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Dos ciclistas, ayer, por la mota del río. En la imagen se aprecia una farola sin luminaria y en el detalle superior, el cable cortado.
El carril bici del río no volverá a estar iluminado tras otro robo de cable

El carril bici del río no volverá a estar iluminado tras otro robo de cable

Los ladrones se han llevado el 70% de las 500 farolas que había en 12 kilómetros, y el 30% restante lo ha trasladado el Ayuntamiento a pedanías

María José Montesinos

Martes, 15 de noviembre 2016, 01:52

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A los aficionados a pedalear por el carril bici de la mota del río, o incluso a los que les gusta utilizar ese circuito de 12 kilómetros entre El Malecón y La Contraparada para andar o correr, se les ha restringido a la fuerza el horario de la práctica deportiva. Y no porque exista una normativa al respecto, simplemente porque no queda ni una farola que les alumbre. Y había 500.

  • millones de euros es lo que se ha invertido en los últimos años en las tres reposiciones del alumbrado en el carril bici de la mota.

  • farolas por kilómetro había instaladas. La mayoría las han robado. El 30% las ha retirado el Consistorio.

  • kilómetros mide del carril bici entre El Malecón y la Contraparada.

El concejal de Fomento, Roque Ortiz, admitió ayer que «nos las roban. Se han llevado el 70% de las que había, y las que quedaban las hemos retirado para evitar que acaben robándolas también». El edil añade que «se hormigonan, pero la soledad del entorno hace que hagan un agujero en la arqueta y se lleven el cable, la luminaria y... en vista de que se iban con todo, lo hemos quitado nosotros». Y el Ayuntamiento ha aprovechado esas farolas para alumbrar otros entornos como en El Verdolay.

Los ingenieros y técnicos de la Concejalía de Fomento aseguran que «reponer es tontería. Ya han robado tres veces en los últimos tres años. Se hace una inversión importante, más de un millón y medio de euros en tres años -cuesta entre 300.000 y 400.000 la instalación a lo largo de los 12 kilómetros-, y roban al día siguiente de reponerla».

El problema es que en la zona no hay ningún tipo de vigilancia, por lo que pueden actuar a sus anchas. «Hacen el ruido que quieran y nadie se extraña. Incluso si pasan en bici, nadie llama. El problema -indica Juan Pedro Collado, ingeniero de la Concejalía de Fomento- es que quienes roban van con chalecos y mono, y quienes los ven, se creen que están haciendo obras de mantenimiento. En cinco años nadie ha llamado, y eso que hay una caseta del 112 junto a la mota del río».

Desde el Ayuntamiento lo han intentando ya casi todo. Durante la anterior Corporación, siendo concejal de Obras Comunitarias el edil José Arce, se empezaron a cubrir con hormigón las arquetas de las farolas para evitar el robo del cable de cobre, que es lo que van buscando los ladrones, ya que el hilo de cobre tiene salida en el mercado negro. Concretamente, se vende a 6 euros el kilo.

«Empezamos cubriendo las arquetas con 10 centímetros de hormigón, y ahora lo hacemos con 20 centímetros, pero a pesar de ello van con el martillo neumático», explican los técnicos de la Concejalía de Fomento. Los ladrones, ya sean de países del Este o nacionales, llegan con el martillo neumático a la caja de registro. La levantan, enganchan el hilo de cobre y cortan con la cizalla. Y el Ayuntamiento no da abasto a reponer.

El problema del robo del hilo de cobre no es exclusivo de Murcia. También es frecuente en otros municipios de la Región y en otras provincias. El Consistorio capitalino lleva años buscando solución al tema y ha probado casi todo. Hace un par de años, la entonces concejal de Calidad Urbana, Ana Martínez Vidal, presentó en el Cuartel de Artillería un sistema que daba la alarma en los intentos de hurto. Pero no funcionó. La primera vez que saltó la alarma, fue un falso aviso y, a los pocos días, robaron de verdad y el sistema ni se activó.

También en 2014, el concejal de Obras y Servicios, José Arce, llevó a cabo una prueba piloto en la urbanización Nueva Condomina. Estaba basada en el carácter disuasorio no del hormigón, sino de la propia corriente eléctrica. Consistía en dejar las farolas -había unas 60- encendidas las 24 horas para que los ladrones no tocaran las arquetas. Para ello se colocaron carteles con la advertencia del peligro de rampazo si intentaban meter la mano. Pero tampoco fue la solución.

El aluminio sustituirá al cobre

«Lo que estamos haciendo ahora en la Costera Norte, en la autovía y en la Ronda Sur -explica Roque Ortiz- es sustituir el hilo de cobre por hilo de aluminio porque éste no tiene apenas valor para venderlo y por eso no lo roban».

La iniciativa tiene sus inconvenientes técnicos, según los ingenieros de Fomento, ya que el hilo de aluminio es menos dúctil y la sección mínima es de 16 mm2, no de 5mm2 como el cobre, por lo que es más complicado de manejar.

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