Antonio Puerta suma y sigue

Con buen ambiente se celebró en Cehegín su tradicional corrida del día de la Virgen de las Maravillas, con un cartel totalmente mixto. Resultó un festejo ameno, del que salió triunfador el novillero local Antonio Puerta, quien atraviesa por un gran momento. Desorejó al primero de su lote, un bonito novillo carbonero con hechuras de toro. Encajado, meció los brazos con ritmo en las verónicas de saludo. Aprovechó el buen pitón derecho para ligar tandas en redondo muy templadas después de un comienzo de faena, a pies juntos, en el que dibujó un soberbio trincherazo. El novillo no fue tan boyante por el izquierdo, pero Puerta insistió hasta sacarle partido al natural y el final del trasteo fue de dominio absoluto, metido entre los pitones. La larga faena acabó con una media de la que el burel tardó en caer, sonando el aviso antes del descabello definitivo.

El sexto embistió a oleadas y se fue complicando. Si brindó antes a sus compañeros de cartel, en éste fue Nicolás de Maya el destinatario. Valiente, se dejó pasar muy cerca los pitones, hasta el punto de que, en uno de los arreones, el de Torrestrella se lo llevó por delante golpeándole en el pecho. Despojado de la chaquetilla, acabó con su enemigo de media estocada tendida, sumando otro apéndice.

Muy completa fue la tarde de Diego Ventura. Actuación propia de una gran figura del rejoneo, que tras perder las orejas de su primero al fallar con el rejón de muerte puso toda la carne en el asador en el segundo de su lote. Sirvieron y mucho los toros de Murube para el toreo a caballo. Con el que abrió el festejo brilló en los pares al quiebro pero tres pinchazos le privaron del premio que sí tuvo al despenar al cuarto. La espectacularidad del bayo 'Oro' para citar al toro y clavar al estribo y el final de faena, colocando banderillas cortas al violín y a dos manos montando al albino 'Remate', fueron los puntos álgidos de una gran obra.

El Cid tuvo un lote mediocre con el que no llegó a lucir. Su primero se agarró al piso en los primeros compases de faena y le costó remontar al de Salteras. Desorejó al quinto de la tarde a causa de la raza torera que le echó cuando vio que se le iba la tarde. Toreó con desmayo en una primera tanda diestra. Sufrió un desarme en la segunda y se complicó el astado. El Cid se tiró a matar con rectitud, saliendo rebotado de los pitones por un golpe en el tórax. Se volvió a tirar sobre el morrillo y esta vez fue prendido por el muslo, con el resultado de un varetazo y una taleguilla hecha trizas. El momento de emoción caló en un público que sacó los pañuelos al viento.