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Murcia
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Jueves, 5 de abril 2018, 12:36
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La convocatoria para condenar el acto vandálico que hizo desaparecer en apenas 10 minutos la escultura floral que recreaba la obra de Campillo 'Homenaje a la mujer murciana' reunió este jueves en Murcia a trabajadores de la contrata STV, peñas huertanas, sardineros, representantes de los partidos políticos y de organizaciones civiles en la avenida Libertad. El presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Juan Pablo Hernández, pidió un aplauso para los trabajadores que hicieron posible este efímero símbolo de las Fiestas de Primavera, inaugurado el lunes por la mañana y destruido anoche por culpa del fuego. «Esto es un ataque no sólo a la escultura sino a nuestras fiestas», proclamó Hernández. Por parte de la Agrupación Sardinera, Jesús Sánchez condenó el acto vandálico y consideró que afea las fiestas, «pero no nos las van a arruinar, y esperamos que la Justicia haga lo que tenga que hacer». Juan Pérez Ferra, vicepresidente de la Fundación Antonio Campillo y legatario del maestro de Era Alta, agradeció esta convocatoria de afecto y lamentó este «atentado a la sociedad murciana». Indicó que como padre de tres hijos siempre ha velado por la educación y se manifestó triste porque el chaval joven arrestado no haya tenido probablemente ese eje en su educación. Ferra rechaza las agresiones a monumentos y edificios y pide que esta tendencia dañina cese.
El objetivo del Ayuntamiento era colocar la recreación de la escultura ahora destruida en un lugar visitable de la ciudad, «porque era una preciosidad con esos volúmenes y podía embellecer Murcia de forma positiva, pero nos han cortado esas ilusiones». La Fundación y STV, según Ferra, tienen intención de personarse en la causa contra el detenido. El alcalde de Murcia, José Ballesta, manifestó su profundo agradecimiento a todos los que han apoyado el acto de repulsa y explicó que esta obra generó desde el primer momento una gran acogida, «se había convertido en algo icónico, un elemento de referencia como homenaje a la mujer murciana, de ahí esa desolación general». Ballesta recordó lo fácil que es destruir frente a lo que cuesta construir, y lejos de hundirse en la melancolía o la inacción dijo que les volverá a mover la imaginación para que toda Murcia sienta esa mínima alegría de haber nacido o vivido en esta ciudad. Sobre lo que costaba la obra perdida, el primer edil reconoció que desconoce la cantidad pero intuye que es «incalculable« como toda obra de arte.
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