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Jorge García Badía
Miércoles, 13 de mayo 2015, 01:56
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Una supuesta disputa por una herencia familiar terminó ayer como el rosario de la aurora y con ingredientes propios de una película de Luis García-Berlanga. Durante la discusión, E.V.M., de 68 años, encerró a su hermano en el balcón y se atrincheró en el interior del piso con su madre, de 95 años, y con la cuidadora de ésta. Hasta el edificio Ceres, situado junto a la avenida Rector José Loustau, se desplazaron tres patrullas con seis efectivos de la Policía Nacional, pertenecientes a la comisaría de San Andrés.
Los agentes, según fuentes policiales, trataron de convencerle para que depusiera su conducta. Pero E.V.M. se negó a dejar salir del piso a sus familiares y a la empleada. De hecho, arrancó una puerta de una habitación y colocó varios muebles contra la entrada principal para impedir que accediesen los policías.
De forma que la Policía Nacional reclamó una dotación de bomberos del parque del Infante. El despliegue policial y de los seis bomberos, el camión, la escalera, una radial y un martillo, entre otros medios, terminaron de centrar toda la atención de los peatones en el balcón del primer piso. Allí, cual jaula gigante, se encontraba encerrado el hermano del detenido, porque el balcón tenía rejas que le impedían saltar a la calle.
En un primer momento, personal de emergencias barajaba como hipótesis de la disputa supuestos problemas mentales del detenido. Sin embargo, fuentes policiales precisaron que «el origen de la disputa fue un problema con una herencia familiar» y que en otras ocasiones «habían sido reclamados los agentes por otros altercados».
Cuando los bomberos lograron arrancar un candado de la reja del balcón, los policías pudieron por fin acceder al piso y detuvieron a E.V.M., que fue trasladado a la comisaría para prestar declaración por «un supuesto delito de detención ilegal». Ninguno de los 'rehenes' recibió atención médica, pese a la tensión sufrida.
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