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Un millar de manifestantes llenaron La Glorieta con pancartas en defensa de la libertad y las tradiciones, y con banderas de España y tambores.
El fervor religioso hace latir La Glorieta contra la moción laicista

El fervor religioso hace latir La Glorieta contra la moción laicista

Más de mil personas defendieron la Semana Santa e irrumpieron en el Salón de Plenos, donde provocaron un tenso debate que terminó con la iniciativa tumbada

JOSEFINA MECA

Viernes, 18 de marzo 2016, 01:30

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Puntuales a su cita, representantes de las 15 cofradías murcianas se dieron cita en La Glorieta para defender el «derecho a nuestra libertad religiosa, tradiciones y cultura», mientras se celebraba la sesión ordinaria del Pleno en el Ayuntamiento, donde iba a debatirse la polémica moción laicista de Cambiemos Murcia. Como se esperaba, la iniciativa no salió adelante, como tampoco la alternativa presentada por Ahora Murcia, tras un debate que fue encendiéndose por la irrupción de un numeroso grupo de manifestantes. El grupo popular estuvo respaldado por la dirección regional del PP, con la portavoz del Ejecutivo y consejera de Cultura, Noelia Arroyo, a la cabeza.

Durante una hora, más de un millar de personas llenaron la plaza ante la convocatoria del Cabildo, respaldado por cofradías de pedanías y de otros municipios, así como cofradías de gloria. Los tambores de La Sangre, El Perdón, El Amparo y La Salud retumbaban en la plaza, mientras ondeaban banderas de España con el Sagrado Corazón de Jesús y los presentes gritaban vivas a la Semana Santa, a la Virgen de la Fuensanta y a Cristo Rey. «Me encanta ver cómo la gente defiende sus tradiciones, su cultura, la fe y la religiosidad popular, que es lo importante en esta época», aseguró el presidente del Cabildo, Ramón Sánchez Parra. En referencia a la presencia de políticos en los actos religiosos, dijo que «los que nos representan deben de estar».

Flanqueada por el diputado nacional Teodoro García, el portavoz del grupo popular en la Asamblea, Víctor Manuel Martínez, y el diputado regional Fernando López Miras, la portavoz del Gobierno de Pedro Antonio Sánchez, Noelia Arroyo, afirmó que «con la Semana Santa no se juega en la Región. Hay que demostrar que nuestras tradiciones, patrimonio, identidad, cultura popular y libertad religiosa no están en juego». Sobre la moción laicista de Cambiemos Murcia, opinó que «es un debate superficial, estéril, artificial por completo. Es generar ruido y tensión innecesaria». El líder regional de Ciudadanos, Miguel Sánchez, acudió también a la concentración y aseveró que «tenemos que defender con uñas y dientes nuestra tradición, lo que es nuestro».

Según la Fundación Ferrer i Guardia, más del 80% de los murcianos se declaran creyentes. Ayer no faltó el presidente de la UCAM, José Luis Mendoza, protagonista de una de los puntos de la moción contraria a la cesión gratuita de un terreno municipal de 135.000 m2 a la institución privada. «Es una vergüenza que Cambiemos pretenda atentar contra la libertad religiosa», dijo.

Con el ambiente caldeado, la concentración se dio por terminada, tras la intervención del cura Silvestre del Amor «por una nación unida». Fue entonces cuando un grupo de ciudadanos 'asaltaron' el Ayuntamiento al grito de «es la casa del pueblo». Los policías locales que custodian la entrada al Salón de Plenos no sabían qué hacer e intentaron retenerlos. Entonces se dispusieron a pedir la documentación uno por uno para subir a la zona de público, cuando el jefe de Alcaldía, Miguel Ángel Pérez, dio orden de permitir el paso. Una marabunta subió al primer piso, pero varias señoras se colaron en el Salón de Plenos hasta que fueron advertidas de que allí no podían estar.

Con las pajareras abarrotadas (pancartas y banderas incluidas), el edil de Cambiemos Sergio Ramos presentó su moción y denunció «intereses políticos» tras la protesta, en referencia al PP. Las interrupciones fueron continuas, con abucheos e insultos («cretino y sinvergüenza», los más suaves). Ballesta pedía silencio pero el personal desoía. El portavoz socialista, José Ignacio Gras, exigió muy enfadado al primer edil «que imponga su autoridad para garantizar el derecho a hablar de un representante político». Ballesta lo pidió entonces «por caridad» y Ramos concluyó.

«Creemos que es militancia antirreligiosa», contraatacó el edil de Cultura, Jesús Pacheco, que recordó que la legislación «prevé cuidar la religión, especialmente el catolicismo». El público le ovacionó. La socialista Retegui cosechó más abucheos que palmas. «Apelamos a los valores del cristianismo para dejarnos debatir», dijo tras ser abroncada por estar de acuerdo con «una laicidad incluyente». Carlos Peñafiel, de C's, recibió una cerrada ovación al asegurar que «Murcia ha hablado. Lo que está claro es que no quieren debatir sus tradiciones». Añadió que presentar la iniciativa el día anterior al Viernes de Dolores «es de muy mal gusto y una falta de respeto a las creencias y los valores».

Alicia Morales aclaró en su turno (plagado de pitadas) que «Ahora Murcia y Podemos defendemos las fiestas y los valores democráticos, pero no estamos en el frentismo». Presentó una alternativa para la separación de las instituciones públicas de cualquier religión. Finalmente, la moción de Ahora, primero, y la de Cambiemos, después, fueron tumbadas con los votos en contra de PP, PSOE y C's. Las pajareras se venían abajo. Y más con el broche del alcalde: «Este ayuntamiento continuará apoyando nuestras costumbres y tradiciones».

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