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Miguel Ángel Ruiz
Jueves, 16 de octubre 2014, 12:53
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La mala noticia es que ha muerto una cantidad indeterminada de carpas y barbos; la buena, que al menos veintitrés anguilas de gran tamaño -alguna de un kilo y medio de peso- pudieron ser rescatadas y liberadas en el río. Los peces agonizaban en la pedanía de Puebla de Soto, donde la acequia mayor de Barreras -o Alquibla- había sido desecada una semana atrás para desviar agua para riego, según informa la Junta de Hacendados, que ya ha devuelto al cauce su caudal habitual. Los peces se mantuvieron con vida en los charcos durante algunos días pero durante la tarde del lunes apenas quedaba agua en el canal y comenzaron a verse peces muertos. Y anguilas dando coletazos.
Varios vecinos avisaron entonces a dos voluntarios de la Asociación de Naturalistas del Sureste -Antonio Zamora y José Manuel Zamora, que llamaron a su vez al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre y acudieron a la acequia, uno de los cauces más importantes de la red de regadío tradicional del municipio.
Finalmente pudieron rescatar veintitrés anguilas, que fueron liberadas en el Soto de La Hoya después de informar a la Dirección General de Medio Ambiente.
La anguila se daba por extinguida en la cuenca del Segura desde hace décadas, pese a que se trata de una presencia familiar para los huertanos porque llegó a ser abundante no solo en el Segura sino también en las acequias. Después de muchos años sin saberse nada de este especialísimo pez -todos los ejemplares migran al Mar de los Sargazos, donde se reproducen y mueren-, Anse localizó hace justo un año un ejemplar. Todo indica que la especie se ha recuperado y ha colonizado los cauces de riego.
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