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La vocal del PP Toñi Valiente, entre los diputados Joaquín López y Juan Guillamón.
Cuchicheos desde las pajareras

Cuchicheos desde las pajareras

Parlamentarios, el delegado del Gobierno, el presidente de la Cámara de Comercio, pedáneos y empresarios siguieron el debate

María José Montesinos

Martes, 4 de octubre 2016, 01:44

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El primer debate del estado del municipio despertó más expectación entre la sociedad murciana que un Pleno ordinario. Aunque acudieron representantes de colectivos fijos de casi todas las sesiones plenarias, como Joaquín Contreras, Loli García y Loli Tornel, históricos miembros de la Plataforma Pro-Soterramiento, o afectadas por el conflicto laboral del servicio de Ayuda a Domicilio, no es menos cierto que también hubo caras conocidas, especialmente de la vida política, empresarial y social.

El delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, fue la máxima autoridad que siguió el debate desde la misma bancada que varios diputados regionales. A su izquierda estaba Miguel Garaulet, de Ciudadanos, y a su derecha los populares Fernando López Miras e Inmaculada González Romero. Muy cerca estaban los senadores socialistas Juan Luis Soto y Francisco Javier Oñate.

No se perdieron este debate los diputados Joaquín Sánchez (PSOE) y Juan Guillamón (PP), quien recordó, o incluso añoró, sus intervenciones en las largas sesiones plenarias durante los años en que ejerció como concejal por el Centro Democrático y Social (CDS), entre 1987 y 1991. La empresaria de la construcción Toñi Valiente, vocal del PP en la Junta Municipal de La Flota-Vistalegre, siempre conjuntada, no perdió la oportunidad de bajar a la arena para felicitar al alcalde por su discurso. También Juan Guillamón, en su habitual tono bromista y afable, se fundió en abrazos entre los ediles del PP y del PSOE, partidos con los que bregó en sus años de concejal cuando otras formaciones políticas como Ciudadanos, Ahora Murcia o Podemos estaban aún en arroz y habichuelas.

Un tiempo medido

El presidente de la Cámara de Comercio de Murcia, Pedro García Balibrea, siguió el acontecimiento acomodado junto a pedáneos y presidentes de juntas de distrito. También había representantes de los colegios profesionales de Economistas y Veterinarios, y miembros de las dos federaciones de vecinos activas como José Luis Marco y el exdil socialista José Antonio García Baños, así como el director de la Fundación Jesús Abandonado.

Al final de la intervención de Rebeca López (PP) se escucharon voces femeninas espetándole: «¡Rebeca, alcaldesa!». Poco debió importarle este fino improperio porque cuando el alcalde Ballesta bajó de su estrado se dirigió directamente a su portavoz para felicitarla. Y un beso del jefe vale más que mil palabras. Ballesta hizo lo mismo con todos los portavoces.

El discurso del primer edil estuvo perlado de citas que él mismo escoge primorosamente. En este caso se acordó de Gustavo Bueno y Julián Marías. En la réplica a los grupos habló, incluso coherentemente, de la artrosis del polígono de Willis (círculo arterial de la base del cerebro), de los «gladiadores de lo público» y de las «espadas flamígeras de los arcángeles».

Los ediles de la oposición tampoco se quedaron cortos. Mario Gómez se refirió a Henry Ford, a Kennedy y a Joan Báez. Después de cuatro horas de intervenciones medidas por un reloj digital de pantalla, el grado de atención de sus propios ediles era ya un tanto relajado. Varios ediles del PP consultaban sus móviles, otros punteaban sobre los folios y el que menos tenía la mirada distraída y con cuerpo de echar una caña. El contador iba marcando los minutos y segundos y la hora final llegó. Ballesta se fue muy satisfecho, aupado por los suyos. Como en una nube. La oposición cree que el formato le favoreció.

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