Los dueños de 'garitos' dicen estar «cansados» de peleas entre ultras

Pantalones de pitillo, pelo rapado y una braga-cuello para ocultar su rostro. Nada más ver el 'look' que lucía el grupo de 'clientes' que entró por la puerta, ya supo que esa noche habría problemas en el bar. «Los taburetes volaban», relataba ayer a 'La Verdad' un camarero de Las Pintas Murcianas. Lo hizo desde el anonimato por temor a represalias. «A mi jefe le dieron».

No hubo provocación previa para semejante comportamiento. «Entraron al bar y no pidieron nada; directamente la liaron». Después salieron huyendo. «Era un grupo de entre doce y trece jóvenes, que se metieron en la sala Revólver».

El personal de este local solicitó presencia policial, pero cuando varias patrullas se presentaron en la zona no pudieron detener a nadie. «No pudimos identificarles porque ocultaban su cara». El ataque a Las Pintas Murcianas ocurrió en noviembre, a solo unos metros de la Boca del Lobo, el pub donde en la madrugada del domingo se produjo la agresión a una joven de 19 años.

Algunos hosteleros, como Juan Ramón, el propietario de la Boca del Lobo, confirmaron ayer que lo sucedido no es un hecho aislado en las tascas. «Esto es repetitivo. Ha pasado ya en otros bares y esta vez, por desgracia, me ha tocado a mí». Lo mismo opinaba una empleada del grupo Revólver, que regenta en el centro de Murcia la sala Revólver, Repúblika, Bizz'art y Sala REM. «Siempre están igual».

La Merced y las tascas son el tablero de juego de estos grupos. «Se dedican a buscarse para pelearse». Cuando los de extrema derecha y los de extrema izquierda no 'coinciden', según esta empleada, «a veces tiran las mesas de las terrazas». Dan fe de ello en el Kiosko de la Universidad, donde unos jóvenes ultras estaban tomando unas cervezas y sin motivo alguno la emprendieron a golpes. «Empezaron a tirar las sillas y a un chico le hicieron una brecha en la cabeza», relataban ayer los empleados del quiosco.

Algunos hosteleros de las tascas se mostraron ayer «cansados» de las continuas peleas entre estos grupos y de los actos vandálicos y los daños que causan en la zona.

Desde el grupo Revólver confirmaron que «estamos estudiando reforzar la seguridad».

Cambiemos se remite al Pleno

La agresión no ha pasado desapercibida en el Ayuntamiento, y Cambiemos Murcia recordó ayer que anteriormente se han producido otros episodios violentos, como la paliza que sufrieron varios chicos en el carnaval de Cabezo de Torres a manos de grupos neonazis, y otras acciones violentas protagonizadas por jóvenes en el Bando de la Huerta.

Cambiemos instó al PP a «cumplir» el acuerdo adoptado por unanimidad en el Pleno de febrero, a propuesta de la Coordinadora Anti-Represión, para que las concejalías de Juventud y Educación pongan «en marcha medidas educativas específicas de carácter preventivo para acabar con los delitos de odio».