la diestra. Captó especialmente la atención del público con los molinetes de rodillas. Cortó dos orejas de su antagonista, premiado con la vuelta al ruedo.
Álvaro Sánchez, de Guadalajara, hizo muy bien las cosas, mostró buenas maneras y tuvo las ideas claras, pero su novillo fue el más deslucido y parado de la tarde, por lo que el chaval tuvo que poner todo de su parte para lograr el lucimiento. Dos pinchazos, estocada y una oreja.
Lo mejor de la tarde llegó al final, para dejar un buen sabor de boca a los aficionados que asistieron en familia a la plaza de toros. El encargado de cerrar el festejo fue el murciano Parrita Chico, que actuaba por primera vez en el ciclo septembrino ya que el año pasado se quedó a las puertas por no alcanzar lo catorce años. En esta comparecencia destacó toreando al natural y en un par de tandas con sello propio en las que con mucho gusto se relajó y dejó desmayada la figura. Un espadazo y dos descabellos fueron el epílogo de este trasteo que le sirvió para cortar los máximos trofeos.
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