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Viernes, 26 de mayo 2017, 00:54
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El abrazo que se dieron al principio del Pleno el portavoz de Ciudadanos, Mario Gómez, y el concejal no adscrito Javier Trigueros, que anunció esta semana su marcha de Cs, no permitía adivinar la confusión y tensión que se iba a desarrollar unas horas después con ambos como protagonistas. Gómez presentó una moción para crear una comisión de seguimiento y control de las obras del AVE. Cuando sus compañeros de corporación le informaron de que ya existía una Mesa con esa finalidad, lo que solicitó es que no estuviera presidida por el PP. El concejal de Fomento, Roque Ortiz, que ya le había advertido de que «tenemos comisiones para dar de comer a los marranos», lanzó la propuesta de que la presidiera Trigueros. Sergio Ramos (Cambiemos) sugirió que la Mesa se reuniera todos los meses. Con tanta enmienda, todo se lió. Gómez propuso que la Mesa se reuniera al menos una vez al mes y que, si no tenían inconveniente los grupos, que la presidiera Trigueros. Entonces saltaron los ediles del PSOE que dijeron que la presidencia era algo serio que debía elegirse durante la reunión de la Mesa. Gómez respondió que retiraba lo de Trigueros, incluso la moción. El alcalde señaló que ya no era posible. El edil pidió escuchar la grabación. Retegui dijo que no se votaba. Al final, Gómez pidió que le facilitaran el acta del Pleno. Un auténtico caos.
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