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Domingo, 4 de octubre 2015, 00:30
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«El alcohol es devastador y un menor no puede beber nada, no hay consumo de seguridad. Es un tóxico cerebral, y en los 13 años hay una revolución cerebral y su ingesta puede afectar a las habilidades, a la inteligencia, a la memoria, a las relaciones», recalca el doctor Domínguez. La agresividad hacia los padres es otra consecuencia. «Y el chico que empieza a beber de menor tiene un altísimo riesgo de consumir otras drogas, empezando por el tabaco y el cannabis, y pasando después al resto». La tolerancia social hacia el alcohol ha cambiado, también el mercado, y los usos, y los adolescentes de hoy tienen poco que ver con los de ayer. El Ayuntamiento reguló en la anterior legislatura la venta de alcohol en tiendas 24 horas, fijando que a partir de las 22 horas tienen que tenerlo en una estantería cerrada con llave. Si pasa la inspección municipal y detecta que venden se les puede retirar la licencia.
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