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Palés de cemento que están inyectando para detener el movimiento de los edificios. :: FOTOS: ISRAEL SÁNCHEZ
Una torre de Pisa en Beniaján

Una torre de Pisa en Beniaján

La inclinación del edificio más dañado roza los 24 centímetros, y puede enderezarse. Aguas de Murcia asegura que la avería en la red fue provocada por un tercero y espera que «de manera rápida» se pueda liberar el dinero para los afectados

MANUEL MADRID

Jueves, 21 de agosto 2014, 10:57

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El edificio Jofi II de la calle Nieves Viudes Romero es conocido ya en el vecindario como «la torre de Pisa de Beniaján». La inclinación del edificio sobre su verticalidad alcanzó ayer los 23,70 centímetros, y los técnicos de la empresa constructora Fahuaran, contratada por las dos comunidades de propietarias desalojadas el domingo 3 de agosto, aseguraban que «todavía no se ha estabilizado del todo». Corregir la desviación angular es posible, según los expertos, y llevará su tiempo. Los forjados de las seis viviendas de este bloque están inclinados, ya que toda la estructura se ha ido desplazando hacia adelante en la última semana, a un ritmo de dos centímetros por día.

'La Verdad' accedió ayer al interior de los inmuebles afectados por una avería en conductos subterráneos de la red pública de aguas, en una visita guiada por Juan Tornero, responsable de Fahuaran, y Mariano Ruiperez, arquitecto técnico, y comprobó 'in situ' las consecuencias del hundimiento. Ambos edificios son, por ahora, inhabitables. El Jofi II está volcado; y el Monteazahar A se ha asentado. Las viviendas dañadas -13- se mantienen como el día en que tuvieron que ser abandonadas; todas las grietas aparecidas están controladas con testigos en los que se indica el día y la hora en que fueron detectadas, y cómo han crecido en sucesivas revisiones. No encajan puertas ni ventanas; hay muros reventados y los garajes están llenos de perforaciones por donde se están realizando inyecciones de cemento. Hasta ayer se habían suministrado 80.000 kilos; en uno de los agujeros, en el rellano del Jofi, se han introducido a una profundidad de 5 metros hasta 15.000.

El equipo técnico al mando del arquitecto Raúl Torres indicaba ayer que el subsuelo de los dos edificios se ha erosionado a lo largo de los cuatro últimos años, según calculan, por el agua que se ha ido filtrando desde la tubería rota, comiéndose literalemente toda la cimentación de los dos bloques. Por esa razón los técnicos indican que los pilares están en este momento «flotando» entre el agua y el barro acumulados. «Es como meter el dedo en una tortada de merengue», describen. Para corregir esta situación, el equipo técnico está generando una nueva sujeción para las estructuras que están basculando, rellenando con cemento los huecos generados en el subsuelo. Hasta ahora, según parece, los resultados son satisfactorios en un intento por estabilizar los edificios y que recuperen su verticalidad. Estas obras en marcha son de emergencia para controlar los movimientos y evitar que sigan cediendo, inciden los técnicos. Y, si se consigue finalmente, en una fase posterior habrá que hacer micropilotajes en todos los pilares -señalados en las fachadas con números- para reforzar las sujeciones y, posteriormente, reparaciones en todas las viviendas que tienen desperfectos.

Los técnicos realizaron una prueba para comprobar la inclinación del edificio Jofi en una de las viviendas del tercer piso lanzando una bola por el pasillo, que rodaba sola a gran velocidad. En las escaleras se aprecia esa inclinación perfectamente, y el cuerpo al caminar se echa hacia adelante, como la pelota. De momento, solo pueden acceder los operarios de la empresa, que siguen la evolución de todos los testigos cada 8 horas, así como los bomberos y el personal de otros servicios -ayer se desplazaron los de ascensores Otis e Iberdrola-.

Mientras tanto, los vecinos seguían esperando un compromiso por escrito tras anunciar Aguas de Murcia que se va a hacer cargo de la situación. Más de un centenar de personas se concentraron ayer en las inmediaciones. La empresa explicó en una nota de prensa que la avería en ningún caso fue producida por el mal estado ni por desgaste del material, «sino provocada por un tercero». La rotura ya ha sido reparada y se ha dado parte a la compañía aseguradora (Zurich), con la que tiene concertada póliza de responsabilidad civil, activándose el protocolo de emergencia para este tipo de situaciones. En estos momentos están a la espera del informe y conclusiones por parte de la aseguradora, y la compañía asegura que facilitará a las comunidades afectadas que «de manera rápida se pueda hacer frente a los gastos ocasionados por las medidas urgentes» para la estabilización de los edificios. Además, da las gracias al alcalde pedáneo, Francisco Hernández, por su mediación.

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