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Suciedad, desconchados y pintura muy deteriorada, en el aparcamiento subterráneo de Santa Isabel.
Un aparcamiento de miedo

Un aparcamiento de miedo

El Ayuntamiento baraja sacar a licitación el parking de Santa Isabel, cuyo arreglo cuesta 130.000 euros

María José Montesinos

Lunes, 6 de junio 2016, 11:13

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El estado de los aparcamientos subterráneos públicos de Murcia tiene mucho que ver con su antigüedad, nivel de uso y años de funcionamiento, pero también con la responsabilidad de los empresarios adjudicatarios y del nivel de exigencia de la Administración Local para obligarles no solo al cumplimiento de las cláusulas de los pliegos de condiciones, sino a un mínimo de limpieza y decoro.

Los parkings en régimen de concesión administrativa de obra y explotación de servicios o de obra pública ascienden en la actualidad a veinticuatro, con un total de 9.675 plazas, entre uso de residentes o de rotación. Concretamente, ocho aparcamientos están destinados exclusivamente a residentes, tres a rotación (Glorieta, Santa Isabel y Plano de San Francisco) y el resto son de tipo mixto.

El balance de la concejal de Tráfico, Lola Sánchez, no es coincidente con muchos de los vecinos y usuarios. Sánchez asegura que «el estado actual es bastante aceptable, considerando la vida útil de los mismos y el tiempo transcurrido desde su puesta en funcionamiento (entre 25 y 30 años)». Añade que «en líneas generales no se han tenido que acometer grandes obras de reparación. Las más destacadas obedecen a su adecuación a la legislación vigente. A título de ejemplo, rampas de acceso en los aparcamientos Universidad y plaza Santoña, o la instalación del ascensor mecánico en el de la Glorieta.

Pero si hay un aparcamiento subterráneo sobre el que hay unanimidad acerca de su deterioro ese es, sin duda, el de Santa Isabel. No es el más antiguo de todos -se estrenó en noviembre de 1995-, pero siendo quizá, el más céntrico de toda la ciudad, en plena Gran Vía, se parece más a una cueva oscura, con paredes y techos desconchados, humedades y columnas cercenadas por los numerosos roces de los vehículos, ya que el espacio de los pasillos y entre las plazas es mínimo.

Se da la circunstancia de que la concesión administrativa de este aparcamiento vence este año, ya que la duración de la misma era de dos décadas -no de 40 o 60 años, como la mayoría-. Por ese motivo, la empresa Empark Aparcamiento SA deberá devolver el subterráneo al Ayuntamiento, pero en el mismo buen estado en que se estrenó. Los técnicos de la Concejalía han hecho una valoración de las obras de limpieza, albañilería y pintura que rondan los 130.000 euros. Y en vez de que sea la empresa la que acometa las reparaciones pertinentes, la Junta de Gobierno ha aprobado que esa compensación económica revierta en el Ayuntamiento.

Además, según confirma Lola Sánchez, concejal de Tráfico, «estamos contemplando dos opciones: O bien preparar el expediente administrativo para sacarlo de nuevo a licitación y que una nueva empresa sea la que lo modernice de acuerdo con las características de un parking del siglo XXI o bien que la gestión la lleve directamente el Ayuntamiento». En cualquier caso, es deseo del equipo de gobierno que el proyecto contemple, sobre la estructura existente, las últimas tecnologías en 'smart parking' (aparcamiento inteligente), incluyendo además identificación de plazas para bicicletas y puntos de recarga para vehículos eléctricos».

El concejal Juan Vicente Larrosa Garre, del Grupo Municipal Socialista también es partidario de que «en vez de sacarlo a concurso, se lo quede el Ayuntamiento para explotarlo directamente y así el beneficio revertiría en el consistorio y no en una empresa privada». Incluso podría encargarse a Urbamusa, empresa que gestiona y explota los aparcamientos disuasorios.

Las humedades, goteras cuando llueve, líneas despintadas... afectan a muchos de los aparcamientos de concesión pública, como Plano de San Francisco o La Glorieta. Otro incidente se produjo hace unas semanas en La Glorieta porque se averió el mecanismo del poste de salida de vehículos y no había ningún encargado para permitir que los coches salieran del subterráneo.

Desde el Ayuntamiento recuerdan que los concesionarios tienen unas obligaciones en cuanto al mantenimiento, inspección y control de las instalaciones que se recogen en los pliegos de condiciones. Con carácter general son obligaciones de mantenimiento, resolución de incidencias, limpieza, cumplimiento de accesibilidad.

Puertas oxidadas y escasa luz

Según datos recabados por el concejal del Grupo Municipal Socialista, Juan Vicente Larrosa, en el aparcamiento del Plano de San Francisco, se levantó un expediente por la Policía Local al recibirse quejas por exceso de monóxido de carbono dentro del recinto en 2010. Sobre este mismo parking recayeron otras denuncias, cuando el Ayuntamiento le notificó a la empresa concesionaria, tras las correspondiente inspección, que el informe resultante ponía de manifiesto una serie de deficiencias tales como manchas de humedad, puertas oxidadas, suelo en mal estado e iluminación deficiente y daba un mes de plazo para proceder a realizar las obras de adecuación necesaria.

En el de la plaza de Santa Isabel, se dio otro parte de quejas por el mal funcionamiento en el cajero de pago. También se han hecho cosas positivas, como la conservación del tramo de muralla islámica en el aparcamiento subterráneo de La Glorieta, obras que se adjudicaron a la mercantil Reformas e Interiorismo Vicons SL en marzo de 2015.

Y, por supuesto, no todos los aparcamientos subterráneos presentan la misma imagen de desidia. En concreto, el de la avenida de la Libertad, que fue el último en ser inaugurado, en diciembre de 2010, es amplio, moderno y luminoso.

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